A lo largo de mi vida profesional, tanto como economista o como inversor, adherí en algunos momentos a la tendencia de la corriente contraria al consenso.
Desde ya que no es una conducta que utilizo en todos los casos, pero llevar adelante el ejercicio de ser contrario a una tendencia puede ser muy gratificante en casos puntuales.
Hoy el tema central en los mercados financieros es la elección que se llevó a cabo en Grecia el último domingo y la victoria del partido de “izquierda” en la misma. Rápidamente, al escuchar el discurso del dirigente ganador, los miedos y temores se expandieron por todo el Viejo Continente.
La amenaza griega atacaba de nuevo…
A menos de cuatro años del primer gran rescate de la economía de ese país, el ahora partido gobernante amenaza con tirar a la borda todos los planes de reestructuración y ajuste conseguidos hasta el momento.
El pensamiento consensuado de la gran mayoría de los analistas es que al euro le esperan semanas de mayor turbulencia a la ya causada por la última decisión del Banco Central Europeo de emitir una cantidad innumerable de euros sin precedentes hasta el 2016.
Es una teoría que comparto, pero sólo en el corto plazo.
Creo que la volatilidad persistirá, sin dudas. Pero mirando el mediano plazo pregunto…
¿No es la salida de Grecia la mejor noticia que puede darse para la Unión Europea?
Sin dudas que es un pensamiento contrario al consenso actual, pero mi justificación está basada en lo siguiente…
En lo inmediato, la UE está entre la espada y la pared, así como lo está Grecia también. Por el lado de la región común, los principales tenedores de deuda griega son jugadores “pesados” de las principales economías del bloque.
Desde ya que esto es un problema grave, sin dudas, ya que un default de la deuda generaría pérdidas cuantiosas.
Pero me hago la siguiente pregunta:
¿Le conviene a la UE tener un país tan desalineado en términos macroeconómicos como Grecia?
Analicemos lo siguiente:
– Mientras que la tasa de desempleo de la zona euro es de 11,5%, esa variable supera el 25% en Grecia.
– Mientras que para la Eurozona el déficit fiscal agregado es de casi 3% del PBI, para el país helénico ese indicador alcanza el 12,2% de su producto bruto.
– Mientras que la relación Deuda / PBI de la UE se unica en torno al 94%, para Grecia esa variable llega a 175%.
Y así sucesivamente…
Internamente muchos saben, y coincido, que por más rescate y reestructuración de deuda que se haga a la economía griega, la misma no podrá despegar mientras no haya un cambio estructural.
Y quizás ese cambio estructural sea salir de la UE, con los costos políticos y económicos que trae aparejado.
Pero para la UE quizás es el momento de cortar financiamiento, hacer efectiva la pérdida hoy y evitar que la misma se haga un efecto “bola de nieve” con costos muchos mayores a los actuales.
Una salida de un país del bloque común puede ser un ejemplo aleccionador para el resto de los países que intenten vivir de prestado y en la sobreabundancia.
Póngase un instante en el lugar contrario al consenso y verifique que es lo más conveniente pensando en el largo plazo.
Luego, emita una opinión.