Cuatro inversiones para “combatir” el dólar planchado

Pesos

Todos, absolutamente todos, están sorprendidos por la evolución del dólar en los últimos días. Tras el levantamiento del cepo cambiario, la divisa estadounidense dio el salto lógico que indicaba el “dólar libre” de la Bolsa y, a partir de allí, comenzó su tendencia declinante.

Tal es así que en la jornada del 21 de diciembre último, la divisa perforó el piso de los $ 13,00 y llegó a cotizar en niveles de $ 12,80. Allí, los rumores del mercado mencionaron que el Banco Central salió a defender la caída comprando dólares en la plaza cambiaria.

A priori, para el corto plazo, el precio del dólar parecería no se disparará. Esto se debe a diversos factores:

  • Todavía los sistemas de compra y venta libre del dólar que aplican los bancos no están funcionando correctamente.                                                                                                                                                                               
  • Los grandes inversores institucionales, como banco, compañías de seguro y grandes empresas atraviesan una alta estacionalidad de demanda de pesos para afrontar el pago de sueldos y aguinaldos.                          
  • La tendencia bajista del dólar desincentiva la compra del mismo a quienes tenían planes de hacerlo para lograr una cobertura.

A priori, en mi opinión, el dólar continuará estable en los niveles actuales. Fluctuará, pero las oscilaciones no serán muy grandes en magnitud en el corto plazo.

Sin embargo, creo que no se trata de un nivel de equilibrio ni mucho menos. Para el mediano plazo, dependerá mucho de las expectativas de los agentes, algo que está íntimamente relacionado con el nivel inflacionario.

O que se vislumbró en noviembre y diciembre es que la inflación se aceleró. Y de no poder cortar con esta inercia en los meses venideros, es probable ver un deslizamiento alcista del dólar.

Pero no en el corto plazo.

Para combatir el dólar estable y la elevada inflación, hay opciones de inversión en pesos de corto plazo que permiten sacar provecho de una buena renta de cobertura.

Investiguemos estas alternativas:

  1. Letras del Banco Central de la República Argentina. Todos los días martes, la autoridad monetaria licita deuda que se denomina Lebac. Se trata de un instrumento en donde uno le presta dinero en pesos al BCRA y luego del plazo de vencimiento del mismo, la entidad devuelve el capital más un interés. Para ser más concretos, uno compra un activo financiero de deuda del Central a un precio menor a $ 100 y cuando vence el organismo le paga 100 al acreedor. La diferencia de precios es la tasa nominal anual de interés que gana el inversor. En las últimas licitaciones las letras entre 35 y 55 días rindieron en torno al 38% anual. Se trata de un instrumento que fácilmente puede acceder el inversor minorista a través de su sociedad de Bolsa o banco. Recomendable.
  2. Caución Bursátil. Se trata del mercado de dinero de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. Allí algunos prestan dinero y otros piden prestado. Para el que tiene un excedente de pesos, puede prestar dinero por un plazo de 7 días como mínimo hasta 60 días o más. Son operaciones que están garantizadas por el Mercado de Valores de Buenos Aires. La tasa de interés promedio de los últimos días, para las operaciones concertadas a 30 días, se ubica en el 31% anual bruto.
  3. Cheques de Pago Diferido. También esta inversión se canaliza a través de la Bolsa. Hay empresas que tienen cheques a cobrar en el tiempo, supongamos 30 días. Como tienen necesidad de los fondos hoy, van a la Bolsa y venden el cheque aceptando un descuento por tener esos fondos disponibles en lo inmediato. El inversor compra el cheque y espera hasta el vencimiento para cobrarlo. Recomiendo los cheques garantizados, que tienen el respaldo de una Sociedad de Garantía Recíproca. Las tasas de rendimiento están por encima del 30% para colocaciones entre 30 y 45 días.
  4. Plazos Fijos. No soy muy amigo de esta inversión, pero con los bancos ofreciendo una tasa nominal anual entre 30% y 32% y un dólar “planchado”, puede ser una alternativa para los más conservadores.

Mientras el dólar se mantenga estable en el cortísimo plazo, estas alternativas pueden cubrirlo de la inflación y darle un retorno en moneda dura.

Aproveche esta coyuntura.

Cómo sacar provecho de la reciente convulsión bursátil

Cronista.com me invitó a hablar sobre las oportunidades de inversión que se abrieron tras el reciente descalabro bursátil. China y Brasil fueron los dos grandes perdedores en esta fuga de capitales desde los emergentes hacia el dólar estadounidense.

En la entrevista ofrezco una serie de consejos que todo inversor debe considerar antes de tomar decisiones apresuradas que lo puedan llevar a errores estratégicos con alto costo de capital.

En el siguiente link, puede ver el video completo. Haga clic acá.

DMB2

 

La Argentina es la mejor inversión del mundo emergente

Nota publicada en La Nación con comentarios personales //

China devaluó y los mercados del mundo se estremecieron. Hace meses, sin embargo, que los países emergentes vienen ajustándose a un nuevo escenario internacional. ¿La excepción? La Argentina. Si un inversor hubiera invertido en pesos en los últimos seis meses y luego transformado esos pesos al tipo de cambio oficial habría obtenido el mejor retorno de todo el mundo emergente.

El país es, según un ranking de monedas emergentes que elabora Bloomberg sobre la base de la cotización oficial del tipo de cambio y la tasa de interés que se paga por las inversiones en pesos, la mejor apuesta en los últimos seis meses, con un retorno en dólares de 3,68 por ciento. Claro, bajo el supuesto siempre de que los inversores pueden acceder al dólar de $ 9,28 que publica el Banco Central (BCRA).

De todo el ranking, sólo seis países vienen ofreciendo un retorno positivo en dólares en los últimos seis meses. A la cabeza, el peso argentino, seguido por la corona checa (3,53%) y, más lejos, por las monedas de Rumania (2,43%), Polonia (0,67%), Hong Kong (0,23%) y Hungría (0,03%).

El rendimiento del peso medido en dólares no llamaría tanto la atención si no fuera porque, en el mismo período, todos los países de la región exportadores de commodities, como la Argentina, sufrieron fuertes pérdidas, y se ubicaron en lo más bajo de la tabla. Por caso, quienes invirtieron en pesos colombianos llevan perdido en seis meses 21,78%, al tiempo que quienes apostaron por el real o el peso mexicano se anotaron bajas en dólares de 13,85% y 11,82%, respectivamente.

“Con las cifras oficiales, la Argentina fue la mejor inversión del mundo. Pero es una mentira porque nadie tiene la posibilidad [con la excepción de los minoristas que compran habilitados por la AFIP] de convertir sus pesos a dólares a esta tasa”, dice a LA NACION el gerente financiero de una compañía de seguros, que pide no ser identificado.

Así y todo, coinciden los economistas, lo que el ranking pone en evidencia es el fuerte retraso cambiario que existe en el país, además de las altas de interés que se pagan por las colocaciones en pesos.

“Una Lebac [Letra del Banco Central] a 40 días rinde 28% en pesos, lo que significa un retorno en dólares de casi 4%. La tasa en dólares es alta porque el atraso cambiario es evidente. En Brasil la tasa es de 14%, pero la depreciación del real hace que en dólares el rendimiento sea negativo”, explica Diego Martínez Burzaco, economista jefe de Inversor Global.

El Banco Central fue subiendo las tasas a lo largo del año para evitar que los inversores se vieran tentados a irse al dólar. Pero también parecen quedarse cortas si se tiene en cuenta que desde que el dólar en el mercado paralelo empezó a subir, a medida que se acentuaron las expectativas de una corrección cambiaria, trepó 28% versus 13% que rindieron los plazos fijos en el mismo período.

“La Argentina tiene un problema de atraso cambiario por doble vía: la devaluación de los socios comerciales, por un lado, y por el otro, su dinámica interna de inflación, que hace que pierda competitividad constantemente”, explicó Martínez Burzaco. “Mientras no se resuelva el problema de la inflación, va a seguir habiendo presión cambiaria, aun si se estabiliza la depreciación de las otras monedas emergentes”, agregó.

Desde Quantum Finanzas, la consultora que dirige Daniel Marx, señalaron en un informe que la Argentina mantiene un objetivo de estabilidad cambiaria que “contrasta” con los movimientos que se están dando en el mercado internacional, y que están emparentados con un dólar en el mundo mucho más fuerte. En este escenario, dice, las situaciones de Grecia y China sólo suman más incertidumbre.

RETORNO QUE NO CONCUERDA CON LA REALIDAD

Rendimiento

En seis meses, quien hizo una inversión en pesos a tasa de interés y luego compró dólares (al cambio oficial) con esos pesos obtuvo una ganancia en dólares de 3,68%.

Excepción

La Argentina se destaca así como el único país de la región con retornos positivos en dólares, pese a que es una economía en recesión y a que los precios de las materias primas se desplomaron..

Entrevista radial en FM Cultura

En esta oportunidad Gustavo Bazzan, periodista económico de Clarín y conductor de Radar Económico por FM Cultura, me entrevistó para hablar de las alternativas de inversión para el ahorrista de cara a las elecciones. También hablamos de la economía argentina y los desafíos que representa.

El link lo encuentra abajo:

 

Tasas en pesos superaban al dólar pero hoy prima miedo a devaluación

En el primer semestre los rendimientos de los plazos fijos y las Lebacs superaron la tasa de devaluación, porque el gobierno pudo planchar el oficial y controlar los paralelos. Hacia adelante, el inversor ya no compara rendimientos, sino que busca dolarizarse según espere un salto devaluatorio o una tablita cambiaria. En caso de que no suceda, piensa que el costo de oportunidad será menor.

Por Verónica Dalto para Cronista.com

En el primer semestre, los activos en pesos rindieron más que la suba del dólar oficial y sus cotizaciones paralelas. Pero la duda hoy es qué tasa tendrían que pagar para compensar las expectativas de devaluación propias de una elección presidencial incrementadas por todos los desequilibrios macroeconómicos acumulados.

La gente espera que el próximo gobierno devalúe en algún momento, no sabe de qué manera ni cuándo, y que en el momento que eso suceda, el dólar tomará velocidad. Es por eso que comenzó a dolarizar sus carteras y que la suba de tasas que está implementando el gobierno en los plazos fijos resulta pequeña y tardía, según los expertos consultados por El Cronista.

El presidente del Banco Central (BCRA), Alejandro Vanoli, dijo ayer que “desde octubre para acá, una persona que invirtió en un plazo fijo, ganó un 20%”, mientras que “quien fue al mercado ilegal del dólar y compró en torno a $ 16, perdió plata”.

Y fue así. Durante los primeros meses del año, el mercado esperaba que el gobierno devaluara del 12 al 18% anual (8,3% el oficial en el primer semestre) y tuviera herramientas para contener el resto de las variables (el contado con liquidación subió 7,35% en el mismo período). Entonces los inversores ganaron una diferencia de 10 puntos colocando sus pesos en un plazo fijo minorista a un 23% a 30 días o una Lebac a un 26% a 90 días. Aunque quedaron por detrás de la inflación, de entre 28 y 30%. También el índice Merval le ganó al dólar, al subir 35,88%.

Pero en el segundo semestre, las expectativas de devaluación superan los rendimientos en pesos.

“De acá a tres meses no le recomiendo a nadie estar invertido en pesos. Porque corre dos riesgos: que salte el dólar y que, aún con esta suba de tasas, no le gane a la inflación, que va a subir con una emisión monetaria que se va a acelerar”, dijo Diego Martínez Burzaco, economista Jefe de Inversor Global, quien también previó que la Bolsa será más selectiva y que las acciones se moverán según las encuestas. “El mercado se va adelantando. Si olfatea una devaluación, muchos instrumentos atados al dólar -bonos soberanos, provinciales, dollar-linked, cedears o acciones vinculadas al mundo- van a subir mas fuerte que los plazos fijos”, agregó.

Según explicó Miguel Angel Boggiano, CEO de Carta Financiera, no se puede comparar el rendimiento de los activos en pesos con el dólar porque tienen velocidades diferentes. “Los plazos fijos y las Lebacs, redondeando, rinden un 2% por mes; te dan algo de manera regular. El dólar, cuando empieza a moverse, tiene un recorrido más explosivo. En los últimos 60 días el blue subió 15%. Es decir, que en dos meses, el blue te sacó de un plumazo lo que habías ganado a plazo fijo a lo largo de siete meses”, dijo.

Compra de dólares
Es por eso que el mercado está en pleno proceso de dolarización de carteras según espere una devaluación discreta, una tablita cambiaria o un mix: el dólar ahorro bate récords, el gobierno tuvo que vender bonos para frenar la suba del contado con liquidación, los títulos dollar-linked rinden negativo y hubo suscripciones promedio de $ 150 millones diarios en los fondos comunes de inversión que ofrecen cobertura en la última semana.

Ante este un panorama, la suba de tasas que planteó el gobierno a 23,58% a 30 días resulta marginal. “La intención fue buena, pero llegó a destiempo y no es suficiente para saciar la sed de dólares ante una elección presidencial”, dijo Martínez Burzaco.

Para Boggiano, “si quisieras hacer que la gente dude un poco, tenés que pensar en una tasa más cercana al 40%. Aun así a muchos no los convencés, porque si el dólar sube 15% en dos meses, no sabe si no subirá 10% en un mes más”. Aunque alertó que esa tasa en las Lebacs deterioraría aún más el balance del BCRA y enfriaría la economía por el traslado al costo de los créditos.

Para el inversor entonces ya no sería una comparación entre rendimientos en pesos y en dólares. Sino que prefiere dolarizarse por temor a una devaluación. Y en caso de que suceda, sabe que el costo de oportunidad será menor.

Los dueños de la liquidez

Esta frase se ha puesto de moda durante las últimas semanas ante el posible accionar divergente de la Reserva Federal en torno a su política monetaria. ¿Qué es, a quién afecta y cómo el inversor puede sacar provecho de esto?

“Vamos a tener que acostumbrarnos a vivir en un mundo con mayor restricción de liquidez”, señala cualquier economista global que tiene que dar una exposición ante inversores en estos momentos.

¿Qué es lo que realmente nos está diciendo? ¿A qué apunta? ¿Me produce algún efecto cómo inversor?

Tengo la intención de responderle cada una de estas inquietudes con la mayor simpleza posible. Ese es mi objetivo para la columna del día de la fecha.

En vocabulario plano, la liquidez no es más que la mayor disposición de fondos monetarios para cualquier participante del mercado a un costo razonablemente bajo.

Tras la crisis hipotecaria en Estados Unidos, allá por el 2007, el banco central de ese país, llamado Reserva Federal, se aseguró de que haya suficiente cantidad de dólares para todas las compañías e individuos que acudían al mercado. El objetivo primordial era que no haya una crisis de liquidez que pudiera terminar en una crisis de solvencia financiera.

Para esto, utilizó extraordinariamente su política monetaria, haciéndola híper-expansiva. Así, la Fed avanzó con una baja de la tasa de interés de referencia (costo del dinero) hasta 0% y, en paralelo, emitió dólares en abundancia.

El modus operandi de esto último fue salir al mercado secundario a comprar bonos hipotecarios, proceso que permitió expandir la cantidad de dólares en el sistema financiero y, al mismo tiempo, disminuir los rendimientos de dichos títulos presionando a la baja a la tasa de interés.

Todo lo anterior resulta ultra conocido. Pero avancemos un poco más en el análisis para determinar qué impacto real tuvo esta política sobre los agentes del mercado.

Una de las repercusiones más importantes está a la vista: el inicio de un mercado alcista (bullmarket) que ya lleva seis años de duración. Los índices accionarios de Wall Street están en máximos históricos permitiendo una recomposición de la riqueza de los hogares (mucho ahorro en Estados Unidos se canaliza mediante el mercado de capitales) y de las empresas.

Esto generó más confianza, pero al mismo tiempo retroalimentó la necesidad de la política monetaria expansiva como sostén necesario de las actuales condiciones financieras. Al mismo tiempo, dicho comportamiento de la Reserva Federal generó una distorsión de incentivos muy importante sobre las firmas.

Sabiendo que la dosis de inyección monetaria no duraría para siempre, las grandes corporaciones evitaron invertir una gran parte de sus ingresos en nuevos proyectos dándole la prioridad a la acumulación de liquidez en sus hojas contables.

Una prueba de ello es la siguiente tabla:

Liquidez

Si consideramos las 10 empresas estadounidenses más grandes por capitalización bursátil, observamos que poseen una liquidez equivalente a US$ 673 mil millones. Se trata de una cifra espectacularmente elevada que, en algunos casos particulares, representan hasta más del 30% del valor de la compañía en Bolsa (ej. General Electric).

¡Y la cifra sería mayor si no se hubieran aplicado agresivos planes de recompra de acciones propias y de distribución de dividendos a los accionistas!

Esta es una de las principales causas para explicar por qué le economía global no ha logrado expandirse al ritmo del crecimiento de la liquidez. El mayor dinero recolectado por las empresas no se reinvirtió, sino que fue atesorado.

Y al no ampliarse la inversión, la capacidad productiva se estanca y no dinamiza la demanda agregada global.

NO ESTÁ TODO PERDIDO

Este comportamiento vislumbrado en las grandes empresas alimentó la suba del mercado en el corto plazo, pero no sentó las bases para una expansión lo suficientemente sustentable para el largo plazo.

Es lógico pensar que la aplicación de medidas extraordinarias por parte de la Fed no iba a durar por siempre y de allí la cautela en el uso de la liquidez. Pero sabemos que esto tiene un costo importante pensando en un horizonte más largo.

Si una empresa no expande su frontera de producción, ¿cómo es posible que cree valor para el accionista?

Quizás la respuesta está en ver a la crisis como una oportunidad, algo que pregonamos por siempre en Inversor Global.

Estamos atravesando un punto de inflexión en esta política monetaria laxa que llevó adelante el organismo estadounidense. Lo que se discute ahora en las mesas de dinero es cuándo la Fed comenzará a contraer su política monetaria, revirtiendo el ciclo de tasas 0%. ¿Último trimestre de 2015? ¿Primero de 2016?…

No es relevante. Lo que es importante para el inversor es que el solo hecho de que la Fed comience a encarecer el costo del dinero genera pánico, temor e incertidumbre. Es un cocktail perfecto para desatar una crisis y que muchos jugadores del mercado entren en desesperación.

Y allí se pueden dar las grandes oportunidades.

¿Y quiénes están en la mejor posición de sacar provecho? Precisamente las empresas que más robusta posición financiera tengan, aspecto que está íntimamente vinculado con la porción de liquidez que posean en sus hojas de balance.

Al tener mayor flexibilidad, la capacidad de generar grandes negocios es mayor.

Es por eso que como inversores, cuando la Fed lleve adelante este punto de inflexión en su política, debemos estar atentos a las compañías presentadas anteriormente. Éstas tienen mayor capacidad de adaptarse al cambio de coyuntura.

Y eso es sinónimo de mayor retorno para su cartera de inversiones si confía en las mismas.

A su lado en los mercados,

Diego Martínez Burzaco

Comercial del Plata: un ejemplo para el desarrollo del mercado

Ayer a la tarde estuve en un acto en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. La cita fue organizada por esta casa y la empresa Sociedad Comercial del Plata, una de las cotizantes del índice Merval.

Sin dudas que fue una reunión fructífera.

El evento justo coincidió con un día de operaciones bursátiles en la plaza del papel que estuvo dominada por el rumor de su futura salida a cotización a Wall Street de la firma (algo que desmintió su presidente en el acto en cuestión).

Fue la primera vez que asistí a un evento de una empresa cotizante sin que ésta quisiera “vender” algo al auditorio, llámese una Obligación Negociable, un Valor de Corto Plazo o más acciones.

Creo que es un hecho a destacar y muy saludable para comenzar a sembrar los cimientos de un desarrollo en serio del mercado de capitales.

Siempre adjudicamos a la imprevisibilidad de los Gobiernos de turno y sus políticas como la principal fuente de incertidumbre para que se desarrolle el mercado, pero pocas veces hacemos una autocrítica sobre qué hacemos nosotros (se trate de inversores, analistas, dirigentes de la Bolsa, directivos de las cotizantes, etc) como para que el merado de capitales pueda desarrollarse como siempre pretendemos.

El accionar de Ignacio Noel, presidente de Sociedad Comercial del Plata fue realmente muy noble. No solo su presentación fue simple, sintética y clarificadora en relación a los negocios de la compañía, sino que estuvo abierto a las preguntas del auditorio que interrogó sin ningún tipo de filtros.

COME

Allí expresó la intención de Comercial de seguir adelante con su expansión en el mercado doméstico, con un sano equilibrio entre los activos expuestos al dólar (como los Energéticos) y los más expuestos a los negocios en pesos (como el del Entretenimiento y el de Comunicaciones).

Además, señaló que la intención del holding es la de comenzar con una política de distribución de dividendos en efectivo para el año 2016. Negó que se esté gestando en la actualidad una salida a Bolsa en Wall Street, aunque no lo descartó para el futuro.

Ciertamente veo con buenos ojos a Comercial del Plata para el largo plazo.

Sinceramente este evento aporta mucho a la transparencia del mercado y a la información que fluye y llega a los inversores. Es un gran ejemplo para que otras empresas hagan lo mismo, actúen en ese sentido, de manera de lograr acercar al ahorrista al mercado de capitales.

Cuanto más podamos hacer desde nuestro lugar, más desarrollo tendremos para nuestra Bolsa sin depender tanto de los gestos políticos.

Eso es lo que pretendemos todos los que amamos las inversiones.

Dos factores por los que el Merval subirá fuerte en 2015

El 2015 no es un año cualquiera. Es muy particular para Argentina.

Se trata del primer año, desde 1999, en el cual habrá elecciones presidenciales con la economía en recesión económica. En 2003, cuando asumió Néstor Kirchner, la economía estaba recuperándose de la gran crisis de la Convertibilidad. En 2007, el modelo kirchnerista estaba en apogeo desde el punto de vista económico (alto crecimiento, inflación controlada y superávit gemelos). Y en 2011 la economía crecía al 9%, impulsada por el consumo en el mercado doméstico, aunque ya se dejaban ver ciertas grietas en el actual sistema económico, como la elevada inflación y la fuga de divisas internacionales.

El 2015, en tanto, nos encuentra con el agravamiento de estos dos últimos problemas (alta inflación y escasas reservas internacionales) adicionado a un estancamiento económico. Estamos ante el famoso fenómeno de “estanflación” que llamamos algunos economistas.

Lejos de ser un caso comparable a la depresión económica de 2001, este proceso es inédito y desconocido por la actual administración: llegar a una elección presidencial con la economía “parada”.

Seguramente veremos políticas pro-consumo próximamente para que la anemia económica no golpee con fuerza en octubre, cuando se celebran las elecciones. Pero en el mejor de los casos, la economía no caerá, pero tampoco crecerá.

Bajo este contexto, la pregunta obligada es: ¿cuál es la estrategia que debe llevar adelante el inversor?

Comprar acciones.

Me estoy adelantando a la conclusión de este informe, pero a continuación expondré dos factores que me inclinan a pensar de esta manera.

Adentrémonos en los mismos.

Factor 1: El recambio político

Es indudable que el fin de un ciclo político genera renovadas expectativas. Más allá del color político, las elecciones presidenciales y la posibilidad de un cambio ilusionan a los inversores.

Los años en los que se han celebrados los comicios presidenciales han sido, por lo general, positivos para quienes apostaron a refugiarse y posicionarse en renta variable.

Merval

En los últimos cuatro años dónde hubo elecciones presidenciales, el índice Merval subió en tres ocasiones. Y si tomamos el rendimiento promedio anual, el mismo fue de 25%.

En mi opinión, el efecto expectativas de cambio político, alta inflación y presiones cambiarias llevarán al índice bursátil a una suba superior al promedio mencionado para el 2015.

Factor 2: Los precios incorporan las peores noticias

Argentina no es un país particular. Eso ya lo sabemos. Si hay algo que ha caracterizado a la economía criolla es que a lo largo de su historia su comportamiento ha sido pendular, pasando de un extremo a otro.

En este sentido, el proceso actual no es distinto ni presenta características extraordinarias a períodos anteriores donde los eventos económicos han sido negativos.

En la actualidad convivimos, como ya mencionamos, con una economía estancada, con alta inflación, con caída del comercio exterior (tanto exportaciones como importaciones), con retraso cambiario, con un balance del Banco Central de la República Argentina devastado, con déficit fiscal creciente y con escasez de divisas. Y la frutilla del postre es el default técnico o la falta de acuerdo con holdouts.

Sí, todas malas noticias.

Pero eso es una buena noticia para los inversores.

Los precios de las acciones tienen gran parte de esa información negativa incorporada.

¿Se puede estar peor? Sin dudas. Pero es más probable que estemos más cerca de recibir buenas noticias (con el recambio presidencial) que la continuidad de malas señales.

Una muestra de que el mercado argentino está más barato en términos relativos que otros es utilizando el índice Precio / Ganancias, que vincula el precio de las acciones con las ganancias de las compañías.

Cuanto menor es el índice en cuestión, más barato el mercado.

¿Por qué?

Porque si suponemos que las empresas distribuyen su actual nivel de ganancias en forma de dividendos en efectivo por los próximos años eso nos estaría mostrando en cuanto tiempo el inversor recuperaría su inversión inicial.

Mientras que para las acciones estadounidenses, medidas por el S&P 500, el ratio Precio / Ganancia se ubica en 19 veces, para el caso del Merval ese nivel es de 13,5 veces. Aún sabiendo que el Merval es poco representativo porque sólo contiene 12 empresas, cuando extendemos el análisis al Merval 25 el ratio P/G es de 13,6 veces.

Esto implica que el mercado argentino está barato, incluso cuando lo comparamos con índice regionales como el IPSA chileno, cuyo ratio de Precio / Ganancia es de 15 veces.

La Bolsa argentina se está despertando de letargo. Más inversores hacen apuestas en ella. Y eso induce a la mayor volatilidad. Todos quieren ganar, jugando al alza o a la baja.

De lo que estamos seguros es que a mayor volatilidad, mayor retorno esperado.

Esa es la regla básica y número 1 de los mercados.

Y sobre ella descansa la posibilidad de hacer grandes negocios para el inversor.

Los especuladores del petróleo al descubierto

Tengo 14 de años de experiencia en los mercados y las inversiones. Si hay algo que aprendí, ciertamente, es que el precio de cada uno de los activos financieros es el “rey”.

¿Qué implica esto?

El precio de un activo financiero es único y es el que se deriva de la interacción de la oferta y la demanda. En muchas ocasiones uno sabe que el precio puede estar manipulado por cuestiones ajenas a los fundamentos de ese activo y que en la teoría ese nivel debería ser muy distinto al que muestra la realidad.

Pero allí no hay nada que hacer. El precio que se muestra en la pizarra manda y hay que aceptarlo, nos guste o no desde nuestra perspectiva de inversores.

Pero ciertamente cuando notamos que el desfasaje entre el precio de mercado y el precio que debería tener un activo es demasiado grande, ahí es donde aparecen las grandes oportunidades.

Esta vez quiero referirme al petróleo y su abrupto descenso de más de 45% en el 2014. Me cuesta creer que a todo el espectro de analistas globales se les haya pasado por alto este repentino exceso de oferta del commodity en sus proyecciones para el precio del crudo durante este año.

Siempre, desde un primer momento, manifesté que el trasfondo de la caída del precio del petróleo respondía a una cuestión geopolítica donde una gran cantidad de poder global estaba en juego. La irrupción desde hace unos años atrás de Estados Unidos como gran productor mundial de petróleo y gas no convencional amenazaba con cambiar las relaciones de poder en el mundo y la influencia de la OPEP (Organización de los Países Exportadores de Petróleo) en el mapa global.

Y la reciente tapa del prestigioso diario The Economist así lo demuestra:

Petróleo

Pero aún considerando este cambio estructural en el mercado energético global, no encuentro justificación suficiente para explicar la baja tan abrupta del precio del oro negro.

Y es ahí donde hay que buscar otras explicaciones.

Ni en las épocas de la gran crisis financiera de 2008 se veía tanta volatilidad en el precio del crudo. En las últimas semanas hemos sido testigos de cómo su precio oscilaba entre +3% y -3% en una jornada diaria y viceversa. Es allí donde los especuladores entran en acción y la irracionalidad de corto plazo domina la escena.

Si el mundo desarrollado está más estable, si Estados Unidos crece a su nivel más rápido en una década (5% anualizado en el tercer trimestres) y si el mundo emergente no ha sufrido una recesión imponente, entonces me pregunto: ¿cómo el petróleo puede retroceder más de 45% en este contexto?

Extraño.

Pero como le mencioné anteriormente, la irracionalidad de corto plazo puede abrir oportunidades. Y el siguiente gráfico puede decirnos mucho acerca de eso:

Petróleo_vs_XLE

 

Tras acusar el impacto inicial de la fuerte caída del crudo, en las últimas semanas el ETF de Energía (XLE) -línea azul-no solamente no acompañó la persistente caída del precio del petróleo -línea roja- sino que comenzó a subir.

En concreto, esto puede interpretarse como una señal de que las últimas bajas del crudo forzadas por los especuladores han perdido credibilidad y que los inversores creen que no podrá sostenerse por mucho tiempo más, por lo que aumentan su exposición a empresas del sector esperando el ansiado rebote de precios.

Particularmente creo que esto es así. Y que hay oportunidades.

El tiempo dirá quien tiene la razón. Lo que la historia dice es que en el largo plazo tienden a primar los fundamentos, dando un guiño hacia el posicionamiento en acciones petroleras.