Una mirada detrás del tarifazo

Luz y gas son dos de las palabras de moda que están en la actualidad en la boca de cualquier argentino que vive en la Capital o el Gran Buenos Aires. Tras el ajuste de las tarifas impulsado por el Gobierno y el freno judicial que decretó la sentencia de la Corte Suprema la semana pasada, la discusión sobre el cuadro tarifario se ha convertido en un deporte nacional.

Suele ocurrir en Argentina, donde las pasiones se mueven rápidamente y cada ciudadano se transforma en un erudito de la materia con tan solo leer unos párrafos sobre el tema en cuestión.

Para aportar mayor rigor cualitativo (y cuantitativo) al análisis, es imprescindible recurrir a los números concretos. Y en el caso de las empresas de servicios públicos, tenemos la ventaja de que sus balances están disponibles para todo el público ya que la gran mayoría de estas firmas cotizan sus acciones en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.

Muchos sectores políticos y representantes de la clase obrera en Argentina han coincidido de que urge revisar las tasas de ganancias de las compañías en cuestión, tratando de ver si son excesivas o no y si se justifica el reacomodamiento de las tarifas impulsado por el Gobierno macrista.

Para todos ellos, les tengo una mala noticia: no hay ganancias en el horizonte sino que, por el contrario, los números del primer semestre son tremendamente deficitarios.

Si tomamos las dos principales distribuidoras de energía eléctrica de CABA y Gran Buenos Aires (y del país), como Edenor y Edesur, más las dos empresas distribuidoras de gas más relevantes del área Metropolitana, como Metrogas o GasBan, la pérdida llega a la escalofriante suma de $ 2.055,8 millones en el primer semestre del año.

1608_Resultados Semestrales

Como se observa, ninguna de las cuatro empresas implicadas en el análisis ha ganado dinero en el primer semestre del año, siendo Edenor la que se encuentra en un estado financiero crítico al verificar una pérdida de $ 1.185 millones en seis meses.

Esto describe un poco, de pie a cabeza, la situación del sector.

La gran mayoría de estas empresas ha recibido subsidios para compensar la suba de costos durante 2003-2015, pero en muchos casos ese dinero no alcanzó. Asimismo, al no tener la posibilidad de ajustar sus precios de ventas, las pérdidas se han ido profundizando de una manera tan violenta que descapitalizó estas compañías.

Y en la actualidad ya no se trata de un problema financiero y de rentabilidad el de las firmas involucradas en el negocio de distribución de luz y gas, sino que ahora se transformó en uno de solvencia.

A lo largo de los años, el Patrimonio Neto (PN) de estas firmas se viene deteriorando fuertemente. Tal es así que, por ejemplo, Metrogas tiene un PN negativo en $ 1.449 millones. Y si sumamos el patrimonio de las cuatro empresas involucradas en el análisis, el mismos da, apenas, $ 1.306 millones.

1608_PN

Para ser más concreto y elocuente: patrimonialmente, las cuatro distribuidoras de gas y luz más importantes del país tienen un valor que representa la mitad del dinero que se destinaría al programa estatal Fútbol para Todos.

Así de distorsionado está todo en un país que pretende recuperar el brillo perdido, pero no sabe ni cómo ni cuándo lo logrará.

Acciones: Una alarma que no podemos ignorar

Estamos ante un típico escenario donde los inversores bajan la guardia, se siente confiados y no perciben los riesgos. Hay un indicador clave que nos está mandando una alarma que no debemos dejar pasar.

Por más que uno sea un inversor de largo plazo, muchas veces debe saber que hay un lema que nunca debe dejar de lado al momento de invertir: “Es tan importante el timing de comprar una acción, como el momento de venderla si las ganancias son significativas”.

El timing de venta se torna aún más importante en situaciones de exceso de confianza de los inversores y mercados en zona de sobrecompra. Hoy estamos ante esta realidad.

¿Qué es lo que me hace pensar esto?

Hay un indicador que es objetivo y que se calcula en base a las ganancias concretas de las compañías y a los precios que las mismas tienen en Bolsa. Se trata, ni más ni menos, que del ratio Precio / Ganancia.

Este múltiplo, que surge del cociente entre el precio de una acción y las ganancias de esa firma, nos indica cuántos años de iguales ganancias son necesarios para recuperar la inversión si la empresa distribuyera la totalidad de las mismas como dividendos en efectivo.

Cuanto más bajo es el valor del ratio P/G, menos años necesito en teoría para recuperar el dinero, y más conveniente es la inversión.

Uno como inversor puede calcular el P/G para una acción concreta, un grupo de acciones, una industria o un sector determinado. Siempre es válido el valor del P/G comparado con otro, ya que se trata de una valuación relativa.

En esta línea, podemos comparar distintos P/G de diferentes compañías que pertenecen a la misma industria para saber cuál está más barata que otra. O también, podemos comparar el Precio / Ganancia actual del activo contra la evolución promedio histórica de ese ratio y determinar si está muy cara o no en los momentos vigentes.

Si hacemos esto último con el índice S&P 500 vamos a descubrir que hoy la Bolsa está cara.

 

S&P

El gráfico anterior es elocuente de lo que ocurre con el S&P 500, el principal indicador bursátil del mundo que incluye las 500 empresas más grandes de Estados Unidos.

El indicador Precio / Ganancia se encuentra en 19,4 veces. Esto es superior a las 17,6 veces de promedio de los últimos 15 años (línea marrón) y las 15,9 veces del promedio de los últimos 10 años (línea gris). Ese es el primer llamado de atención.

La segunda luz amarilla se enciende a partir de que cuando este ratio cruza de abajo hacia arriba el promedio de los últimos 15 años, entonces se está gestando una crisis. Un claro ejemplo fue a finales de 2007 cuando luego estalló la burbuja inmobiliaria.

Son alertas que no podemos ignorar.

Hay dos posibles causas de la suba del P/G del S&P 500. O sube mucho el precio de las acciones (numerador) o no crecen lo suficiente las ganancias corporativas (denominador). Hoy ambos efectos ocurren en simultáneo.

¿Todas las acciones caerán con una inminente corrección del mercado? No. Pero es el momento de estar más alerta y selectivo que nunca.