La caída del crudo financia el “dólar ahorro”

Desde octubre de 2014, el mundo miraba azorado como comenzaba el gran desplome de los precios del petróleo, los cuales cayeron más de un 50% en los últimos seis meses.

Mientras muchos inversores se lamentaban por tener grandes posiciones en acciones petroleras, en el fondo se escuchaba el eco de una voz que decía: “al fin el mundo, que se nos había caído encima, nos da una mano”.

Esa frase podría bien haber sido adjudicada a cualquier funcionario de alto rango del Gobierno argentino ya que durante la “década ganada” (en realidad no son 10 sino 12 años ya de la actual administración gobernante) el país pasó de ser un exportador neto de energía a importador neto.

La caída del precio del petróleo auguraba una buena noticia, entonces, para las deterioradas finanzas públicas argentinas. El resultado de la balanza comercial sentiría un alivio importante al proyectarse un ahorro de casi US$ 4.500 millones en importaciones de combustible de continuar el barril oscilando en un precio cercano a los US$ 50.

Según los datos de la propia Secretaría de Energía, el saldo deficitario de la balanza comercial energética en 2014 fue de US$ 7.369 millones, que compara con el rojo de US$ 8.109 millones registrados en 2013. Y si bien es cierto que gran parte de las importaciones argentinas son gas natural y gas licuado, también lo es que la caída del petróleo a nivel internacional arrastró a la baja a los precios del gas.

Por ejemplo, a comienzos de octubre de 2014, el precio del millón de BTU de gas natural oscilaba los US$ 4. Hoy está en torno a US$ 2,75, mostrando una caída de casi 32%.

No se trata de una baja menor…

Esto también redundaría positivamente en las arcas del Banco Central de la República Argentina, pudiendo mostrar un fortalecimiento genuino de las reservas internacionales neto de todo préstamos (llámese swap con China, crédito bilaterales con otros bancos centrales, etc). La mejora provendría por la menor necesidad de desprenderse de dólares para financiar las importaciones de energía.

Sin embargo, esta lectura puede ser sesgada e incompleta.

A medida que la desconfianza crecía y el atraso cambiario se hacía más evidente, el ciudadano argentino intensificó su compra de “dólar ahorro” al precio oficial más el 20%. Es así como desde noviembre último, las compras de dólares crecieron mensualmente ininterrumpidamente.

En noviembre fueron $ 403 millones, en diciembre $ 424 millones, en enero $ 456 millones, en febrero 462 millones y en marzo, alcanzamos el récord absoluto con $ 479 millones.

Dólar Ahorro

Mientras que cuando se habilitó la compra del dólar ahorro el monto mensual oscilaba en torno a US$ 150 millones, durante los primeros tres meses de 2015 ese promedio se ubicó en torno a los US$ 460 millones, tres veces más.

Si consideramos este ritmo de dolarización de ahorros mensual para el resto del año, estaríamos hablando de US$ 5.520 millones, prácticamente todo el ahorro proveniente de la caída de la energía importada más US$ 1.000 millones adicionales.

De tal manera, dos conclusiones pueden extraerse de la actual coyuntura:

1- La reservas internacionales no gozarán el efecto positivo de la caída del precio del petróleo y no se verificará acumulación genuinas de reservas.

2- La dolarización de los portafolios se intensifica a medida que el atraso cambiario se hace más evidente y crece la incertidumbre política.

Esta dolarización, por el momento, está financiada por la caída de los precios internacionales del crudo. Si esto se revierte, estaríamos ante un grave problema.

Y una vez más se alzarán las voces acusatorias contra el mundo “por caerse encima nuestro nuevamente”…

Dos factores por los que el Merval subirá fuerte en 2015

El 2015 no es un año cualquiera. Es muy particular para Argentina.

Se trata del primer año, desde 1999, en el cual habrá elecciones presidenciales con la economía en recesión económica. En 2003, cuando asumió Néstor Kirchner, la economía estaba recuperándose de la gran crisis de la Convertibilidad. En 2007, el modelo kirchnerista estaba en apogeo desde el punto de vista económico (alto crecimiento, inflación controlada y superávit gemelos). Y en 2011 la economía crecía al 9%, impulsada por el consumo en el mercado doméstico, aunque ya se dejaban ver ciertas grietas en el actual sistema económico, como la elevada inflación y la fuga de divisas internacionales.

El 2015, en tanto, nos encuentra con el agravamiento de estos dos últimos problemas (alta inflación y escasas reservas internacionales) adicionado a un estancamiento económico. Estamos ante el famoso fenómeno de “estanflación” que llamamos algunos economistas.

Lejos de ser un caso comparable a la depresión económica de 2001, este proceso es inédito y desconocido por la actual administración: llegar a una elección presidencial con la economía “parada”.

Seguramente veremos políticas pro-consumo próximamente para que la anemia económica no golpee con fuerza en octubre, cuando se celebran las elecciones. Pero en el mejor de los casos, la economía no caerá, pero tampoco crecerá.

Bajo este contexto, la pregunta obligada es: ¿cuál es la estrategia que debe llevar adelante el inversor?

Comprar acciones.

Me estoy adelantando a la conclusión de este informe, pero a continuación expondré dos factores que me inclinan a pensar de esta manera.

Adentrémonos en los mismos.

Factor 1: El recambio político

Es indudable que el fin de un ciclo político genera renovadas expectativas. Más allá del color político, las elecciones presidenciales y la posibilidad de un cambio ilusionan a los inversores.

Los años en los que se han celebrados los comicios presidenciales han sido, por lo general, positivos para quienes apostaron a refugiarse y posicionarse en renta variable.

Merval

En los últimos cuatro años dónde hubo elecciones presidenciales, el índice Merval subió en tres ocasiones. Y si tomamos el rendimiento promedio anual, el mismo fue de 25%.

En mi opinión, el efecto expectativas de cambio político, alta inflación y presiones cambiarias llevarán al índice bursátil a una suba superior al promedio mencionado para el 2015.

Factor 2: Los precios incorporan las peores noticias

Argentina no es un país particular. Eso ya lo sabemos. Si hay algo que ha caracterizado a la economía criolla es que a lo largo de su historia su comportamiento ha sido pendular, pasando de un extremo a otro.

En este sentido, el proceso actual no es distinto ni presenta características extraordinarias a períodos anteriores donde los eventos económicos han sido negativos.

En la actualidad convivimos, como ya mencionamos, con una economía estancada, con alta inflación, con caída del comercio exterior (tanto exportaciones como importaciones), con retraso cambiario, con un balance del Banco Central de la República Argentina devastado, con déficit fiscal creciente y con escasez de divisas. Y la frutilla del postre es el default técnico o la falta de acuerdo con holdouts.

Sí, todas malas noticias.

Pero eso es una buena noticia para los inversores.

Los precios de las acciones tienen gran parte de esa información negativa incorporada.

¿Se puede estar peor? Sin dudas. Pero es más probable que estemos más cerca de recibir buenas noticias (con el recambio presidencial) que la continuidad de malas señales.

Una muestra de que el mercado argentino está más barato en términos relativos que otros es utilizando el índice Precio / Ganancias, que vincula el precio de las acciones con las ganancias de las compañías.

Cuanto menor es el índice en cuestión, más barato el mercado.

¿Por qué?

Porque si suponemos que las empresas distribuyen su actual nivel de ganancias en forma de dividendos en efectivo por los próximos años eso nos estaría mostrando en cuanto tiempo el inversor recuperaría su inversión inicial.

Mientras que para las acciones estadounidenses, medidas por el S&P 500, el ratio Precio / Ganancia se ubica en 19 veces, para el caso del Merval ese nivel es de 13,5 veces. Aún sabiendo que el Merval es poco representativo porque sólo contiene 12 empresas, cuando extendemos el análisis al Merval 25 el ratio P/G es de 13,6 veces.

Esto implica que el mercado argentino está barato, incluso cuando lo comparamos con índice regionales como el IPSA chileno, cuyo ratio de Precio / Ganancia es de 15 veces.

La Bolsa argentina se está despertando de letargo. Más inversores hacen apuestas en ella. Y eso induce a la mayor volatilidad. Todos quieren ganar, jugando al alza o a la baja.

De lo que estamos seguros es que a mayor volatilidad, mayor retorno esperado.

Esa es la regla básica y número 1 de los mercados.

Y sobre ella descansa la posibilidad de hacer grandes negocios para el inversor.

En una jornada volátil, la bolsa retrocedió 0,7%

Nota publicada en www.ambito.com

La bolsa porteña retrocedió 0,7% y el índice Merval finalizó a 8.957,69 unidades. Sucedió luego del buen desempeño del martes, cuando los inversores se habían volcado a las compras, especialmente de acciones petroleras, impulsados por la recuperación del crudo. Este miércoles una nueva baja del petróleo, que se desplomó cerca de un 8%, hizo que volviera la cautela a la plaza local. Tenaris se hundió 5%, seguida por Banco Francés, que bajó 1,3%.

Diego Martínez Burzaco, economista jefe de Inversor Global señaló: “Influyó el tema del crudo sin dudas, básicamente en Tenaris. En Petrobras Brasil el movimiento estuvo matizado por la salida de la CEO de la firma. Y en YPF la expectativa estuvo centrada en las reuniones del Gobierno con sus pares chinos y la colocación de deuda que la firma hacía en Nueva York”. Los papeles de la petrolera brasileña cerraron planos, mientras que los de la estatal argentina cayeron 0,8%.

Por su parte, los títulos públicos mantuvieron una tendencia alcista. El Bonar 2017 subió 0,5%, lo mismo que el Bonar 2024; el Discount, 0,34%; y el Global 17, 1,77%. Entre los descensos se encontraron el Par en dólares (-0,16%), el Par en pesos (-0,63%) y el Boden 2015 (-0,14%). Con esta tendencia el riesgo país que mide el J.P. Morgan subió 0,14% a 728 unidades.

Por otro lado, entre los cupones atados al crecimiento del PBI, el TVPA (en dólares ley argentina) saltó 2,87% ($ 89,50), el TVPE (en euros) escaló 6,19% ($ 103), el TVPP (en pesos) se valorizó 4,17% ($ 5,75), el TVPY (regido por la ley extranjera, canje 2005) se apreció 0,81% ($ 93,50), y el TVYO (serie II, regido por la ley Nueva York, canje 2010) mejoró 2,27% ($ 90).

“Los precios de los bonos argentinos en dólares expresados en pesos se incrementaron por subas en el tipo de cambio implícito y en paridades”, dijo Allaria Ledesma y Compañía Sociedad de Bolsa en un informe.

 

El escalofriante riesgo de la bolsa argentina

La palabra riesgo en inversiones es extremadamente utilizada. A mí gusto, un poco más de la cuenta.

Sabemos que, per sé, una inversión en Bolsa es más riesgosa que otras inversiones tradicionales como un depósito a plazo fijo. Pero no descubro nada con ello, sino que detrás convalido la regla que rige en los mercados globales: a mayor riesgo, mayor retorno esperado asociado.

Pero cuando hablamos de riesgo, ¿a qué nos referimos exactamente?

Para medir el riesgo de una inversión en el mundo bursátil se utiliza la noción de volatilidad, la cual está asociada a la variable estadística de desvío estándar. En términos simples, este indicador señala cuál es el nivel promedio de desvío de precios respecto un precio promedio en un período de tiempo determinado.

Cuanto mayor es el desvío estándar, más volátil es el activo: implica que los movimientos de precios oscilan mucho más en relación al precio promedio de ese rango de fechas.

A menudo solemos señalar que la Bolsa argentina es una de las más volátiles del mundo. Esto se debe,en parte, al pequeño tamaño relativo del mercado, la baja liquidez de muchas acciones y la inercia cambiante de la economía local.

No hay duda de ello. Esto es así.

Mientras que en las bolsas desarrolladas, como los principales índices de Wall Street o Europa, el nivel promedio de volatilidad o desvío se ubica por debajo del 20% anual, para el Merval, principal índice de acciones argentinas, ese nivel más que se duplica.

Por ejemplo, para las últimas 40 ruedas bursátiles, la volatilidad llegó al 49%. Esto es altísimo. Y hasta intolerable para los inversores con perfiles de riesgo más conservador.

Cuando desagregamos el análisis, observamos que los niveles de volatilidad de las acciones integrantes del índice son aún más grandes, llegando, en algunos casos, al 93% (como en Petrobras Brasil).

1502_Riesgo argentino

Estos datos, que surgen del Instituto Argentino de Mercado de Capitales (IAMC), muestran a las claras el por qué la Bolsa argentina se asocia con una inversión de altísimo riesgo. Adicionalmente, lo que observamos es que la prima de volatilidad subió un escalón más en 2015 respecto el nivel de 2014.

¿Por qué?

Por dos cuestiones: estamos en un año de elecciones presidenciales y el mundo se ha tornado más volátil.

Pero esta mayor volatilidad (riesgo) es la que me hace ser más optimista con el Merval para los próximos meses. Usted podrá considerar que no es el momento adecuado para invertir ni mucho menos, considerando los grandes desajustes que existen en la economía argentina.

Pero como dije en un principio, existe una correlación positiva entre el riesgo y el retorno esperado. Y si hay más riesgo hoy, es de esperar que haya más retorno mañana.

Observemos el comportamiento del índice en los primeros 23 días de 2014 y de 2015:

1502_Merval en 23 dias

Luego de un comienzo de año errático, el Merval está haciendo un catch up de performance respecto el 2014. De continuar así, se esperan semanas aún más ventajosas para el inversor que las vividas un año atrás.

Gran parte de las noticias y eventos negativos ya está incorporado en los precios actuales de los activos.

Soy consciente del riesgo, pero soy optimista con las acciones argentinas en 2015.

La salida de Grecia puede ser la solución para la UE

A lo largo de mi vida profesional, tanto como economista o como inversor, adherí en algunos momentos a la tendencia de la corriente contraria al consenso.

Desde ya que no es una conducta que utilizo en todos los casos, pero llevar adelante el ejercicio de ser contrario a una tendencia puede ser muy gratificante en casos puntuales.

Hoy el tema central en los mercados financieros es la elección que se llevó a cabo en Grecia el último domingo y la victoria del partido de “izquierda” en la misma. Rápidamente, al escuchar el discurso del dirigente ganador, los miedos y temores se expandieron por todo el Viejo Continente.

La amenaza griega atacaba de nuevo…

A menos de cuatro años del primer gran rescate de la economía de ese país, el ahora partido gobernante amenaza con tirar a la borda todos los planes de reestructuración y ajuste conseguidos hasta el momento.

El pensamiento consensuado de la gran mayoría de los analistas es que al euro le esperan semanas de mayor turbulencia a la ya causada por la última decisión del Banco Central Europeo de emitir una cantidad innumerable de euros sin precedentes hasta el 2016.

Es una teoría que comparto, pero sólo en el corto plazo.

Creo que la volatilidad persistirá, sin dudas. Pero mirando el mediano plazo pregunto…

¿No es la salida de Grecia la mejor noticia que puede darse para la Unión Europea?

Sin dudas que es un pensamiento contrario al consenso actual, pero mi justificación está basada en lo siguiente…

En lo inmediato, la UE está entre la espada y la pared, así como lo está Grecia también. Por el lado de la región común, los principales tenedores de deuda griega son jugadores “pesados” de las principales economías del bloque.

Exposición a deuda griega

 

Desde ya que esto es un problema grave, sin dudas, ya que un default de la deuda generaría pérdidas cuantiosas.

Pero me hago la siguiente pregunta:

¿Le conviene a la UE tener un país tan desalineado en términos macroeconómicos como Grecia?

Analicemos lo siguiente:

– Mientras que la tasa de desempleo de la zona euro es de 11,5%, esa variable supera el 25% en Grecia.

– Mientras que para la Eurozona el déficit fiscal agregado es de casi 3% del PBI, para el país helénico ese indicador alcanza el 12,2% de su producto bruto.

– Mientras que la relación Deuda / PBI de la UE se unica en torno al 94%, para Grecia esa variable llega a 175%.

Y así sucesivamente…

Internamente muchos saben, y coincido, que por más rescate y reestructuración de deuda que se haga a la economía griega, la misma no podrá despegar mientras no haya un cambio estructural.

Y quizás ese cambio estructural sea salir de la UE, con los costos políticos y económicos que trae aparejado.

Pero para la UE quizás es el momento de cortar financiamiento, hacer efectiva la pérdida hoy y evitar que la misma se haga un efecto “bola de nieve” con costos muchos mayores a los actuales.

Una salida de un país del bloque común puede ser un ejemplo aleccionador para el resto de los países que intenten vivir de prestado y en la sobreabundancia.

Póngase un instante en el lugar contrario al consenso y verifique que es lo más conveniente pensando en el largo plazo.

Luego, emita una opinión.

 

 

¿Por qué sube el oro?

“No des por muerto a quien pelea”, dice la cita…y así parece para el caso del oro en la actualidad.

Los últimos dos años han sido realmente frustrantes para aquellos que apostaron al oro o a empresas mineras. Y no es para menos ya que mientras que el índice de acciones S&P 500 quebraba récords históricos (subiendo más de 30% en 2013 y un 12% en 2014) este metal no ha parado de bajar. Y esto, inevitablemente, arrastró a las empresas del sector.

Sin embargo, para finales del año pasado algo comenzó a cambiar…

La estrepitosa caída de más de 50% del precio del petróleo ha sido una fantástica noticia para el metal precioso. Resulta que ese hecho fue el principio del caos financiero, de mayor pánico y de la llegada de un gigante dormido: la “volatilidad”.

No hay que exagerar los movimientos, desde ya, pero se van formando indicios que pueden confirmarse en tendencias a lo largo de 2015. Para ello busquemos fundamentos…

Analicemos los rendimientos relativos en lo que va de 2015:

Mapa de Rendimientos                                                              Fuente: FinViz.com

Como se observa, los dos ETFs más rentables son el FAZ (que juega a la baja apalancada de las financieras estadounidenses) y el GDX (fondo que contiene acciones mineras). Mientras que en la sección commodities, quien está en “verde” en más de 6% es, ni más ni menos, el oro.

Más allá de que podemos justificar la suba del metal por la mayor incertidumbre e inestabilidad, no podemos dejar descansar la totalidad de nuestra justificación solamente en ese hecho. Hace varios meses que la correlación entre pánico y precio del oro ha dejado de ser estrictamente positiva.

Entonces, ¿por qué sube el metal…?

Hay varios motivos.

El primero y principal es Estados Unidos.

Por segundo mes consecutivo la inflación mensual fue negativa si consideramos el índice agregado, incluyendo los precios de los alimentos y la energía. En este sentido el índice de precios minoristas de diciembre mostró un retroceso de 0,4%, el mayor en los últimos seis años.

Asimismo, si consideramos el índice core, que excluye alimentos y energía, el índice no varió, cuando se esperaba un avance de 0,1%.

Este efecto adicionado a los problemas laborales verificados en la industria del petróleo no convencional en ese país ha hecho que las expectativas de suba de tasas de interés por parte de la Reserva Federal se disipen en el corto plazo. El consenso habla ya de que, si hay un ajuste del costo del dinero, recién se dará en el segundo semestre.

Esto fortalece al oro.

En segundo lugar, la demanda en China sigue siendo fuerte. Con el metal en precios más bajos en tres años, los chinos ahorren e invierten en él. Una aceleración de la segunda economía mundial podría potenciar esa tendencia.

Finalmente, India levantó, hace poco menos de un mes, las restricciones a las importaciones de metales preciosos. Eso llevó a una gran variación porcentual interanual en la demanda de oro y plata, efecto que continuará. Los indúes aman el metal.

Si esto es así, el oro seguirá subiendo.

¡Inversores atentos!

 

Los especuladores del petróleo al descubierto

Tengo 14 de años de experiencia en los mercados y las inversiones. Si hay algo que aprendí, ciertamente, es que el precio de cada uno de los activos financieros es el “rey”.

¿Qué implica esto?

El precio de un activo financiero es único y es el que se deriva de la interacción de la oferta y la demanda. En muchas ocasiones uno sabe que el precio puede estar manipulado por cuestiones ajenas a los fundamentos de ese activo y que en la teoría ese nivel debería ser muy distinto al que muestra la realidad.

Pero allí no hay nada que hacer. El precio que se muestra en la pizarra manda y hay que aceptarlo, nos guste o no desde nuestra perspectiva de inversores.

Pero ciertamente cuando notamos que el desfasaje entre el precio de mercado y el precio que debería tener un activo es demasiado grande, ahí es donde aparecen las grandes oportunidades.

Esta vez quiero referirme al petróleo y su abrupto descenso de más de 45% en el 2014. Me cuesta creer que a todo el espectro de analistas globales se les haya pasado por alto este repentino exceso de oferta del commodity en sus proyecciones para el precio del crudo durante este año.

Siempre, desde un primer momento, manifesté que el trasfondo de la caída del precio del petróleo respondía a una cuestión geopolítica donde una gran cantidad de poder global estaba en juego. La irrupción desde hace unos años atrás de Estados Unidos como gran productor mundial de petróleo y gas no convencional amenazaba con cambiar las relaciones de poder en el mundo y la influencia de la OPEP (Organización de los Países Exportadores de Petróleo) en el mapa global.

Y la reciente tapa del prestigioso diario The Economist así lo demuestra:

Petróleo

Pero aún considerando este cambio estructural en el mercado energético global, no encuentro justificación suficiente para explicar la baja tan abrupta del precio del oro negro.

Y es ahí donde hay que buscar otras explicaciones.

Ni en las épocas de la gran crisis financiera de 2008 se veía tanta volatilidad en el precio del crudo. En las últimas semanas hemos sido testigos de cómo su precio oscilaba entre +3% y -3% en una jornada diaria y viceversa. Es allí donde los especuladores entran en acción y la irracionalidad de corto plazo domina la escena.

Si el mundo desarrollado está más estable, si Estados Unidos crece a su nivel más rápido en una década (5% anualizado en el tercer trimestres) y si el mundo emergente no ha sufrido una recesión imponente, entonces me pregunto: ¿cómo el petróleo puede retroceder más de 45% en este contexto?

Extraño.

Pero como le mencioné anteriormente, la irracionalidad de corto plazo puede abrir oportunidades. Y el siguiente gráfico puede decirnos mucho acerca de eso:

Petróleo_vs_XLE

 

Tras acusar el impacto inicial de la fuerte caída del crudo, en las últimas semanas el ETF de Energía (XLE) -línea azul-no solamente no acompañó la persistente caída del precio del petróleo -línea roja- sino que comenzó a subir.

En concreto, esto puede interpretarse como una señal de que las últimas bajas del crudo forzadas por los especuladores han perdido credibilidad y que los inversores creen que no podrá sostenerse por mucho tiempo más, por lo que aumentan su exposición a empresas del sector esperando el ansiado rebote de precios.

Particularmente creo que esto es así. Y que hay oportunidades.

El tiempo dirá quien tiene la razón. Lo que la historia dice es que en el largo plazo tienden a primar los fundamentos, dando un guiño hacia el posicionamiento en acciones petroleras.