La información económica reciente ha mostrado una profundización de la desaceleración del gigante asiático, con su consecuente impacto negativo sobre los precios de los commodities globales y las perspectivas económicas globales.
En el mes de abril, el comercio exterior de China creció tan sólo un 2,7% interanual. Tanto las exportaciones como las importaciones crecieron a una menor tasa a la esperada por los analistas y economistas. Concretamente, las ventas chinas al exterior subieron un 4,9% respecto el mes de abril de 2011, mientras que las importaciones treparon un 0,3% interanual, muy por debajo del 11% esperado por los analistas relevados por Reuters.
Paralelamente, el dato de actividad industrial también mostró una debilidad en su expansión, al crecer a un ritmo de 9,3% interanual en el mes de abril cuando los economistas esperaban un avance de 12,2%.
El dato más alentador, dentro de este escenario de desaceleración económica, es la menor presión de la inflación minorista, la cual mostró una suba de 3,4% interanual en abril, por debajo del dato evidenciado en marzo.
De todos modos, el problema inflacionario está lejos de solucionarse en el corto plazo ya que el precio del rubro alimentos avanzó un 7% interanual.
Esta situación sugiere que están dadas las condiciones para que el Banco Popular de China aplique nuevas medidas de estímulo monetario, disminuyendo los encajes bancarios para inyectar dinamismo en el alicaído mercado de crédito, o rebajando la tasa de interés de referencia para créditos y depósitos.
En el artículo escrito en marzo he abierto una posición en el ETF YXI, apostando a la baja de las acciones china a un precio de USD 40,60. Considerando que sería inminente una aplicación de estímulo monetario por parte de la principal autoridad bancaria de ese país, vendo mi posición de YXI a USD 43,38 (precio de apertura del día 11 de mayo) con una ganancia de USD 6,84%.