Warren Buffett invierte por primera vez en oro

Son momentos especialmente difíciles para el mundo. La pandemia agudizó las divergencias en las sociedades, sin importar el grado de desarrollo económico que las mismas tengan. El nivel de tolerancia está en su mínimo expresión y la virulencia en que cada una de las fragmentadas partes intenta imponer su visión de los acontecimientos y del futuro que viene es un factor de gran incertidumbre.

En los mercados financieros ocurre algo semejante. De por siempre ha existido una brecha importante entre las dos corrientes de análisis más importantes que cruzan transversalmente las inversiones: fundamental vs. técnico.

Mientras que los analistas fundamentales pregonan que el análisis presente y futuro de los negocios de una firma es la mejor herramienta para determinar cuán distante está el valor del precio del activo (y en definitiva saber si podría ser una inversión rentable), los analistas técnicos descansan en el análisis de los precios pasadas para determinar comportamientos futuros de las acciones. “En los precios está casi toda la información disponible reflejada y estudiando comportamientos pasados que se repetirán en el futuro, es más que suficiente para predecir”, señalan los defensores de esta última corriente.

Ni una cosa ni la otra. Durante toda mi carrera profesional no he visto ningún analista fundamental que tenga un track record (historial) totalmente limpio. En la misma línea, tampoco he conocido a algún analista técnico que tengan 100% de aciertos en los comportamientos de los activos que predicen.

Más allá de eso, en mi caso personal me siento más identificado con el análisis fundamental y la escuela de valor que se vincula con Benjamin Graham y Warren Buffett. De todas formas me permito usar el análisis técnico como una herramienta de timing que me indique si es buen momento de comprar o no un activo que he analizado.

Sintetizando, el análisis fundamental me dice qué debo comprar y el análisis técnico cuándo es el mejor momento para hacerlo.

Retomando la cuestión de los niveles de baja tolerancia, grieta y comportamientos que rozan la falta de respeto, el legendario Warren Buffett también ha sido víctima también de este proceso en los tiempos que corren.

Durante los últimos años, el gurú ha recibido despiadadas críticas de parte de sus principales detractores. El menor rendimiento que el fondo que conduce, Berkshire Hathaway (BRK-B), en la última década respecto el índice S&P500 fue la justificación central a partir de la cual sus críticos señalaron que Buffett no había aggiornado su metodología de selección de activos a los tiempos cambiantes de la actualidad.

Sin embargo, lo que sus detractores no reconocen es que desde que Warren Buffett tomó la dirección y manejo de Berkshire, en 1965, el retorno promedio anual hasta el 2019 fue de 20,3%, mientras que en el mismo período el índice S&P 500 rindió 10%. Así, en palabras simples, en los últimos 54 años el oráculo de Omaha logró el doble de rendimiento anual promedio que el índice más diversificado del mundo.

Pero lo anterior parece no tener mucho implicancia en la actualidad. La soberbia y la prepotencia es lo que más se destaca entre las nuevas “figuras” de los mercados. P

or ejemplo, Dave Portnoy, fundador de Barstool Sports, se volcó a los mercados de acciones cuando la pandemia en Estados Unidos obligó a parar todos los deportes profesionales reduciendo las apuestas online, el negocio principal de Dave, a su mínima expresión.

Después de unas semanas de fuertes ganancias con acciones en el trading diario, la figura de Dave ganó popularidad entre los inversores más jóvenes. Fue el propio Portnoy quien se autoproclamó como mejor inversor de Warren Buffett, a quien llegó a considerar un “tonto” por haberse desprendido de las acciones de las aerolíneas estadounidenses en mayo último.

Ni tonto ni soberbio…

Lejos de ser considerado tonto o novato en materia de inversiones, Warren Buffett ha demostrado ser una de las leyendas bursátiles más humildes del ambiente. Su sapiencia no solo quedó reflejada en su gran track record, sino en su pedagogía y docencia que se desprende de sus palabras en cuanto entrevista se le realiza.

Pero hay más.

A sus 89 años, el pasado viernes (14 de agosto), Buffett volvió de demostrar que siempre es buen momento para seguir aprendiendo e incluso derribar prejuicios sobre impresiones que tenía en el pasado.

“Nunca invertiría en oro. Quien invierte en una onza de oro siempre tendrá esa misma onza a lo largo del tiempo. El oro no da renta ni es utiliza para producir nada”, señalaba el gurú en más de una oportunidad cuando se la preguntaba por el metal.

En el formulario F-13 presentado recientemente ante la SEC, donde se informan los cambios de tenencias de Berkshire Hathaway, se identificó una disminución en las tenencias de JP Morgan y Wells Fargo y una nueva incorporación: la minera Barrick Gold (GOLD).

Aunque uno nunca lo hubiera podido haber anticipado ese movimiento, Warren Buffet decidió mostrar que es humano, flexible y que puede rever estrategias que en el pasado nunca antes consideró con el fin de generar valor a sus accionistas. Influido o no por sus colegas de directorio y/o comité de inversión, Buffett manda una nueva señal que sorprende al mercado.

Lejos de ser soberbio e inexperto, quizás el oráculo de Omaha se está preparando para lo que viene a nivel global luego de la masiva emisión de dinero que se hizo para superar la pandemia.

Si no tomaste nota para tu portafolio, quizás debería ser el momento de hacerlo.

Entrevista Radial en Gestiona Radio (España)

En esta oportunidad te comparto la entrevista radial que me hicieron en Gestiona Radio de España en el programa Tiempo Real. Hablamos de Wall Street, la situación de las acciones, las tasas de interés en Estados Unidos y qué hará la FED en su próxima reunión.

Escuchá la entrevista debajo:

Tres maneras de comprar el oro en alza

Un metal que había pasado al ostracismo está recuperando protagonismo tras la crisis mundial y la guerra de monedas que se está dando hoy en día. Sepa cómo comprar oro desde la Argentina y cubrir parte de sus ahorros.

Han pasado dos meses y medio de la asunción del nuevo Gobierno en el país. Muchas medidas se han tomado en el medio, las cuales han despertado buenas y malas críticas.

En la actualidad, la negociación de paritarias, el impuesto a las Ganancias y la inflación son las que dominan la escena. No haré leña del árbol caído con estos acontecimientos. No es mi intención.

Por el contrario, destacaré una medida que se tomó a principios de la administración Macri y que ha beneficiado a nuestro rol como inversores: la eliminación del cepo cambiario.

No se trata de un dato menor, sino de un fenómeno que libera muchas cuestiones claves al momento de invertir.

En primer lugar, permite la libertad al acceso del mercado cambiario, algo que los inversores aman al momento de poder diseñar estrategias de inversión. Sin esa libertad, los costos de tomar ciertas medidas se encarecen de sobremanera.

En segundo lugar, despeja la incertidumbre sobre la convivencia de múltiples valores del dólar, que tienden a ser confusos al momento en que uno tiene que calcular un retorno de una determinada inversión.

Y finalmente, destraba una cuestión clave que hace al quid de la cuestión de esta columna: liberaliza el mercado de compra y venta de oro.

Si no lo sabías, durante la administración anterior, acceder al oro como reserva de valor era una meta casi imposible de lograr. El metal tenía el mismo tratamiento que una divisa extranjera y si uno quería ahorrar en él, en un primer momento tenía que acudir al mercado informal y luego, cuando se liberó algo, a la autorización de la AFIP para hacerse de este activo.

Pero ahora, todo luce distinto…

Y creo que el timing no pudo haber sido el mejor ya que el oro está volviendo a resurgir con fuerza tras el tumultoso inicio bursátil a nivel global y la gran preocupación que existe entre los inversores.

En una columna pasada había mencionado:

“De cara a los próximos meses, creo que la escalada alcista puede continuar. De manera lenta, por supuesto, pero persistir al fin. Me baso en esto a partir de la debilidad futura que pronostico para el dólar estadounidense. La principal economía del mundo crece por debajo de su potencial y eso llevará a la Reserva Federal a acoplarse al resto de los bancos centrales en sus políticas de aplicar tasas de interés con tendencia decrecientes.

No estoy diciendo de invertir todos los ahorros en el metal, pero sí tener hasta un 10% del mismo como una cobertura para sus inversiones. Pague la prima de riesgo, pero asegure su portafolio.”

Como si hubiese leído mi consejo, el oro subió fuerte en estos días…

Oro

Creo que estamos ante una oportunidad única.

Ahora bien, ¿cómo comprar oro en Argentina?

El mercado de oro no es uno necesariamente con mucha liquidez, por lo que uno debe pensar una inversión en él como algo de largo plazo. Si está dispuesto a asumirlo, entonces le doy tres alternativas para comprarlo.

  1. Dirigirse a un banco (ej. Banco Supervielle) o una casa de cambio (ej. Casa Piano) con su documento y comprar la cantidad deseada de oro. Puede ser monedas o mismo lingotes. Para ver las cotizaciones de Casa Piano puede hacer clic acá.
  2. Dirigirse al Banco Ciudad donde la entidad produce su propio oro y ofrece comprar gramos del metal a precios convenientes, aunque la pureza del mismo no es tan alta como en el caso anterior. Vea las cotizaciones acá.
  3. Abrir una cuenta en una sociedad de bolsa que permita operar en el exterior (ej. Portfolio Personal o Bull Market) y comprar el ETF GLD que replica el precio del oro en el exterior. Esta alternativa es para inversores más pudientes porque dichas sociedades de bolsa permiten operar en el exterior a partir de un monto mínimo de US$ 10.000.

Espero que estos consejos le ayuden de hacerse de esta protección tan necesaria para su portafolio en estos momentos de alta incertidumbre.

Un saludo cordial,

Diego

Mantenga alejadas las emociones

Emoción

En momentos de turbulencias en los mercados financieros, como los actuales, es preciso volver a las fuentes y reforzar lineamientos básicos que debe seguir un inversor. Una carta de un suscriptor, fue el disparador de esta columna.

Nota publicada en Inversor Global

Creo que estamos ante el momento más difícil de los mercados financieros desde la gran crisis económica de 2007. No es solo una sensación, sino que detrás hay datos concretos que así lo indican:

  • La Reserva Federal está en las puertas del primer incremento de tasas de interés en más de 8 años.
  • La actividad manufacturera de China se desacelera al menor nivel en 15 meses.
  • Los commodities caen a niveles no antes vistos en cinco años.
  • Las monedas emergentes continúan con su marcada depreciación.
  • Los balances corporativos arrojan cifras erráticas, con empresas con grandes resultados y otras con grandes desilusiones.

Este mix de hechos opera contra los mercados, a pesar de que los índices se mantengan en niveles relativamente altos. En concreto, la mayor volatilidad es el canal donde se manifiesta el mayor nerviosismo de los participantes.

Esto opera claramente contra usted como inversor.

Sobre todo afecta sus emociones y eso puede ser un arma de doble filo para su proceso de decisión de portafolio. En reiteradas ocasiones mencioné la necesidad de separar las emociones de la razón a la hora de definir una estrategia para sus ahorros. Es vital, hasta diría, imprescindible.

Esta vez haré mención a este tema. Pero el disparador es una carta de un suscriptor que recibí durante la semana. La misma empezaba de la siguiente manera:

En una oportunidad, no hace mucho tiempo, presencié una exposición de Trading Bursátil efectuada por el economista jefe de Inversor Global, Lic. Diego Martínez Burzaco. En un tramo de la presentación nos comenta que él se consideraba un inversor bursátil de riesgo moderado.

Me sorprendió agradablemente su comentario dado que nunca había escuchado de algún consejero bursátil realmente muy formado, ningún comentario sobre sí mismo y sus hábitos personales de inversión.

Esto me hizo pensar en las características de la relación entre el inversor y los papeles en los cuales invierte, y loscondicionamientos mentales que lo presionan en su toma de decisiones.

Se acepta que los perfiles de inversión son de tres características de acuerdo a las características personales de la persona de la cual se trate, o sea: perfil agresivo, moderado y bajo.

Hago una pausa aquí. Y destaco la siguiente mención:

Esto me hizo pensar en las características de la relación entre el inversor y los papeles en los cuales invierte, y los condicionamientos mentales que lo presionan en su toma de decisiones.

Esos condicionamientos mentales son dominados por las emociones, que operan de manera negativa en los peores contextos posibles para tomar decisiones.

¿Acaso usted nunca vendió una acción en el mínimo histórico y compró otra en su máximo nivel?

Suele pasar muy a menudo. A mí me pasó. Y hasta me pasa en algunos momentos.

Ese es un síntoma claro donde las emociones toman el control de la situación y nos lleva a proceder de manera errónea. Cuando la razón queda a un lado y nos alejamos de nuestros objetivos originales establecidos previamente a la ejecución de las inversiones, la probabilidad de actuar mal se agiganta exponencialmente.

¿Cuál es el camino a seguir entonces?

Otro fragmento de la carta del suscriptor nos da una noción precisa:

Creo que no es posible encontrar un bróker bursátil que ponga énfasis en las ganancias de cada cliente por encima de las ganancias personales, lo cual es entendible, se comprende y es lo que sucede realmente dado que también es un ser humano con necesidades propias.

Creo que un principio de solución para el inversor pasa por la capacitación de sí mismo. El camino del medio es el más conveniente en el mediano plazo y el que más satisfacciones puede brindar.

En esos momentos de debilidad, donde las “defensas” del inversor están bajas, los brokers suelen aturdir aún más con sus recomendaciones. Nos empujan hasta el punto en el que el miedo toma el total control de la escena y guía nuestro comportamiento.

Pero si el inversor está capacitado, la capacidad de verse manipulado es menor. Si se capacita y, además, aprende de sus errores pasados, tendrá más fortaleza para continuar dentro del sendero de sus objetivos predefinidos.

Es un equilibrio difícil de encontrar, pero se puede lograr con el paso del tiempo.

El ejemplo de la actualidad…

Cuando comencé a escribir esta columna le mencioné cuán difícil estaba el escenario para las bolsas mundiales. Especialmente para las de aquellos países que tienen una elevada dependencia de los commodities.

Los precios de las materias primas están siendo arrastrados con fuerza ante la posibilidad de que el dólar estadounidense continúe con su apreciación.

El siguiente gráfico es elocuente…

grafico

En los últimos 30 días, el dólar se apreció a nivel global más de un 2%, mientras que el oro y el petróleo cayeron un 8% y 19% respectivamente.

Si usted tenía exposición a estas materias primas y el temor se apoderó, entonces seguro que procedió a la venta de estas posiciones. Pero ¿sabe qué está haciendo el dinero inteligente?

O mantiene sus tenencias pensando que se trata de algo excepcional que se corregirá en el tiempo, entonces se mantiene dentro de su objetivo de inversión inicial. O ven en la caída una oportunidad de compra, ya que son movimientos no sustentables en el largo plazo.

Quizás debería estar pensando de esta manera, poniendo la razón por delante de la emoción.

A su lado en los mercados,

Diego Martínez Burzaco

El oro puede volver a brillar

Algo está cambiando en el mercado de metales preciosos, especialmente en el oro.

La posibilidad de que el miedo inicial a una abrupta suba de taas de interés en Estados Unidos se diluya es cada vez más cercana.

En concreto, la principal economía del mundo mejora, pero a un ritmo menor al esperado. La FED se maneja entre el delicado equilibrio de terminar con su insólita política monetaria y no romper con la incipiente recuperación de la actividad.

¿Podrá?

Lo dudo, es difícil. Mi opinión es que de haber una ajuste alcista de la tasa de interés la misma sólo será simbólica. Lo miembros del Comité de Política Monetaria saben que no pueden ir a contramano total del resto del mundo. Hoy no se puede entender una economía individual sin considerar el contexto global.

Y en este sentido, el margen de maniobra de la FED está limitado.

Esta limitación, sumado a un contexto más incierto y con mayor aversión al riesgo, han despertado a un gigante que estaba dormido: el oro.

El gráfico actual es elocuente.

oro

Ha roto una resistencia en los US$ 1.202 la onza y de mantenerse por encima de ese nivel podemos verlo ir a buscar la zona de los US$ 1.300 / US$ 1.320.

Mi jugada favorita para este escenario es el ETF GDX.

Preparen, apunten, fuego…

¿Por qué sube el oro?

“No des por muerto a quien pelea”, dice la cita…y así parece para el caso del oro en la actualidad.

Los últimos dos años han sido realmente frustrantes para aquellos que apostaron al oro o a empresas mineras. Y no es para menos ya que mientras que el índice de acciones S&P 500 quebraba récords históricos (subiendo más de 30% en 2013 y un 12% en 2014) este metal no ha parado de bajar. Y esto, inevitablemente, arrastró a las empresas del sector.

Sin embargo, para finales del año pasado algo comenzó a cambiar…

La estrepitosa caída de más de 50% del precio del petróleo ha sido una fantástica noticia para el metal precioso. Resulta que ese hecho fue el principio del caos financiero, de mayor pánico y de la llegada de un gigante dormido: la “volatilidad”.

No hay que exagerar los movimientos, desde ya, pero se van formando indicios que pueden confirmarse en tendencias a lo largo de 2015. Para ello busquemos fundamentos…

Analicemos los rendimientos relativos en lo que va de 2015:

Mapa de Rendimientos                                                              Fuente: FinViz.com

Como se observa, los dos ETFs más rentables son el FAZ (que juega a la baja apalancada de las financieras estadounidenses) y el GDX (fondo que contiene acciones mineras). Mientras que en la sección commodities, quien está en “verde” en más de 6% es, ni más ni menos, el oro.

Más allá de que podemos justificar la suba del metal por la mayor incertidumbre e inestabilidad, no podemos dejar descansar la totalidad de nuestra justificación solamente en ese hecho. Hace varios meses que la correlación entre pánico y precio del oro ha dejado de ser estrictamente positiva.

Entonces, ¿por qué sube el metal…?

Hay varios motivos.

El primero y principal es Estados Unidos.

Por segundo mes consecutivo la inflación mensual fue negativa si consideramos el índice agregado, incluyendo los precios de los alimentos y la energía. En este sentido el índice de precios minoristas de diciembre mostró un retroceso de 0,4%, el mayor en los últimos seis años.

Asimismo, si consideramos el índice core, que excluye alimentos y energía, el índice no varió, cuando se esperaba un avance de 0,1%.

Este efecto adicionado a los problemas laborales verificados en la industria del petróleo no convencional en ese país ha hecho que las expectativas de suba de tasas de interés por parte de la Reserva Federal se disipen en el corto plazo. El consenso habla ya de que, si hay un ajuste del costo del dinero, recién se dará en el segundo semestre.

Esto fortalece al oro.

En segundo lugar, la demanda en China sigue siendo fuerte. Con el metal en precios más bajos en tres años, los chinos ahorren e invierten en él. Una aceleración de la segunda economía mundial podría potenciar esa tendencia.

Finalmente, India levantó, hace poco menos de un mes, las restricciones a las importaciones de metales preciosos. Eso llevó a una gran variación porcentual interanual en la demanda de oro y plata, efecto que continuará. Los indúes aman el metal.

Si esto es así, el oro seguirá subiendo.

¡Inversores atentos!