La Fed y el dólar en su laberinto

Columna publicada en Inversor Global

No es Grecia, sino Estados Unidos.

Allí debería estar el foco del inversor si quiere detectar tendencias para su cartera en un horizonte de mediano plazo.

Grecia representa el 2% de la economía de la Unión Europea. Y el lunes habrá una reunión de emergencia en el bloque para analizar su situación.Lo más probable es que la solución llegue a último minuto, prolongando la agonía griega para el futuro. Y en caso de que no ocurra, seguramente habrá volatilidad. Pero sólo en el corto plazo…

Lo importante es lo que está ocurriendo al otro lado del Atlántico con la principal economía del mundo: Estados Unidos. Y lo cierto es que a esta altura del año la dinámica de la actividad no está siendo la que esperaban la gran mayoría de los funcionarios de la Reserva Federal.

Recordemos que la entidad abandonó su política de expansión monetaria a finales de 2014 con la idea de comenzar a subir sus tasas de interés temprano en 2015. De esta manera, quería dar una señal de cierta “normalidad” al sistema financiero y sus agentes.

No solo que esto no ocurrió, sino que en la última reunión de política monetaria (del martes y miércoles pasado) la Fed dejó una clara alerta al mercado: no habrá suba de tasas de interés.

¿Cómo lo sé?

Algunos puntos del comunicado son muy elocuentes al respecto:

  • “La economía se ha expandido a un ritmo moderado recientemente”
  • “Disminuimos la proyección de crecimiento del PBI para este año”
  • “No se descartan alzas en la tasa de interés de acá a fin de año”

Las tres citas son una clara alusión a un tono menos agresivo de un banco central que se encuentra en medio de una encrucijada: si sube la tasa puede ralentizar aún más el magro crecimiento económico actual. Si no la sube, el mercado intensificará su adicción por el dinero “gratis”.

Ciertamente, parece un laberinto sin salida.

Mientras tanto, la reacción de los inversores fue contundente. Subieron el oro, el petróleo, las acciones y los bonos. Y esto con la “tragedia griega” en el medio.

¿Saben qué fue una de los pocos activos que bajó?

El rendimiento de los bonos del Tesoro americano y… ¡el dólar!

Esto último no debería sorprendernos. Se lo advertí en el newsletter de principios del mes de abril titulado “La suba del dólar tiene los días contados…”. Allí señalaba lo siguiente:

“Por el otro lado, los datos actuales confirman mi presunción: la economía estadounidense crece, pero de manera timorata. ¿Se crean más empleo? Sí. ¿Hay más confianza del consumidor? Sí. ¿El consumo despega finalmente? Ni.

En este último punto puede haber una lección encubierta consecuencia de la última crisis: el consumidor estadounidense cuida más su ingreso, es más cauto. ¿Cómo lo sé? Basta con mirar la evolución de la Tasa mensual de ahorro personal, que publica el Bureau de Análisis Económico, la cual acumula una mejora continua durante los últimos seis meses.

En septiembre, octubre y noviembre, la tasa promedio de ahorro era del 4,5% de los ingresos. En diciembre saltó a 4,9%, en enero a 5,5% y en febrero a 5,8%. Esto quiere decir que la mayor cantidad de ingresos disponible proveniente de la caída del precio de la gasolina no fue a consumo sino que se destinó gran parte a ahorro.

De allí que la economía estadounidense no muestra una gran recuperación en los últimos meses como se preveía con la venidera estampida bajista del petróleo.”

Y la Reserva Federal comenzó a sincerar esa situación con las proyecciones vertidas en su último comunicado:

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De la tabla anterior se pueden sacar importantes conclusiones:

  1. Se espera menor crecimiento del PBI en 2015
  2. La tasa de desempleo mejoraría menos de lo estimado inicialmente
  3. No habrá presiones inflacionarias

Todo lo anterior tira, entonces, por tierra las especulaciones de que la Fed comenzará a subir las tasas de interés en el mes de septiembre. Las expectativas se han movido una vez más hacia adelante, esta vez, al último trimestre de 2015.

Pero nuevamente le digo, en caso de que esto ocurra el ajuste será simbólico y el gradualismo se impondrá por muchos años. La Fed está atrapada en esta instancia.

Y el dólar también…

Sino miré lo que ha venido ocurriendo con la cotización de la divisa en función de la canasta de monedas de países desarrollados.

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Como podemos observar, luego de la gran sobre reacción del mercado, que fue de agosto de 2014 hasta marzo de 2015, el dólar viene retrocediendo al compás de la música menos exultante de la Fed.

¿Cómo sacar provecho de esta situación?

Por dos caminos:

El primer es más intuitivo y sería apostar en el corto plazo a empresas exportadoras estadounidenses o con negocios en el exterior ya que la debilidad del dólar proporcionará un efecto positivo en los ingresos generados por fuera de los Estados Unidos.

El segundo sería hacer una apuesta de riesgo por el retorno de los commodities. Sabemos que la correlación entre el precio de los mismos y el valor del dólar es inversa, por lo que si la debilidad reciente de la divisa estadounidense llegó para quedarse, los precios de las materias primas podrían tener un punto de inflexión.

Esté atento a cada circunstancia.

A su lado en los mercados,

Diego Martínez Burzaco