Deuda CER: el problema de un mercado débil al descubierto

¿Qué pasó con los bonos CER esta semana en el mercado? Trataremos de dar una visión constructiva.

Una gran parte de los argentinos, incluida una porción relevante de nuestra dirigencia política, lo considera “timba financiera”. Quienes estamos del otro lado del mostrador, siendo una minoría poco representativa, aludimos a él como la institución más necesaria para impulsar el desarrollo del país. Para quienes todavía no lo detectaron, me estoy refiriendo al mercado de capitales.

En la última semana, justamente ha sido un protagonista estelar en las noticias. El derrumbe de los bonos en pesos ajustados por la inflación (CER)  ha dejado al desnudo las flaquezas no solo del programa económico actual, sino las consecuencias negativas por no haber podido construir un modelo de país consensuado que otorgue previsibilidad hacia adelante.

En esta línea, es importante abordar las dos dimensiones del problema de la deuda en pesos indexada: la coyuntural y la estructural.

¿Por qué hubo una “corrida” contra la deuda indexada?

Hace tres meses atrás, la deuda en pesos ajustada por inflación era la vedette del mercado y el trade obligado. La aceleración de las expectativas inflacionarias tras los malos datos mensuales anunciados por el INDEC llevó a una desesperada demanda de estos bonos por parte de los inversores (institucionales, empresas y minoristas). Así, bonos que vencían hasta en 2024 presentaban una tasa de interés real negativa: su retorno era inflación menos “algo”.

Sin embargo, desde hace cuatro semanas esa percepción fue cambiando. Y allí identifico tres factores que podrían haber gestado la venta masiva de bonos durante estos días.

a) El Banco Central de la República Argentina no puede acumular reservas internacionales durante el período de más estacionalidad en la oferta de dólares producto de la liquidación de divisas provenientes de las exportaciones de la cosecha gruesa. En el acumulado del año solo compró poco menos de USD 1.000 millones contra los USD 6.000 millones acumulados en igual período del año 2021. Esto, más temprano que tarde, implica problemas para domesticar las presiones contra el dólar a partir del segundo semestre.

b) El Gobierno no tiene un plan antiinflacionario claro. Da la sensación de que el aumento de la nominalidad no le preocupa a los hacedores de política económica en la medida en que la recaudación tributaria se beneficie del denominado impuesto inflacionario. Sin embargo, la percepción es que se trata de una dinámica insostenible hacia adelante, con altos riesgos económicos y una situación incontrolable para el manejo de la deuda indexada.

c) El rumbo de la trayectoria de las cuentas públicas y las metas fiscales acordadas con el FMI comienza a ser divergente, con el agravante de que esta dinámica pueda acelerarse a medida que más cerca esté el calendario electoral de 2023.

Estos tres factores erosionan la situación de fondo. Luego, habrá que analizar si el movimiento bajista de más de 15% a lo largo de toda la curva pesos CER lo disparó la necesidad de fondos para el pago de importaciones de energía o la propia estacionalidad de mayor demanda de dinero por parte de las empresas.

Lo cierto, es que las pérdidas fueron grandes, dejó a varios damnificados y sacó a relucir la inestabilidad sobre la que está apoyado el financiamiento de cortísimo plazo del fisco.

Mirando la situación estructural

En números concretos, la salida de entre USD 400 millones y USD 500 millones de la deuda indexada a través de Fondos Comunes de Inversión generó un tembladeral que deja al descubierto las vulnerabilidades. Estamos hablando de entre el 0,15% o 0,1% del PBI doméstico, según el tipo de cambio que se considere. Solo esto bastó para que el programa de financiamiento oficial quede en pausa y a prueba en las próximas licitaciones quincenales.

Pero esto es consecuencia de decisiones que trascienden este gobierno puntual.

Dejan al descubierto la incapacidad que tuvo el país para desarrollar el mercado de capitales de manera robusta, fortaleciendo su función principal: canalizar el ahorro doméstico para potenciar la producción privada y el crecimiento.

Lógicamente que esto se sustentó en tres cuestiones fundamentales:

1- La pendularidad de la economía argentina atentó contra la estabilidad y desarrollo del mercado de capitales, trayendo consigo reglas de juego cambiantes, informalidad y escasos incentivos para impulsar esta institución.

2- La ignorancia financiera que acecha a una gran parte de la sociedad argentina, permeable a discursos oportunistas de turno de nuestra clase dirigente.

3- El desconocimiento de la historia económica global donde la evidencia empírica sustenta la idea de que para lograr un desarrollo económico sustentable es condición necesaria tener un mercado de capitales amplio, moderno y que canalice correctamente el ahorro privado en proyectos de inversión que generen riqueza.

Las tres características mencionadas derivaron en la ausencia de inversores institucionales capaces de moldear y matizar los bruscos cambios de humor de los flujos de capitales globales, con el agravante de que el permanente desequilibrio de las cuentas públicas lleva a un inexorable crowding out del escaso financiamiento disponible a nivel doméstico.

Mientras esta cuestión estructural no sea abordada, repensada y cambiada, estaremos atados a movimientos espasmódicos como los de esta semana con los bonos CER, dejando al país a un paso irreversible de un nuevo caos financiero.

¿Podremos evitarlo esta vez? Depende del consenso que se logre y la voluntad que se tenga para cambiar el rumbo.

¿Está el Merval en una burbuja?

Columna de opinión publicada en Apertura.com

La economía argentina está mostrando algunos “brotes verdes”, quizás más lento de lo esperado, para esperanzadores de cara al 2017 en términos de actividad económica.

Sin embargo, en el mercado financiero la situación es completamente distinta. Un masivo ingreso de inversiones financieras ha hecho subir los precios de los bonos, bajar el riesgo país y hacer crecer mucho el precio de las acciones.

Precisamente, relacionado con esto último, vemos que el índice Merval, el principal exponente bursátil de nuestro mercado de capitales, ha quebrado por primea vez en su historia los 17.000 puntos. Medido en pesos, el índice está en su máximo nivel histórico.

Y esta situación es la que lleva a pensar a muchos si dicha alza no ha sido exagerada. “¿No será una burbuja? ¿No volará todo por el aire?”

Desde Inversor Global tenemos una visión de que no lo es. Y a continuación daremos algunos puntos claves para determinar el por qué.

Pero antes de avanzar con el análisis, es muy importante definir qué es una burbuja:

Una burbuja en un mercado bursátil es cuando los precios de las acciones crecen sin fundamento alguno a niveles extraordinariamente elevados y luego, por cualquier motivo circunstancial, esas sobre valuaciones salen a la luz y el mercado se desploma en un porcentaje relativamente alto, como puede ser un 30% o 40%.

Un caso concreto es la explosión de la burbuja tecnológica en Wall Street, en 1999, cuando el índice Nasdaq cayó 51% en menos de dos años.

Aclarado esto, encuentro tres motivos esenciales por las cuales el Merval está lejos de ser una burbuja:

1. En dólares no es desorbitante

Uno de los primeros argumentos para decir que el Merval está sobre valuado es mencionar que, en dólares, el nivel actual está en su máximo histórico.

Si bien esta afirmación es cierta, ya que el Merval se encuentra cerca del nivel de US$ 1.100 superando la barrera anterior de US$ 900 que se había manifestado en 1992, lo cierto es que el poder de compra del dólar dos décadas atrás es muy distinto al actual.

Así, el argumento pierde fuerza cuando se mide el poder adquisitivo de los dólares en el año 1992 contra los dólares en la actualidad.

2. Las valuaciones de mercado no están lejos de las valuaciones contables

Un ratio interesante para observar cuan alejadas están las valuaciones de mercado de las compañías públicas respecto el valor que muestran en sus hojas de balance es el que relaciona ambos conceptos a través del Precio / Valor Libro.

En la actualidad, para el conjunto de las 23 empresas que forman parte del Merval ese ratio se ubica en 2,0 veces, lo que no es un dato alarmante ni mucho menos.

Señales de exacerbación, euforia desmedida y sobre confianza se vinculan más con niveles cercanos a 4,5 veces o 5 veces la relación Precio / Valor Libro.

Desde este punto de vista, entonces, tampoco tenemos una burbuja.

3. El valor “real” del Merval

Finalmente, hay un dato que no debemos desconocer para determinar si el índice está en niveles de burbuja: la inflación acumulada.

Desde 2003 a la fecha, la inflación acumulada se acerca a casi 1.000%. Sin considerar lo anterior, podemos ver distorsionado el análisis de fondo.

Los precios actuales en pesos de las acciones son nominales y NO reales, es decir, no contemplan la inflación acumulada. Cuando consideramos esto, deflactando el precio de las acciones por el alza del costo de vida de la última década, los valores con los que nos topamos son sumamente razonables.

De esta manera, para mi NO hay una burbuja en el Merval. Sin embargo, esto es muy distinto a afirmar de que no pueda venir una baja del mercado.

¿Es posible una corrección?

Sí.

Como sabemos, el mercado se anticipa a los ciclos económicos. Y gran parte de esta suba de la Bolsa estuvo impulsada por las expectativas de los inversores sobre la recuperación de la economía. Si esto tarda más de lo previsto en llegar, entonces las expectativas optimistas irán mutando hacia más pesimistas y esto se verá reflejado en las cotizaciones de las acciones.

Entonces, una corrección de 10% / 12% en el mercado puede sobrevenir, lo cual es sano para la Bolsa en general, pero lejos está de representar la explosión de una “burbuja”.

No hay que tener miedo al mercado, ni a las cotizaciones. Siempre respeto y buscar el momento exacto (timing) de saber cuándo es el momento de comprar y cuándo el de vender.

Un Merval más representativo (y para todos)

El segundo semestre para la economía no ha llegado aún, pero algo muy distinto está  ocurriendo con las acciones argentinas y más específicamente el índice Merval.

Hoy, 3 de octubre, es un día importante para los que buscamos el desarrollo del mercado de capitales como vehículo para captar el ahorro privado. Y este hito tiene que ver con la nueva cartera del Merval que regirá en el último trimestre del año.

Resulta que ocho nuevas empresas (Holcim, Carboclor, Telecom, Central Costanera, Central Puerto, Celulosa, Transener y Agrometal) se suman a las 15 preexistentes en la cartera del índice, llevando el número total a 23 empresas.

La cartera del índice Merval no tenía tanta representación desde hace 8 años (último trimestre de 2008). Y lo más importante es que con esta nueva composición la economía argentina está mucho más representada en términos de los sectores económicos más dinámicos.

Con esta nueva cartera se rompió la “petróleo-dependencia” que tenían las acciones locales, donde Petrobras Brasil, una empresa extranjera, solía explicar más del 25% de los movimientos del índice.

Ahora el sector petrolero sigue siendo el más destacado, con el 26,6% del share, pero también pisan fuerte los bancos con el 18% de participación y energía con el 16%.

También importante es la presencia del sector agrícola, de la mano de San Miguel, Cresud y Agrometal.

A partir de ahora, cuando hablamos del movimiento diario del índice Merval podemos verlo en forma más desgaregada y representativa de las expectativas sobre la economía argentina en general.

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¿Qué implica este cambio para el inversor?

Es muy importante. Al menos hay tres puntos a destacar:

  1. Que la cartera del Merval tenga más compañías implica que hubo mucho más interés por parte de los inversores en papeles que solían estar olvidados, con bajo volumen, en el Panel General. Eso es un buen síntoma que no solo las empresas más “reconocidas” son las que ganan la atención de los inversores.
  2. Cuando un inversor llega al mercado de capitales de la mano de algún instrumento previamente estructurado, como puede ser un Fondo Común de Inversión que sigue al Merval, estará invirtiendo en una cartera más diversificada, pudiendo reducir los riesgos.
  3. La mayor participación de los inversores en distintas acciones del mercado estimula la mayor profundidad de las plazas bursátiles, permitiendo crear un proceso virtuoso que amplía el menú de oferta disponible para los inversores.

Sin lugar a dudas se trata de una noticia importante, tanto para la economía como para los inversores. Pero, por sobre todas las cosas, para estimular el ingreso de nuevos ahorristas al mercado de capitales de manera de hacerlo plural y accesible para todos.

El mercado es el lugar de encuentro natural de encuentro entre los distintos agentes económicos (inversores, empresarios y Estados) que piensan un país de forma estratégica para el largo plazo.

Participación en Café Financiero

Hoy comparto mi participación en el programa de televisión Café Financiero que se emite todos los días miércoles a las 20,30hs por Canal Metro en Argentina. En esta oportunidad hablamos de la recuperación de las acciones argentinas y los bonos soberanos a partir de el inminente acuerdo con los fondos buitres. Adicionalmente, en el segundo bloque debatimos hacia adónde va el petróleo a nivel mundial y cómo afecta  a las inversiones del pequeño ahorrista.

Para ver el programa, hacé clic acá.

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En qué acciones argentinas invertir en 2016

Dentro de dos días Mauricio Macri cumple dos meses en su cargo de presidente de la Argentina. Si bien todavía faltan muchas medidas económicas por tomar, algunas de las políticas implementadas ya tienen sus efectos sobre las acciones argentinas.

El 9 de febrero se cumplen dos meses desde la asunción de la nueva administración al Poder Ejecutivo que comanda la Argentina. Para los inversores, la llegada de Mauricio Macri al poder era como un alivio, ya que aseguraba reglas de juego claras para las inversiones y un mejor clima de negocios.

Sin embargo, como casi siempre ocurre, el mercado bursátil se adelantó a la noticia y la gran suba se dio antes de que Macri asuma formalmente el poder. Luego, el contexto externo y la toma de ganancias llevaron al principal indicador de acciones locales Merval a la deriva, mostrando una performance del 14,3% desde el 9 de diciembre a la fecha.

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¿Será así todo el año para el inversor que apueste por las acciones argentinas?

No lo creo, pero de lo que estoy seguro es que habrá selectividad. Con las medidas económicas anunciadas por el equipo económico vigente, hay claros ganadores y perdedores para 2016.

Desde ya, uno de los sectores más destacados es el agropecuario, donde la devaluación del peso argentino contra el dólar en más de un 35% (si bien fue la formalización de algo que ya se estaba dando en el mercado informal) sumado a la baja de las retenciones a las exportaciones agrícolas, hace que las empresas del sector con perfil exportador tengan atractivo.

En este sentido, algunas compañías como la limonera San Miguel (principal exportadora de limones del mundo) o la productora de alimentos y exportadora de granos Molinos Río de la Plata, pueden sacar provecho de la nueva coyuntura.

Asimismo, otra compañía agrícola con fuerte presencia en el negocio de broker de terrenos agrícolas y producción y exportación de alimentos es Cresud, que tiene una gran cantidad de campos no solo en Argentina sino en Paraguay y Brasil.

Otro sector favorecido con medidas recientes es el de las utilities argentinas, principalmente las ligadas a la energía eléctrica, después de los aumentos de las tarifas y quitas de subsidios a los consumidores. Sin embargo, a mi modo de ver, gran parte de este anuncio ya estaba incorporado en los precios de las acciones como Edenor (EDN).

Aquí, en particular prefiero estar expuesto en Pampa Energía (PAM), que tiene presencia en generación, transmisión y distribución de energía.

Una industria que continuará con buenos márgenes será la bancaria. La suba de tasas de las Lebac del Banco Central (BCRA) ha dado grandes ganancias a los bancos que son los principales colocadores en las licitaciones semanales de la autoridad monetaria. Así, el diferencial entre las tasas activas y pasivas sigue siendo alto, aún cuando se vio resentido el negocio del préstamo al consumidor.

La aceleración de la inflación, por su parte, sumado a la devaluación, lleva a una disminución del poder de compra de los consumidores y eso no beneficia a las empresas ligadas al consumo interno, al menos en el primer semestre del año. Quizás por eso es aconsejable evitar acciones como Siderar e IRSA (IRSA), dueña de los principales shoppings centers del país.

El convulsionado contexto mundial hace que las firmas ligadas a los commodities estén sufriendo a pesar de la última recuperación en estos días. Empresas como las petroleras YPF (YPF) y Tenaris (TS) o exportadoras de commodities industriales, como Aluar, pueden sufrir esta coyuntura.

Por último, y no es un dato menor, lo político tendrá su influencia en el andar de las acciones domésticas. Si el macrismo consigue gobernabilidad y logra pasar leyes claves en el Congreso como las que liberen un acuerdo con los holdouts, entonces será un buen augurio para la renta variable. En caso contrario, hay que prestar atención.

Selectividad, cautela y tolerancia al riesgo son características que deberá tener el inversor minorista que apueste a las acciones argentinas. Ese cocktail puede darle resultado cuando uno analice la performance de su cartera al 31 de diciembre de 2016.

La nueva gran estafa (al inversor minorista)

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Nota publicada el 24/09 en Inversor Global //

Una vez más el inversor argentino quedó al desamparo tras una insólita medida de la Comisión Nacional de Valores. Crónica de un nuevo “robo” contra los ahorristas más pequeños.

Una vez más lo hicieron.

No sabemos si por incompetencia, falta de astucia o con una intencionalidad política manifiesta, pero lo hicieron.

Los encargados de transmitir seguridad y dar certidumbre a los inversores no hicieron otra cosa que exactamente lo contrario. Es inentendible las cosas que ocurren en Argentina, pero la consecuencia es bien clara: un mercado de capitales cada vez más pequeño y alejado de las necesidades reales de financiamiento que tiene el país para lograr un desarrollo sustentable.

Hace exactamente dos meses, el presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA) anunciaba una suba de tasas de interés de los plazos fijos para “fomentar el ahorro en pesos”. Quienes confiaron y abonaron esa tesis, nuevamente fueron engañados.

Insólitamente, el día martes, la Comisión Nacional de Valores (CNV) emitió un comunicado por el cual los Fondos Comunes de Inversión debían comenzar valuar sus tenencias de activos en dólares utilizando el tipo de cambio oficial informado por el Banco Nación en vez de tomar directamente el precio del mercado, el cual tiene un tipo de cambio implícito de contado con liquidación.

Pasando en limpio, para la CNV el único dólar válido es el oficial, el cual es inaccesible para gran parte del universo inversor. No le interesa el dólar blanco que surge de la libre interacción de la oferta y la demanda en el mercado de capitales.

El impacto para los Fondos Comunes de Inversión (FCI) es devastador en términos contables. Todas las tenencias de activos nominados en dólares que tienen implícito un dólar de $ 14 deben valuarlas a un dólar de $ 9,30. Eso es lisa y llanamente, un 34% menos.

No se trata de un asiento contable solamente, sino de una verdadera gran estafa.

¿Quién es el principal damnificado?

Sí, adivinó: el inversor minorista.

Aquel que confió no solo en el ahorro en pesos, a través de un FCI, sino en el Gobierno comprando una cartera que invierte en títulos públicos, es el principal perjudicado. Generalmente la primera aproximación del ahorrista al mercado de capitales se da a través de FCI por varias razones:

Rapidez para abrir una cuenta comitente a través del banco.

El inversor tiene una gran oferta de fondos que le ofrece la entidad bancaria donde tiene radicada la cuenta.

Se obtiene acceso a una cartera administrada por expertos a partir de montos de inversión iniciales relativamente pequeños.

Se diversifican los riesgos al invertir en una cartera de activos y no en uno individual.

Por estos motivos, gran proporción de los inversores en FCI son minoristas, como usted o yo.

Claro está que esto poco parece importarle a la CNV, ya que en su justificación señala que “la medida se tomó como forma de proteger al inversor”.

Si bien la normativa no entró en vigencia porque no fue publicada en el Boletín Oficial aun, la medida tuvo un efecto riqueza negativo devastador.

Los principales FCI expuestos ante la normativa se anticiparon y salieron a vender fuertemente las posiciones en bonos en dólares, provocando caídas significativas en el valor de las cuotapartes:

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Pero no solamente el efecto negativo se limitó a los inversores que tenían este tipo de FCI, sino que la sangre también llegó al resto de los activos.

La Bolsa de Comercio de Buenos Aires retrocedió un 6% y golpeó fuertemente a los FCI que invierten en acciones, amplificando las pérdidas para el pequeño inversor:

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Todo esto confluyó a mayor incertidumbre e inestabilidad. Justo en el peor momento, cuando el mundo financiero externo está en un grave estado.

Para hacerle más difícil la vida al inversor argentino, la CNV innovó esta nueva herramienta. Y no es la primera vez que ocurre…

Hace dos años limitó la inversión de los FCI en activos extranjeros hasta el 25% de su cartera, dejando al inversor sin la chance de invertir en los mercados globales con pesos argentinos.

Lamentablemente, los dirigentes no tienen ni la menor intención de hacer crecer y desarrollar el mercado de capitales. Por el contrario, los cambios permanentes de las reglas de juego conspiran contra el inversor y fomentan la dolarización.

Todos juntos debemos seguir trabajando duro para que esto no ocurra.

A su lado en los mercados,

Diego Martínez Burzaco

Entrevista en Recinto Virtual

En esta oportunidad les comparto una entrevista radial que me hicieron en el Programa Recinto Virtual de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. El conductor Ignacio Ros, conjuntamente con Santiago Lull y su equipo de periodistas me preguntaron por la devaluación, el real brasileño, la economía, la Bolsa y el mercado de capitales. Podés escuchar la entrevista, a partir del minuto 12:45hs, acá.

Recinto Virtual

Merval: ¿Un 2015 similar al 2013?

¿Qué punto de contacto tienen el año 2013 y el 2015?

En Argentina, bastante.

En ambos casos son años marcados por las elecciones, donde la política juega un rol central en las expectativas de los inversores, sean minoristas o mayoristas.

En términos bursátiles también hay similitudes.

En el caso de 2013 se trataron de las elecciones de medio término o legislativas, mientras que en el 2015 las elecciones presidenciales son las que marcan la agenda de corto plazo.

En términos bursátiles también hay similitudes.

Un de contacto es el frenético avance del Merval en los primeros 70 días hábiles de negociación. Mientras que el índice subió casi 21% en ese período en 2013, lo propio hizo en un 36% en 2015.

Claro, usted dirá que para el 2014 la historia fue similar ya que en el mismo plazo la suba del índice fue de 22% (tal como se observa en el gráfico).

Merval2015

Es cierto, pero lo que proyecto para las próximas semanas en el Merval me hacen asimilarlo más al comportamiento de 2013 que de 2014.

¿Por qué?

Creo que el mercado ha sobre exagerado las expectativas de cambio a nivel político y las últimas elecciones de Santa Fé y Mendoza le dieron un baño de realidad: el kirchnerismo sera un hueso duro de roer.

Es por eso que creo que hasta que digiera esto, se vienen tiempos no del todo alegres para los inversores. Puede ser que veamos una toma de ganancias transitoria, hasta que se enciendan nuevamente los motores del optimismo entre los inversores.

Allí, para ese entonces, espero un rally de acciones previo a las PASO, tal cual se verificó en el 2013.

Con los resultados políticos en la mano, el mercado dará su sentencia.

Y entonces la fiesta quizás pueda continuar. O quizás algo hará que la música deje de sonar abruptamente.

Prepárese para lo que viene.