Deuda CER: el problema de un mercado débil al descubierto

¿Qué pasó con los bonos CER esta semana en el mercado? Trataremos de dar una visión constructiva.

Una gran parte de los argentinos, incluida una porción relevante de nuestra dirigencia política, lo considera “timba financiera”. Quienes estamos del otro lado del mostrador, siendo una minoría poco representativa, aludimos a él como la institución más necesaria para impulsar el desarrollo del país. Para quienes todavía no lo detectaron, me estoy refiriendo al mercado de capitales.

En la última semana, justamente ha sido un protagonista estelar en las noticias. El derrumbe de los bonos en pesos ajustados por la inflación (CER)  ha dejado al desnudo las flaquezas no solo del programa económico actual, sino las consecuencias negativas por no haber podido construir un modelo de país consensuado que otorgue previsibilidad hacia adelante.

En esta línea, es importante abordar las dos dimensiones del problema de la deuda en pesos indexada: la coyuntural y la estructural.

¿Por qué hubo una “corrida” contra la deuda indexada?

Hace tres meses atrás, la deuda en pesos ajustada por inflación era la vedette del mercado y el trade obligado. La aceleración de las expectativas inflacionarias tras los malos datos mensuales anunciados por el INDEC llevó a una desesperada demanda de estos bonos por parte de los inversores (institucionales, empresas y minoristas). Así, bonos que vencían hasta en 2024 presentaban una tasa de interés real negativa: su retorno era inflación menos “algo”.

Sin embargo, desde hace cuatro semanas esa percepción fue cambiando. Y allí identifico tres factores que podrían haber gestado la venta masiva de bonos durante estos días.

a) El Banco Central de la República Argentina no puede acumular reservas internacionales durante el período de más estacionalidad en la oferta de dólares producto de la liquidación de divisas provenientes de las exportaciones de la cosecha gruesa. En el acumulado del año solo compró poco menos de USD 1.000 millones contra los USD 6.000 millones acumulados en igual período del año 2021. Esto, más temprano que tarde, implica problemas para domesticar las presiones contra el dólar a partir del segundo semestre.

b) El Gobierno no tiene un plan antiinflacionario claro. Da la sensación de que el aumento de la nominalidad no le preocupa a los hacedores de política económica en la medida en que la recaudación tributaria se beneficie del denominado impuesto inflacionario. Sin embargo, la percepción es que se trata de una dinámica insostenible hacia adelante, con altos riesgos económicos y una situación incontrolable para el manejo de la deuda indexada.

c) El rumbo de la trayectoria de las cuentas públicas y las metas fiscales acordadas con el FMI comienza a ser divergente, con el agravante de que esta dinámica pueda acelerarse a medida que más cerca esté el calendario electoral de 2023.

Estos tres factores erosionan la situación de fondo. Luego, habrá que analizar si el movimiento bajista de más de 15% a lo largo de toda la curva pesos CER lo disparó la necesidad de fondos para el pago de importaciones de energía o la propia estacionalidad de mayor demanda de dinero por parte de las empresas.

Lo cierto, es que las pérdidas fueron grandes, dejó a varios damnificados y sacó a relucir la inestabilidad sobre la que está apoyado el financiamiento de cortísimo plazo del fisco.

Mirando la situación estructural

En números concretos, la salida de entre USD 400 millones y USD 500 millones de la deuda indexada a través de Fondos Comunes de Inversión generó un tembladeral que deja al descubierto las vulnerabilidades. Estamos hablando de entre el 0,15% o 0,1% del PBI doméstico, según el tipo de cambio que se considere. Solo esto bastó para que el programa de financiamiento oficial quede en pausa y a prueba en las próximas licitaciones quincenales.

Pero esto es consecuencia de decisiones que trascienden este gobierno puntual.

Dejan al descubierto la incapacidad que tuvo el país para desarrollar el mercado de capitales de manera robusta, fortaleciendo su función principal: canalizar el ahorro doméstico para potenciar la producción privada y el crecimiento.

Lógicamente que esto se sustentó en tres cuestiones fundamentales:

1- La pendularidad de la economía argentina atentó contra la estabilidad y desarrollo del mercado de capitales, trayendo consigo reglas de juego cambiantes, informalidad y escasos incentivos para impulsar esta institución.

2- La ignorancia financiera que acecha a una gran parte de la sociedad argentina, permeable a discursos oportunistas de turno de nuestra clase dirigente.

3- El desconocimiento de la historia económica global donde la evidencia empírica sustenta la idea de que para lograr un desarrollo económico sustentable es condición necesaria tener un mercado de capitales amplio, moderno y que canalice correctamente el ahorro privado en proyectos de inversión que generen riqueza.

Las tres características mencionadas derivaron en la ausencia de inversores institucionales capaces de moldear y matizar los bruscos cambios de humor de los flujos de capitales globales, con el agravante de que el permanente desequilibrio de las cuentas públicas lleva a un inexorable crowding out del escaso financiamiento disponible a nivel doméstico.

Mientras esta cuestión estructural no sea abordada, repensada y cambiada, estaremos atados a movimientos espasmódicos como los de esta semana con los bonos CER, dejando al país a un paso irreversible de un nuevo caos financiero.

¿Podremos evitarlo esta vez? Depende del consenso que se logre y la voluntad que se tenga para cambiar el rumbo.

Inversiones contra la inflación para 2022: en que invertir

La inflación es una palabra que se ha puesto de moda en el mundo recientemente. La gran cantidad de dinero fiduciario emitido en el mundo está impulsando los precios de los bienes y servicios a un ritmo no visto en varias décadas. Sin ir más lejos, recientemente Estados Unidos anunció que la inflación llegó al 7% interanual en diciembre de 2021. Esto es casi tres veces más de lo que se verificaba previamente a la pandemia.

En este caso puntual, se trató de la inflación más alta de los últimos 40 años en ese país, rememorando los temores que se vivieron a comienzos de los ‘80 en el mundo.

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Como se observa en el gráfico, desde que la economía estadounidense se abrió completamente tras el Covid-19, en marzo de 2021, la inflación no ha parado de crecer.

Pero no es un problema solo de la principal economía del mundo, sino que es algo que está batiendo récord en el resto de los países desarrollados. Sin ir más lejos, la Unión Europea como bloque registró el alza de precios más elevada desde que fue creada.

¿Por qué son malas noticias para el inversor?

Básicamente, el aumento del nivel general de precios le pone presión a los excedentes monetarios o ahorros. Si ese dinero no se invierte de manera inteligente, pierde poder adquisitivo, algo que es la piedra angular de por qué uno pretende invertir.

De hecho, cuando uno toma la decisión de invertir, lo que está haciendo es postergar consumo presente, para destinarlo a un instrumento de inversión, pretendiendo obtener una rentabilidad que ofrezca una mayor cantidad de poder adquisitivo en el futuro.

Si la inflación es muy alta y persiste, el “esfuerzo” que tiene que hacer esa inversión para mejorar el poder adquisitivo futuro es cada vez mayor.

¿Cómo se protege el inversor cuando hay alta inflación?

Históricamente, el inversor que buscaba cubrirse de la inflación con una inversión de riesgo bajo a moderado utilizaba a los bonos. Estos instrumentos, también denominados renta fija, pagaban una tasa de interés anual mayor a la inflación global, por lo que el rendimiento real (retorno nominal menos la inflación) resultaba positivo.

Así, se iba ganando poder adquisitivo sin “demasiado” esfuerzo.

Sin embargo, estos tiempos son bien distintos. Los bonos globales rinden muy por debajo de la inflación, haciendo la tarea de protección del ahorro mucho más cuesta arriba. 

Solo para poner en perspectiva, un bono del Tesoro norteamericano, el más seguro del mundo, a 10 años está rindiendo en torno a 1,75% anual. Sí, casi 4 veces menos que el último dato de inflación conocido en ese país. 

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¿Qué hace el inversor ante la inflación?

El débil retorno ofrecido por los bonos obligó a que muchos inversores que solían invertir en estos activos tuvieran que redireccionar parte de sus inversiones a las acciones, a pesar de que son instrumentos de mayor riesgo.

Dentro de la categoría de renta variable, los más buscados son aquellas empresas que pagan interesantes dividendos, que pueden reemplazar a los magros cupones de interés que ofrecen los bonos para cubrirse de la inflación.

Es una estrategia que, a priori, luce inteligente. Sin embargo, este 2022 nos agarra con un agresivo plan de suba de las tasas de interés por parte de los Bancos Centrales del mundo, empezando por la Reserva Federal y siguiendo por el Banco Central Europeo. En ese caso, hay importantes consideraciones a saber para el manejo del ahorro.

1- Los bonos van a sufrir, con sus precios cayendo para adaptar sus rendimientos a la nueva realidad. De todas formas pienso que en el 2022 los bonos soberanos seguirán rindiendo por debajo de la inflación global.

2- Los mercados financieros estarán envueltos en mayor volatilidad, haciendo que el inversor deba ser extremadamente selectivo con los activos a incorporar a su portafolio.

3- Las acciones que pagan dividendos seguirán con fuerte demanda, pero hay que diferenciar entre las firmas que tienen salud financiera de las que se encuentran fuertemente endeudadas. Estas últimas sufrirán más porque claramente el costo del crédito se encarecerá con la política monetaria más agresiva de los bancos centrales.

¿Y en Argentina? ¿Cómo protejo mi inversión?

Claramente Argentina es otra historia. En este caso, no podemos decir que la inflación es algo que se ha puesto de moda. Llevamos dos décadas preocupados por este flagelo, sin soluciones de raíz. 

De hecho, el año 2021 acaba de cerrar con el segundo peor registro de inflación de los últimos 20 años y en el top tres a nivel global:

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El elevado nivel de inflación, y persistente a lo largo de los años, ha llevado a que el inversor deba lidiar con este flagelo de manera muy poco habitual para evitar que su ahorro pierda poder adquisitivo.

En esta línea, el 2022 se presenta muy desafiante.

El menú de instrumentos para combatir la inflación

Ordenadas por riesgo, de menor a mayor, encontramos los siguientes activos en el mercado de capitales local.

  1. Plazo Fijo ajustado por UVA.
  2. Letras de Tesorería ajustadas por CER.
  3. Bonos soberanos o corporativos ajustados por inflación.
  4. Fondos Comunes de Inversión con fuerte exposición al CER.
  5. Cedears (si el dólar le gana a la inflación).
  6. Acciones Argentinas que se favorezcan de la inflación.

Como se observa, hay variedad para cada perfil de riesgo. El tema es elegir adecuadamente el mix conveniente para cada uno y el momento en cuándo hacerlo.

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Cedears: los mejores para invertir en 2022

Uno de los instrumentos estrella en materia de inversiones del 2021 que dejamos han sido los cedears. En un contexto de fuerte incertidumbre económica en Argentina, con aceleración de la inflación y con presiones alcistas sobre el dólar, estos activos se convirtieron en los más elegidos por parte del mundo inversor.

De alguna u otra manera, los cedears han sido los activos que más motorizaron el mercado de capital local y fue una fuente de atracción de nuevos inversores a la Bolsa. Con pocas alternativas de inversión disponibles en moneda local, para combatir los flagelos que más afectan al ahorro, el capital fluyó hacia estos instrumentos que tienen bondades muy atractivas que detallaremos a continuación.

¿Qué son los cedears?

Los cedears son certificados que representan acciones de empresas que cotizan en el exterior, principalmente en la Bolsa de los Estados Unidos, dentro de sus principales índices como el Nasdaq o el S&P500.

Para que un cedear pueda ser emitido y negociado en la Bolsa argentina, debe tener como respaldo la acción original depositada en el Banco Comafi, quien es la entidad organizadora del programa en la Argentina. Sin la acción original en custodia, el cedear no puede ser emitido. 

En líneas generales, el programa de cedears se organiza mediante ratios respecto a la acción original. Por ejemplo, 10 cedears de Apple representan una acción original de Apple que cotiza en el exterior. O 5 cedears de Coca Cola constituyen 1 acción de la original que se negocia en Wall Street. 

Así, si un inversor tiene en su cartera local 10 cedears de Apple o 5 cedears de Coca Cola es el equivalente a tener 1 acción de Apple que se encuentra en el índice Nasdaq o 1 acción de Coca Cola que integra el índice Dow Jones.

¿Son seguros los cedears?

Desde el punto de vista jurídico-legal, los cedears son 100% seguros para el inversor ya que, como señalamos anteriormente, todo cedear emitido tiene el respaldo del activo original que se encuentra bajo custodia del Banco Comafi.

Cuando buscamos la seguridad en función del retorno que puede dar una inversión allí, la conclusión depende de varios factores a considerar, como el nivel de tolerancia del riesgo del inversor, la estabilidad de los negocios de la empresa en la que estoy invirtiendo y las condiciones de los mercados globales a nivel general.

Volumen de Cedear + Acciones (Fuente IAMC)

¿Cuáles son las ventajas de invertir en cedears?

Una inversión en cedears tiene muchas ventajas, sobre todo para el inversor que no quiere tener en su cartera de inversión activos ligados al riesgo argentino.

En primer lugar te permite invertir con pesos argentinos en un activo internacional, cuya cotización va a cambiar en función de lo que ocurra con sus negocios a nivel global y con las tendencias de las bolsas mundiales, dejando de lado lo que pasa en Argentina. Esto se verá reflejado directamente en la cotización en dólares que tenga la acción en el exterior y, así, tendrá su correlato en el precio en pesos del cedear.

Cuando el inversor compra un cedear es como que implícitamente está dolarizando esa parte de su ahorro al dólar libre (dólar de contado con liquidación) y luego debe seguir la performance de su inversión según la cotización de la acción de la empresa en cuestión en dólares en el exterior.

Así, el cedear podrá subir o bajar de precio en pesos por el efecto del tipo de cambio implícito (contado con liquidación), lo que podría hacer confundir la interpretación del retorno de la inversión. Pensarlo en términos de dólares, es más práctico y sencillo.

La segunda ventaja es que si la empresa elegida distribuye dividendos en dólares a sus accionistas en el exterior, el tenedor de cedears tiene derecho a percibir esos dólares. ¿Por qué? Porque como mencionamos anteriormente, los cedears están respaldados por la acción original custodiada en el Banco Comafi y esa acción tiene los mismos derechos que las que cotizan en Wall Street.

Entonces, por ejemplo, si cada tres meses Apple paga USD 0,22 por acción, quien tenga acá 10 cedears de Apple cobrará cada tres meses USD 0,22 en dólares. ¿Cómo ingresa el dinero? Ingresa directamente a la cuenta comitente del inversor en la que el ALYC tiene su posición en dólar billete.

La tercera ventaja de un cedear es que permite la diversificación de las inversiones desde la Argentina. Uno puede armar una cartera con acciones y bonos argentinos y sumarle cedears, de manera tal que “todos los huevos no estén en la misma canasta”. Eso es un principio básico de las inversiones que todo individuo debe incorporar desde un primer momento.

Participación de mercado (Fuente: IAMC)

¿Cómo elijo el mejor cedear para mí?

Muchos inversores utilizan a los cedears como un “escape” del riesgo argentino. Consideran que invertir sus ahorros en cualquier cedear es suficiente para estar ajeno al riesgo de devaluación del peso argentino. Y esa óptica claramente es errónea.

Como vimos anteriormente, cuando uno elige un cedear para la cartera de inversiones inocuo qué empresa elige. Para una elección con mayor margen de seguridad, se debe estudiar la compañía, cómo vienen sus negocios, cuál es la perspectiva a futuro y cómo está alineada su volatilidad al perfil de riesgo del inversor.

No es lo mismo adquirir una empresa tecnológica que “esté de moda”, pero que no presenta ganancias para los accionistas, que una compañía sólida, con ingresos predecibles y con dividendos crecientes.

De nuevo, acá hay que alinear el perfil de riesgo de cada inversor con los cedears que se incorporan a la cartera.

Los ganadores de 2021

Según un informe del Instituto Argentino de Mercado de Capitales (IAMC), en 2021 se negociaron un total de USD 3.398,3 millones en cedears en nuestro mercado, lo que constituye una cifra 57,6% superior a la de 2020. De cada 10 pesos negociados en renta variable, $ 7 fueron a cedears y solo $ 3 a acciones argentinas en promedio.

Lo anterior marca el fuerte liderazgo y protagonismo de estos activos en las carteras de los inversores que operan localmente.

Dentro de los más negociados se destacó el sector de tecnología. De hecho, Nvidia (NVDA) fue el cedear de mayor suba, considerando los cedears más líquidos, con un avance de 217,9% en su precio. Luego le siguió Vista Oil (VIST) con un avance de 185%, mientras que quienes completaron el podio de los top five fueron AMD, Alphabet (GOOGL) y Pfizer (PFE) con avances de 126%, 138% y 128% respectivamente.

cedears

Volumen en dólares (Fuente: IAMC)

¿Cuáles son los cedears con mejores perspectivas en 2022?

Para el año en curso, la situación puede cambiar. Si la pandemia va llegando a su fin, las economías globales comenzarán a funcionar con algo más de normalidad y eso permitirá aprovechar oportunidades.

Particularmente espero un año donde haya mucha rotación de las carteras y ganarán protagonismo no solo los sectores que dependen de la apertura económica como el de turismo, ocio, hotelería, sino también los que se favorecen de la inflación y la consecuente suba de tasas de interés que preparan los bancos centrales, empezando por la Reserva Federal.

En este sentido, se destacan el sector financiero, como los bancos o compañías de seguro, las acciones ligadas a los commodities, a los materiales para infraestructura y el consumo básico.

Empresas como Bank of America (BAC), JP Morgan (JPM), Metlife (MET), Ternium México (TX) o Caterpillar (CAT) pueden ser alternativas interesantes para el portafolio.

Como dije anteriormente, cada uno de estos activos hay que validarlo con el perfil de riesgo del inversor. La volatilidad será un síntoma que nos acompañará durante todo el 2022.

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Argentina, ese perro que siempre se muerde la cola

Me parece estar viviendo un nuevo déjà vu. Y no me estoy refiriendo concretamente a la pandemia.

¡Sí, exacto! Es la Argentina pre-electoral.

Pasan los años y los demandas económicas, de cara a estos eventos, son siempre las mismas, con el agravante de que la situación social empeora drásticamente.

No hay que tener demasiada inteligencia para saber que sin un cambio de rumbo económico, que inspire confianza, el país quedará a merced de la mediocridad y el estancamiento. No es una posición subjetiva, no es opinión. Acá solo hacen falta los números: nuestro país es el único de la región que un siglo después está peor económicamente y con un menor nivel de PBI per cápita.

Excluyamos del análisis Venezuela, por cuestiones lógicas, pero con el resto de nuestros pares estamos quedándonos atrás hace varias décadas. No nos estamos comparando ni con la “aburrida” Suiza ni con la “aperturista” Suecia que tiene falencias en manejar la pandemia. Son nuestros países vecinos, con quienes compartimos estructuras económicas, mercados y costumbres.

¿Acaso ellos son tan diferentes a nosotros en los procesos políticos? Para nada. En todos los países de la región hay alternancia del poder, con gobiernos con sesgos a la izquierda y a la derecha. Sin embargo, esto no impide tener tres o cuatro consenso básicos sobre los que no se avanzan. Y son en estos consensos los que se construye el marco institucional y las reglas de juego claras que permiten hacer negocios de manera menos incierta.

Voy a enumerar algunos conceptos que todos conocemos de memoria y que venimos escuchando hace mucho tiempo:

  • Déficit Fiscal.
  • Insoportable presión impositiva.
  • Alta Inflación.
  • Emisión Monetaria.
  • Deuda impagable.
  • Mercado laboral insufrible.

Si están en la agenda económica de hoy, de cara a las elecciones, es porque ninguno de estos problemas se abordaron ni solucionaron.

Nuestros países de la región seguramente tengan muchos desafíos. Pero ninguno de los que mencioné anteriormente porque son cuestiones donde, sobre la base de un consenso, se resolvieron hace tiempo.

No sufren inflación, no hay emisión monetaria a mansalva, no enfrentan un default de su deuda cada 7 años en promedio y tienen cuentas del fisco enmarcadas en un camino relativamente sustentable que les permite acceder a los mercados de financiamiento a tasas de interés tremendamente bajas.

¿Y qué pasa con mis inversiones?

Considerando la historia, hay pocas chances de que con el resultado de las elecciones primarias puedan encauzarse la solución de los problemas estructurales señalados en el caso de Argentina.

Así, más allá de la tristeza o desencanto que nos produce como ciudadanos, lo importante es ver cómo nos impacta en nuestro rol de inversor.

De esta manera, me pareció muy útil grabar este video con tres consejos útiles de cómo poder invertir de cara a las elecciones parlamentarias.

Si el video te parece útil, te invito a suscribirte a mi canal de Youtube, dejarme comentarios y compartir el contenido para quién pueda estar interesado.

Que el ruido político no te desvíe de tu objetivo inversor.

Inversiones en pesos, ¿cómo me protejo?

¿Cómo invertir los pesos?, esa es la pregunta de moda en Argentina.

Un 90% de mis lectores viven y generan sus ingresos en Argentina . El otro 10% deberá disculparme esta vez ya que el presente artículo tiene un claro objetivo: presentar el menú de inversiones en pesos para proteger el ahorro.

El 2020 será recordado no solo por el coronavirus y sus efectos sobre la economía global. También por la devaluación nominal que sufrieron las monedas de la región respecto el dólar. Sin embargo, el único país que encuentra grandes dificultades estructurales con este asunto es Argentina. Al momento de escribir esta columna, el dólar libre (dólar bolsa o MEP) ya acumulaba una suba de 100% en los primeros 10 meses del año. Para hablar con propiedad, lo que está ocurriendo es una huida generalizada del peso argentino. Nadie quiere tener pesos en el bolsillo porque la incertidumbre es grande y creciente.

En su rol de inversor, el argentino debe sacar a relucir su audacia e ingenio para proteger el dinero. Por un lado, se debe enfrentar a las restricciones vigentes para comprar dólares, sea el oficial o el libre que cotiza en la Bolsa. Por el otro, la tasa de interés en pesos no es lo suficientemente atractiva para estimular una inversión en moneda local.

Así, en un mercado de capitales pequeño y poco desarrollado, el menú que encontramos arriba de la mesa es bastante limitado para encontrar alternativas satisfactorias para cuidar el ahorro en esta coyuntura.

Analicemos cuáles son las alternativas de inversión para poder aplicar nuestros pesos y que estén lo más protegidos posible de las amenazas vigentes.

Dólar Bolsa: El dólar Bolsa o MEP es el que se consigue a través de operaciones bursátiles en el mercado de capitales. Surge de comprar con pesos un activo determinado, generalmente un título público, y vender luego ese instrumento en dólares, para que las divisas se acrediten en la cuenta comitente. Con esta operatoria surgen tres cuestiones fundamentales a considerar:

  1. No todos los activos cotizan en pesos y en dólares con una liquidez adecuada como para poder llevar adelante esa operación. Por el momento, el bono más utilizado es el BONO DÓLAR Vto. 2030 (AL30), surgido a partir del reciente canje de deuda que llevó adelante el gobierno nacional.
  2. Hay plazos legales para cumplir entre la compra del bono con los pesos y la venta de ese bono en dólares. Ese plazo es el denominado “parking” y supone un riesgo para el inversor. ¿Por qué? Porque en el parking, que al momento son 5 días hábiles, el precio del bono en dólares puede comportarse de manera errática, generando que el inversor no pueda saber a qué precio finalmente adquirirá el dólar. Si el bono baja, entonces al momento de venderlo uno recibirá menos dólares, lo que es equivalente a decir que la cotización final al que se obtiene la divisa es más alta. Si el bono, en tanto, sube, entonces recibirá más dólares por los pesos aplicados originalmente o lo que es lo mismo a decir que se consiguió dólares a un precio más bajo. Con la incertidumbre vigente, es difícil saber el movimiento del precio del bono, aunque el sesgo es claramente bajista.
  3. Una vez que tengo los dólares, el problema es decidir qué hago con ellos. Si los guardo en una caja de seguridad por varios años y no los invierto, entonces ese dinero pierde poder adquisitivo. En el mundo hay inflación. Baja, pero inflación al fin. Y en varios períodos incluso en Argentina tuvimos inflación en dólares. Por lo tanto, no invertir ese dinero es una mala decisión.

Bonos Públicos: Argentina es un caso único en el mundo en esta materia, sobre todo considerando lo que ha ocurrido recientemente. No hay registros de países que, habiendo reestructurado su deuda en un 99%, a los dos meses los bonos valen un 20% menos que antes de ese canje.

Hoy la deuda argentina no es una alternativa de inversión de largo plazo. Y creo que muy difícilmente lo sea a futuro. ¿La razón? Toda la dirigencia argentina, sin importar el partido gobernante, no entendió la importancia de respetar la restricción presupuestaria y comprometió la capacidad de pago de la deuda, cayendo permanentemente en default. Así, los bonos se convirtieron en una inversión especulativa de alto riesgo más que algo conservador como suele ser en el resto del mundo bursátil.

Bonos Privados: Conocidos como Obligaciones Negociables también, los bonos corporativos también fueron víctima de la inestable macroeconomía argentina. Con la restricción reciente al acceso de dólares, muchos bonos de empresas nominados en dólares corren el riesgo de no poder pagarse en tiempo y forma. Recientemente, han salido al mercado muchos de estos bonos que ajustan por la cláusula dollar-linked (se pagan y cobran en pesos ligados a la evolución del dólar oficial), pero no son demasiado recomendables para el inversor minorista por su baja liquidez.

Acciones argentina: Una vez más, la renta variable argentina mostró su clara vulnerabilidad respecto la inestabilidad económica. Cuando uno analiza lo ocurrido en los últimos 20 años, la evidencia empírica es contundente: el S&P Merval, principal índice de acciones domésticas, está en el mismo nivel en dólares que en el año 2000. Increíble, ¿no?

¿Acaso estamos ante una oportunidad? La historia podría mostrar que sí, pero de altísima riesgo que requiere mucha paciencia y que, además, nada garantiza que el actual es un piso para las acciones. Sólo lo será si se restablece la confianza y hay un cambio rotundo de las expectativas. Nada de eso aún parece percibir en el corto plazo.

Cedears: Los certificados de acciones extranjeras que operan en la Bolsa local y que permiten invertir en pesos en empresas del exterior han sido los vehículos más utilizados recientemente para “cubrirse” del flagelo argentino. Precisamente escribí una nota al respecto con las ventajas y riesgos de estos vehículos de inversión. Podés leer más acá.

Fondos Comunes de Inversión: Los FCI son vehículos muy interesantes para quienes recién comienzan, pero en la actual coyuntura no están ajenos a los problemas que enfrenta el país. La oferta se ha reducido fuertemente, ya que ninguno ofrece una alternativa distinta al riesgo argentino ya que existen limitaciones regulatorias para tal fin. Adicionalmente, los FCIs de renta fija o bonos ofrecen magros resultados en pesos, producto de la muy baja tasa de interés local mientras que los que invierten en acciones argentinas están expuestos al riesgo anteriormente mencionado.

Plazos Fijos / Letras / Cauciones: Todas estas alternativas son de corto plazo (30 días / 60 días) y comparten una particularidad: las tasas de retorno que ofrecen no cubren la inflación esperada. Una letra del Tesoro nacional rinde cerca del 30% anual, una caución (plazo fijo en la Bolsa) se encuentra en torno a 25% anual y un plazo fijo hoy está en 33% anual. Sólo el plazo fijo UVA le paga al inversor la inflación + 0,25% anual, pero implica quedarte 90 días en un vehículo con cero liquidez, lo que es un riesgo enorme en el actual contexto.

Repasada todas las alternativas, queda claro que el mercado ofrece pocas variantes para atravesar con éxito la odisea de proteger y hacer crecer el ahorro en Argentina. Un mix de cedears, algo de acciones locales y algo de bonos meramente con carácter especulativo podría ser el mix adecuado.

Sin embargo, todo depende de tu predisposición al riesgo, de tu horizontes temporal y de tu conocimiento sobre cómo funciona cada activo en el mercado.

Cualquier duda, estoy a tu disposición.

Cedears en 2020: luces y sombras de la inversión del momento

cedears

Hablemos de cedears. Las restricciones cambiarias no son un asunto novedoso en nuestro país. Por el contrario, es algo recurrente y parte de la idiosincracia de un país extraviado hace mucho tiempo. Lo que sí resulta distintivo esta vez es que a medida que aumentan las limitaciones para comprar dólares formales, los argentinos buscan cada vez más opciones de cobertura en el mercado de capitales doméstico.

Y el instrumento elegido para escapar al riesgo argentino, sea cambiario y macroeconómico, es el cedear.

Si sos un inversor con varios batallas a cuestas, sabrás de lo que estamos hablando. Pero si recién estás comenzando a canalizar tus ahorros mediante una cuenta comitente en una ALYC (Agente de Liquidación y Compensación), entonces verás que cualquier estrategia de inversión incluye, en distintas proporciones, a los cedears.

Como todo activo financiero, los cedears tienen ventajas y desventajas, por lo que el entendimiento adecuado de cómo funcionan es una regla que nadie puede soslayar. Así, el objetivo de esta columna es evacuar todas las dudas que tengas al respecto.

Entender dónde invierto

Una de las premisas centrales para minimizar los riesgos es que nosotros, como inversores, tenemos que saber concretamente en qué estamos invirtiendo. Por este motivo, es necesario saber, en primer lugar, qué es un cedear.

Un cedear es un certificado que representa una acción del exterior y que se negocia en pesos argentinos en el mercado local. Para que un cedear pueda ser emitido y negociado en nuestro mercado debe tener el respaldo del activo subyacente original.

Asimismo, un cedear puede representar una parte de la acción original. Cada empresa en particular tiene lo que se denomina un ratio de conversión, que determina cuántos cedears de la empresa A son equivalentes a una acción original de esa empresa que cotiza en Wall Street.

En este sentido, un ejemplo podría resultar esclarecedor.

En el mercado argentino, 10 cedears de Apple equivalen a 1 acción de Apple original. Para que puedan emitirse esos 10 cedears, es necesario que exista la acción de Apple subyacente depositada en algún lugar que le dé respaldo. Precisamente, el organizador del programa de cedears en Argentina es el Banco Comafi y es quien tiene en custodia las acciones originales que dan garantía a los cedears que se negocian en Bolsas y Valores Argentinos (BYMA).

¿Cómo sé cuál es el ratio de conversión que le corresponde a cada cedear respecto al activo subyacente? La respuesta está en este link, donde se encuentra el listado completo de cedears con sus respectivos ratios de conversión.

Cómo se determina el precio del cedear

Siguiendo con el ejemplo de Apple, señalé que 10 cedears equivalente a 1 acción original que se negocia en Wall Street. Al momento de escribir este artículo, el cedear cotizaba a $ 1.581 y la acción en USA a USD 110.

Entonces: 1.581 x 10 = $ 15.810 = USD 110.

Si 10 cedears están valuados a 15.810 pesos y esto es equivalente 1 acción original valuada a USD 110. Con estos dos datos, podemos determina el tipo de cambio implícito al que se negocian estos instrumentos y que se denomina contado con liquidación. Para este caso, es de $ 143,72 ($15.810 / 110).

Así, cuando uno invierte en un cedear, tiene dos fuentes potenciales de variación del precio en pesos. La primera es la cotización en dólares del activo subyacente (en el caso de Apple puede valer más o menos de los USD 110 actuales). La segunda, es el tipo de cambio implícito, denominado contado con liquidación: éste se encuentra en continuo movimiento y puede ser mayor o inferior a esos $ 143,72.

Por lo tanto, para interpretar nuestra inversión en cedears, tenemos que considerar ambas fuentes de variación del precio. Puede que la acción de Apple suba en el exterior de USD 110 a USD 112, pero si al mismo tiempo el contado con liquidación baja en Argentina, porque hay más confianza, baja de $ 143,72 a $ 133, nuestra inversión en el cedear en pesos disminuirá.

Ej. (112 x 133) / 10 = $ 1.489,6 => ese sería el precio en pesos del cedear ahora, un 5,8% menos en pesos aun cuando la acción en dólares subió un 1,8% (de USD 110 a USD 112).

Una manera de interpretar esta inversión es pensarla directamente en dólares. Cuando uno compra un cedear, debe saber que está cambiando sus pesos al tipo de cambio de contado con liquidación de ese momento y luego seguir la evolución del precio en dólares del activo subyacente del cedear en cuestión. De esa manera, resolvemos el problema.

Ventajas de los cedears

A continuación, enumero algunas ventajas que tiene el inversor para invertir en cedears:

1- Permite invertir en pesos en activos libre de riesgo argentino, sea el cambiario, de la economía o de la propia empresa.

2- Hay variedad suficiente de cedears para invertir de manera diversificada.

3- Recientemente, BYMA autorizó la negociación de fracciones de activos subyacentes, llevando el monto nominal mínimo de cedear a poder comprar a 1, sin importar el ratio de conversión que rige respecto el activo subyacente.

4- Tienen igual tratamiento impositivo que las acciones locales.

5- Los más negociados han alcanzado una liquidez muy importante, siendo los grandes protagonistas del mercado de renta variable dada la coyuntura de nuestro país. De hecho, un informe reciente del Instituto Argentino de Mercado de Capitales (IAMC) indica que los cedears llegaron a representar el 80% de todas las acciones negociadas en el mercado local, mostrando claramente la preferencia del inversor.

cedears

Desventajas de los cedears

1- A pesar de que son más seguros por el respaldo que tienen del activo subyacente, los cedears no dejan de ser activos legislados por las autoridades locales, lo que pueden estar sujetos a cambios regulatorios, impositivos, etc.

2- Una gran cantidad de cedears no gozan de una liquidez lo suficientemente amplia como para justificar inversiones de corto plazo, por lo que debe pensarse como inversión de largo.

3- No alcanza invertir en cedears por el solo hecho de buscar cobertura cambiaria. Hay que saber en qué empresa estamos invirtiendo, porque la búsqueda de cobertura ante el dólar puede terminar muy mal si no se elige la empresa adecuada, sea porque su valuación es extremadamente alta o porque sus negocios no tienen una buena perspectiva.

Dicho esto, tenés muchas herramientas e información disponible para que puedas elegir correctamente  tu inversión en estos activos. Cualquier duda, estoy a tu disposición.

Cepo cambiario: las nuevas (antiguas) lecciones para el inversor

Una vez más las nuevas medidas cambiarias anunciadas en Argentina ratificaron por qué se trata de uno de los lugares más hostiles para el inversor.

Las limitaciones para el acceso al mercado cambiario oficial, el menor cupo para el dólar solidario cuando se descuentan los consumos de tarjeta, el aumento de la presión impositiva para quienes atesoren moneda extranjera al cambio oficial y el impedimento a las empresas a obtener todos los dólares necesarios para cancelar sus deudas, desnudan la crítica situación de las reservas netas del Banco Central de la República Argentina.

Nadie puede sorprenderse por las nuevas restricciones. Como tituló el escritor Gabriel García Marquez, se trataba de una “crónica de una muerte anunciada” para el dólar oficial. Y hacia adelante, hay más dudas que certezas sobre la eficacia de lo anunciado en el objetivo final: frenar la sangría de reservas internacionales.

Lo que sí está un poco más claro es que será extremadamente difícil que la tan necesaria oferta de dólares aparezca con semejante nivel de restricciones, se trate de dólares comerciales, financieros o para inversiones en la economía real.

Todo lo anterior tiene, inevitablemente, un trascendental impacto negativo para el desarrollo del mercado de capitales argentino y para el inversor minorista en la odisea de proteger su ahorro.

Repasando la historia, esto saca a la luz algunas lecciones para quien invierte en activos argentinos. Son estas mismas lecciones que prevalecieron anteriormente y que ahora se vuelven más vigentes que nunca.

Avancemos en las mismas, para entender qué ratifica la actual situación y qué podemos esperar hacia adelante.

1. Mayor riesgo, ¿mayor retorno?

En finanzas, hay una regla máxima que en el 99% de los casos se cumple. Se trata de la relación directa entre el riesgo de un activo y el retorno esperado del mismo. En inversiones, la volatilidad es la variable estadística con la que se representa el riesgo. Y se entiende que los activos más volátiles son los que tienen más oportunidades de generar un retorno esperado mayor para el inversor.

De ahí que la mayoría de los activos asociados a los mercados emergentes suelen tener una expectativa más alta de rentabilidad. Pero como ya habrán notado, Argentina suele ser una excepción a esta regla. Es muy difícil pensar a las inversiones locales de manera independiente de la política económica. Como la inestabilidad macroeconómica está a la orden del día, realmente se hace muy duro percibir que los activos argentinos pueden compensar el riesgo asociado que tienen con una rentabilidad esperada más elevada.

2. Las acciones son siempre “negocio” en el largo plazo

Una cosa es invertir, otra muy distinta especular o tradear el mercado. Para el primer caso, se necesita conocimiento, análisis fundamental y largo plazo. Para lo segundo, análisis técnico, disciplina y un horizonte temporal de corto plazo.

Los datos avalan la teoría de que las acciones han sido un gran negocio de largo plazo. Obviamente que uno tiene que haber elegido empresas correctas y que supieron perdurar en el tiempo, innovando y capturando nuevos mercados. Muchas firmas han quedado en el camino. Pero con una alternativa conservadora, como haber invertido en el ETF SPY que simula el índice S&P500, uno habría obtenido un retorno de 190% en dólares en los últimos 10 años.

Como ocurre siempre, hay excepciones. Y lamentablemente, de nuevo acá aparece el mercado local. Y se trata de una excepción para mal, ya que los datos son contundentes.

En los últimos 20 años, si uno hubiera invertido en el índice Merval, el retorno acumulado en ese período fue de 0%. Sí, no se ganó dinero en términos nominales, y se perdió en términos reales (descontando la inflación global). Pero los resultados en la última década son aún más deprimentes para el inversor argentino. Quien puso USD 1.000 en el índice doméstico en octubre de 2010, hoy tiene un 50% menos, es decir, USD 500.

Conclusión: invertir en Argentina no es un “deporte” para el largo plazo, sino meramente especulativo donde el timing (cuándo comprar y cuándo vender) es la herramienta central para intentar ganar dinero invirtiendo en activos locales.

3. La regla de Pareto al máximo

La Ley o Principio de Pareto, también conocida como la Regla del 80/20 (ó 20/80), establece que, de forma general y para un amplio número de fenómenos, aproximadamente el 80% de las consecuencias proviene del 20% de las causas.

Llevado al ámbito de las inversiones, el inversor argentino debe saber que para obtener resultados positivos con las inversiones, asumiendo menos riesgos, uno tiene que armar su portafolio con las mencionadas asignaciones de Pareto: 80% del dinero en activos sin riesgo argentino y 20% en activos con riesgo argentino.

Lo anterior le permitirá descansar más tranquilo por la noche, obtener retornos óptimos en el largo plazo y entender que hasta que no cambie la expectativa institucional y económica en Argentina, más allá de quien gobierne, es imposible obtener un mercado de capitales desarrollado que dé una oferta de activos financieros óptima para el inversor.

¿Qué tenemos al alcance de la mano para esta misión?

Aun con las trabas en el dólar solidario y el recrudecimiento del cepo, en el mercado local tenemos los cedears, que son certificados que representan acciones extranjeras y que se pueden comprar y vender en pesos. Durante el último año, estos instrumentos han tomado un protagonismo excluyente en las carteras de cualquier inversor.

Si uno no quiere quedar atado a ninguna suerte de regulaciones cambiarias o de mercado, entonces el camino es abrir una cuenta en un broker extranjero, transferir los fondos y comenzar a diagramar una inversión mirando de lejos la Argentina, al menos, con el 80% del ahorro.

Lo anterior es triste, pero no podemos pretender obtener resultados distintos siguiendo los mismos caminos que tanto dolor patrimonial provocaron y que son obstáculos para nuestro único fin: proteger nuestro capital para lograr un futuro mejor.

Apuestas de alto riesgo para un año electoral

La dinámica de lo que ocurrió las últimas semanas en el mercado argentino dejó una clara posición para lo que viene en los próximos meses: estamos en una zona donde sólo los traders puede intentar sacar ventaja de la extrema volatilidad, sea en el mercado de renta fija, en el de renta variable, el cambiario o de tasas de interés.

De esta manera, usted ya está advertido: si no le gusta demasiado el riesgo, manténgase alejado de la gran mayoría de los activos financieros locales.

A diferencia de lo que fue el final de 2018, el 2019 viene acompañado de un condimento adicional a la ya conocida fragilidad de nuestra economía: el factor político. Con una elección que se encuentra más reñida que nunca y con final reservado, las inversiones en acciones y bonos se tornan cortoplacistas y de alto riesgo.

Ese tipo de inversor también existe. Y gracias a los amantes del riesgo es que tenemos liquidez diaria en muchos activos financieros que mejoran, en cierta medida, la profundidad del mercado. Para entender por qué estamos en zona de alta especulación, tres datos son relevantes:

  1. El riesgo país finalizó el 2018 cerca de 800 puntos básicos, bajó a 630 a fines de enero y ahora lo tenemos instalado en 750 puntos básicos.                                                                                                          
  2. El S&P Merval en dólares llegó a estar cerca del límite de US$ 1.000 dólares hace un par de semanas para ubicarse en US$ 800 en la actualidad.                                                                                 
  3. La tasa de la Leliq cerró el año en casi 60% anual, tocó 43% hace semanas y ahora volvió nuevamente a su posición al 29 de diciembre.

¿Acaso no es un mercado para traders y amantes del riesgo…?

Para ellos la volatilidad es una tentación y una oportunidad. Y efectivamente, si está dentro de ese grupo, acá hay algunas ideas que puede interesarle:

Carry Trade: con la vuelta de un BCRA muy duro en su política monetaria, podría volver la tentación de “apostar” al peso ante tasas elevadas nominalmente. Todavía el ajuste de las Leliq no se evidenció en el resto de instrumentos en pesos, pero de persistir, llegará. Un 30% de la cartera puede ser tentador, aunque el riesgo cambiario no es menor.

Bonos medios / largos en dólares: Si uno apuesta a que el dólar a nivel mundial dará un respiro y los inversores vuelven transitoriamente a los mercados emergentes, la curva media larga en dólares de los bonos soberanos luce con rendimientos atractivos. El bono de Descuento en Dólares en Argentina (DICA) rinde cerca de 14% anual. Apuntando a una compresión de spreads por mejor clima global se podría hace una diferencia. Otro 30% del portafolio dedicado al riesgo podría ser una apuesta que sirva.

Acciones Especulativas: Estuvieron llegando los balances de la mayoría de las empresas correspondientes al cuarto trimestre. La gran mayoría de ellos aplicaron el ajuste por inflación, mejorando fuertemente la situación patrimonial. Uno de los balances que vino fue YPF S.A. (YPFD) que mejoró consistentemente los márgenes operativos contra igual período del ejercicio previo. Se trata de una acción completamente politizada, pero que luce barata. El riesgo es alto, aunque un rebote del crudo internacional y con la puerta de entrada de Argentina a Emergentes podría funcionar. Acá un 20%. Y los bancos han venido sólidos. Grupo Financiero Galicia (GGAL) bajó recientemente de US$ 37 en febrero a casi US$ 25 en Wall Street. Su balance no ha sido tan desalentador a pesar de la fuerte contracción en la intermediación financiera. Un rebote, si se da lo anterior, es posible. Otro 20% de la cartera por aquí.

Las anteriores son ideas de inversión solo a título informativo, para inversores proclives al riesgo y que quieran apostar a una recuperación al exagerado castigo que tuvieron los activos argentinos en las últimas tres semanas. Inflación, recesión y, por sobre todo, el factor político son las principales variables que condicionan (y mucho) el andar de dichos activos financieros.

Recuerde, si no le gusta el riesgo y no es trader, mejor mantenerse alejado de la montaña rusa que experimenta nuestro mercado en la actualidad.