Cómo sacar provecho de la reciente convulsión bursátil

Cronista.com me invitó a hablar sobre las oportunidades de inversión que se abrieron tras el reciente descalabro bursátil. China y Brasil fueron los dos grandes perdedores en esta fuga de capitales desde los emergentes hacia el dólar estadounidense.

En la entrevista ofrezco una serie de consejos que todo inversor debe considerar antes de tomar decisiones apresuradas que lo puedan llevar a errores estratégicos con alto costo de capital.

En el siguiente link, puede ver el video completo. Haga clic acá.

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Entrevista en Recinto Virtual

En esta oportunidad les comparto una entrevista radial que me hicieron en el Programa Recinto Virtual de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. El conductor Ignacio Ros, conjuntamente con Santiago Lull y su equipo de periodistas me preguntaron por la devaluación, el real brasileño, la economía, la Bolsa y el mercado de capitales. Podés escuchar la entrevista, a partir del minuto 12:45hs, acá.

Recinto Virtual

La verdadera razón del desplome bursátil

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Columna publicada en www.igdigital.com  //

Superficialmente podemos encontrar un sinfín de causas para explicar la reciente corrección de los mercados bursátiles. Sin embargo, un análisis más profundo nos dice cuál sería la verdadera razón. En el caos, algunos hacen grandes negocios.

La semana que dejamos atrás fue como una especie de déjà vu para quien les escribe esta columna. He revivido lo peor de los días que pasé, en relación con los mercados bursátiles, durante la crisis global del año 2008.

Las jornadas laborales han sido realmente un caos. No podía despegar la vista de las pantallas, evidenciando derrumbes significativos en las cotizaciones al comienzo de la semana y recuperaciones sobre el final de la misma.

Pero mi día profesional no finalizaba a las 18hs cuando salía de la oficina. Inmediatamente después, tan solo 1 hora a posterior, los mercados abrían en Asia. Allí chequeaba cómo cotizaban los futuros de acciones de Wall Street, luego por la noche veía la apertura de los mercados asiáticos y, por la mañana, lo primero que hacía al despertar era chequear cotizaciones en Europa en mi teléfono celular.

Realmente estresante. No vivíamos este nivel de nerviosismo, pánico y esquizofrenia en los inversores desde los peores días en 2008, cuando el sistema financiero parecía explotar.

Nos habíamos acostumbrado a una “aburrida” calma durante los últimos años, pero todo se desvaneció repentinamente. El comportamiento de los mercados ha sido implacable para darnos cuenta de esta situación…

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Como podemos ver, el mercado de acciones chino acumula una baja de casi 15% en las últimas siete ruedas. Pudo haber sido peor de no ser por la recuperación de los últimos dos días. El mismo análisis recae sobre el S&P 500, el cual retrocede cerca de 5% en el mismo período considerado.

Adicionalmente a las caídas, que son muy importantes, el rasgo distintivo es que los movimientos de los mercados son más volátiles (y esto va a continuar): la magnitud de las variaciones diarias en el mercado estadounidense más importante del mundo ha sido de +1% ó -1% en todos los casos. Esto no es común, e indica que las turbulencias persistirán…

¿Qué hice con mis inversiones durante estos?

Nada.

Siempre le digo que las emociones no deben tomar el mando del manejo de sus inversiones. Si esto ocurre, estamos en problemas. Y momentos bursátiles como los actuales pueden ser un caso testigo de esto.

Sin embargo, durante estos días me he dedicado a leer mucho, analizar y tratar de entender por dónde pasaba la actual histeria del mercado.

Y me dí cuenta que el disparador había sido algo que conocía –y escribí en este espacio hace muy poco- pero que se estaba dando más rápidamente de lo esperado.

La principal causa de este comportamiento poco tiene que ver con la desaceleración de la economía china, la suba de tasas de interés en Estados Unidos o las turbulencias financieras en Grecia. Tiene que ver con algo más estructural que se hará sentir en los próximos años y que algo adelanté en “Una competencia para el reinado del dólar”.

Se trata de China y su decisión de declararle la guerra al dólar. Como mencionaba en esa columna, el gigante asiático quiere disminuir al mínimo las transacciones comerciales que se hacen, hasta ahora, en dólares, utilizando las monedas domésticas de las partes involucradas.

También busca que el yuan pueda reemplazar al billete estadounidense como una reserva de valor que es atesorada por los distintos países del mundo.

Y finalmente, la estocada final que se conoció esta semana fue que para mantener el valor de su moneda en el mercado cambiario, China se deshizo, según estimaciones de los analistas, de más de US$ 40 mil millones en las últimas cuatro semanas.

De esta manera, el Banco Popular de China vende bonos del Tesoro americano y compra yuanes a aquellos inversores que quieren salir del mercado chino vendiendo sus tenencias domésticas y refugiándose en el dólar.

Lo más impactante es que en los últimos doce meses, la entidad central china se habría desprendido de US$ 315 mil millones (casi el 10% de sus reservas) con la excusa de defender su moneda.

Pero lo realmente trascendente de este movimiento es que China está desconfiando cada vez más del dólar, sacándolo de sus reservas a pasos agigantados.

s/ La crisis como driver de grandes negocios…

La convulsión actual en las bolsas aceleró el colapso de los precios de los commodities, especialmente del petróleo al comienzo de la semana. El “oro negro” cayó a su menor nivel de seis años y medio cuando se sumergió por debajo de US$ 37 el barril.

Esto continuó impactando negativamente en el precio de las compañías del sector, las cuales llegaron a valuaciones realmente irrisorias.

Pero toda crisis trae una oportunidad.

 

Muchas empresas petroleras cotizan a un descuento significativamente importante tras el derrumbe del precio del vrudo. Allí el inversor debe focalizarse.

Vuelvo a repetir, toda crisis es una oportunidad…y usted debería verlo de esa manera.

 

Sepa la otra mitad de la historia china

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Nota publicada en Inversor Global

La semana que dejamos atrás estuvo signada por dos situaciones que llenaron de volatilidad y miedo a los mercados: Grecia y China. El primero por su coqueteo respecto la permanencia o no en la Unión Europea; el segundo por el crash bursátil de los últimos días. Sin embargo, acá no le cuentan toda la historia.

Hace unos días estaba conversando con un colega que trabaja en la mesa de dinero de una importante entidad financiera en Argentina. Obviamente que el centro de la charla estuvo signado por la situación de los mercados globales y la reciente volatilidad.

“Grecia que saldría del euro, Estados Unidos que podría subir su tasa de interés y la bolsa de China que explotó la burbuja. La tormenta perfecta llegó”, me comentó.

Luego la conversación continuó por unos minutos y nos despedimos.

“¿Llegó la tormenta perfecta?”, me preguntaba yo por dentro un rato después.

Y la verdad es que no estaba tan seguro.

El día del referéndum de Grecia, conocida la vitoria del NO al ajuste económico, deslicé en Twitter si Grecia iba a tener el coraje de dar un paso al costado del euro. Y por los acontecimientos que vinieron a posterior, parece que lo que más se anhela es la continuidad en el bloque común. De hecho, los griegos presentaron una propuesta de reforma tributaria a cambio de un nuevo rescate financiero por el término de tres años.

Entonces Grecia preocupa, pero puede resolverse.

En lo que respecta al ajuste de tasas de interés al alza en Estados Unidos, lo veo cada vez más distante. No solo porque la principal economía del mundo crece en forma apática, sino porque el globo se desacelera. Una evidencia de esto es que el FMI volvió a revisar a la baja el crecimiento de Estados Unidos y de todo el planeta.

Mi percepción es que el alza de tasas quedará relegada para el 2016.

Finalmente tenemos a China. Hasta el miércoles pasado, la bolsa de Shanghai había retrocedido un 32% en las últimas 17 ruedas desde su máximo histórico. Luego rebotó un 9% en las dos jornadas posteriores.

Este increíble movimiento generó mucho pánico a nivel mundial.

Desde el punto de vista estricto del análisis bursátil, cuando un activo financiero retrocede más de 20% desde su último pico máximo se dice que entró en terreno bajista (bear market). Y esto ocurrió con la bolsa de Shanghai y no es un dato menor.

Pero se trata sólo de la mitad de la película…

Hoy las planas de los portales financieros son extremadamente negativas con esta situación, generando más desconfianza entre los inversores. Sin embargo, sólo están contando una parte de la historia.

En noviembre de 2014 escribí “Las acciones china pueden ser el esperado regalo navideño”. Desde ese momento hasta mayo, el Shanghai Composite Index creció, ni más ni menos, que un 112,5%. Realmente la cifra fue escalofriante, incluso mucho más elevada de lo que yo podría haber previsto (de hecho señalé en abril que era buen momento de desprenderse de las acciones de este país).

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Entonces es cierto que la baja de las acciones chinas ha sido considerable, pero es loable decir que lo han hecho luego de una suba increíblemente fuerte que se dio en los últimos siete meses.

¿A qué se debió ese gran movimiento alcista?

Básicamente es que el mercado chino se abrió a los inversores extranjeros, generando un aluvión de demanda de las acciones.

Ahora bien, todos sabemos que como muestra la historia, los movimientos bursátiles actúan como predictores de la tendencia de la actividad económica en el futuro. Y ese es el temor que hoy existe: que la baja del Shanghai Composite Index esté anticipando una fuerte desaceleración de la economía china, la segunda más importante del mundo.

¿Es esto posible?

Desde hace muchos años vengo escuchando de la posibilidad de un aterrizaje forzoso de la economía asiática por la existencia de evidentes burbujas en muchos ámbitos, como ser el mercado inmobiliario.

Lo cierto es que con el transcurrir del tiempo, si bien el crecimiento del PBI pasó de un promedio de 9% a 7%, por el momento China sigue siendo uno de los motores económicos del mundo.

Lo que se teme en esta oportunidad es el efecto riqueza negativo sobre los ciudadanos chinos que puede estar gestando la reciente baja del mercado. En mi opinión, este mecanismo puede estar operando desde las expectativas y la confianza del consumidor, pero no desde la destrucción de riqueza real ya que la participación de las acciones en el total de los ahorros es esencialmente pequeña dentro de las familias chinas.

El gráfico a continuación es revelador al respecto…

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Como se observa, las acciones representan menos del 15% del total de los ahorros en las familias chinas por lo que no podemos esperar que la caída del mercado actúe como detonante de una crisis económica en el gigante asiático.

Y menos con la otra parte de la historia que le conté, en relación a que el mercado venía subiendo más de 100% en los últimos siete meses.

Mi consejo, entonces, es estar atentos a la evolución de las próximas semanas. No haga movimientos en su cartera de inversión, deje que la situación se estabilice y, hasta quien le dice, quizás en algún momento se dé una nueva gran oportunidad de compra en acciones china como la que descubrimos en noviembre pasado.

A su lado en los mercados,

Diego Martínez Burzaco