Estamos en el final de un año 2010 de recuperación económica global dispar. Mientras que las economías emergentes aprovecharon el viento de cola de suba de los precios de los commodities y el aumento de la demanda por parte del gigante asiático, China, las economías desarrolladas mostraron todavía sus falencia y heridas que dejó la crisis para poder liderar el crecimiento económico global.
En este contexto, la mayor economía del mundo, Estados Unidos, cierra el año con mejores perspectivas para el 2011 que las que se tenía a mitad de año. El acuerdo entre Republicanos y Demócratas en lo respectivo a la extensión de la rebaja impositiva aplicada en la administración Bush para los ciudadanos podría impulsar la confianza y el consumo en el año próximo. Las estimaciones de crecimiento económico para el año que empieza han sido revisadas al alza y el consenso espera en promedio un avance del PBI en torno al 3,2%. Asimismo, los últimos indicadores económicos sugieren que la economía ha ganado momentum, aunque la gran deuda pendiente es la reactivación del mercado laboral que sigue mostrando muchas debilidades a la hora de crear empleo.
Por su parte, la zona euro parece tener más incertidumbres que certezas. Las debilidades fiscales de muchos de sus países llevaron a la aplicación de salvatajes ecnómicos para Grecia e Irlanda y está en tela de juicio la capacidad de pago de Portugal y España, países que son altamente seguidos por los inversores esperando alcanzar mayor previsibilidad en torno a la evolución de sus economías. A excepción de Alemania, donde la economía parece traccionar positivamente, la zona Euro se encuentra en la paradoja de recuperar la senda del crecimiento económico con planes de agresivos ajustes fiscales que pueden tener el efecto contrario al buscado.
Para los países emergentes, si bien las perspectivas no son tan favorables como en el 2010, el año 2011 aparece como un año de oportunidades y crecimiento. La robusta demanda de las economías más grande del mundo y el alto precio de las materias primas son los dos drivers principales que motorizan el crecimiento económico. De todas formas, el gran dilema pendiente es lograr una mayor equidad en la distribución del ingreso.
Los mercados financieros muestran una gran liquidez y apetito por riesgo por lo que la renta variable se perfila como más atractiva que la renta fija, sobre todo teniendo en cuenta de que las tasas de interés a nivel mundial están muy deprimidas y podría haber un mecanismo de reversión si es que la recuperación económica es más sólida que la esperada. También habrá que tener especial atención con lo que pasa con la inflación, ya que las suba de las materias primas sumado a la gran inyección de dinero en la economía mundial por parte de las principales autoridades monetarias del mundo pueden retroalimentar este proceso.
Las perspectivas en 2011 son positivas, aunque todavía hay desafíos por resolver. Los mercados emergentes tienen la gran oportunidad de seguir creciendo y desarrollándose al ritmo del mayor crecimiento de estas economías. En tanto, las economías desarrolladas buscarán la forma de deja atrás los efectos de la devastadora crisis financiera que tuvo como máxima expresión la desaparición de Lehman Brothers.