Los errores son parte del aprendizaje para invertir mejor

cedears

Soy de los que piensan que tanto en la vida personal como en la profesional hay que manejarse de la misma manera. Si hay algo que comprendí desde pequeño, por lo que me inculcaron en mi seno familiar, es que manejarse con honestidad y reconocer los errores es la manera más fructífera de poder sembrar relaciones duraderas de largo plazo.

Lo mismo aprendí en el plano profesional. Cuando uno está errado, debe ser flexible y reconocer sus errores. Aprende de ellos, los plantea honestamente hacia el otro y mejora su proceder a futuro. Quiero ser honesto con cada uno de ustedes que, de alguna u otra manera, me leen o escuchan cotidianamente.

Cuando comenzó la crisis de la pandemia y tuvo su impacto inmediato, procedí erróneamente a interpretar las cosas. El mercado había mostrado su caída más vertiginosa en el plazo más corto nunca antes registrado: 36% en tan solo 23 días. Busqué en la historia de las correcciones bursátiles lo que podría ocurrir a partir de ese entonces. En base a lo anterior, pensé que el índice S&P 500 podía recuperar hasta un 70% de esa caída previa antes de volver a la senda de la corrección nuevamente.

Me equivoqué.

No solo se recuperó el 70% de la caída, sino la totalidad de la misma. Es más, el S&P 500 está por encima de ese nivel previo. Y ni que hablar si hacemos hincapié en el tecnológico Nasdaq, el cual está un 15% por encima de su máximo de febrero. La recuperación en “V” llegó al mercado, no así a la economía.

¿Cómo puede ser que haya tanta divergencia entre la economía financiera y la economía real? O como en la jerga bursátil se dice entre Wall Street y Main Street. ¿Acaso esta vez es diferente? ¿La historia no se repite? Analizando un poco más en profundidad la situación, llegué a la siguiente conclusión: el mercado está en un máximo histórico por la Covid-19, no a pesar de ella.

La justificación de lo anterior, en mi humilde opinión, no se debe principalmente a que los Gobiernos hayan puesto dinero en los bolsillos de los ciudadanos y éstos salieron a comprar desesperadamente acciones en el mercado. No me puedo imaginar que los ingresos que tienen los trabajadores desempleados se destinen a este fin. Al menos, es imposible pensarlo de esa manera en las economías latinoamericanas. Las familias utilizan esos ingresos para consumir lo básico y elemental, ni siquiera piensan en el mercado. Tampoco me lo imagino en las economías más desarrolladas.

Lo que a mi entender ocurrió es que la pandemia no hizo más que profundizar el poderío de las grandes empresas. No lo digo de manera despectiva ni mucho menos. Sino que las empresas más grandes salieron fortalecidas de este proceso por lo bien que habían hecho su trabajo anteriormente. Esas firmas con tecnologías disruptivas, con una innovación continua y con niveles de endeudamiento muy bajos o nulos son las que captaron una cuota incremental del mercado. No solo fidelizaron los clientes que tenían, sino que sumaron muchísimos más, aquellos que fueron perdiendo las que quedaron en el camino.

Firmas como Apple (AAPL), Microsoft (MSFT), Google (GOOGL), Amazon (AMZN), Netflix (NFLX) Facebook (FB) son los casos más representativos. Sus ventas crecieron, sus ganancias aumentaron y su participación de mercado se incrementó.

Pero al mismo tiempo, nunca antes en la historia hubo tanta ponderación acumulada de las 10 primeras empresas del índice S&P 500. Este top ten representan el 28,5% de la cartera total del índice. Es decir que, entre las 490 empresas restantes, “sólo” se explican el 71,5% del movimiento del S&P 500. Y muchas de estas últimas compañías están muy lejos de los valores que tenían previamente a marzo.

Y son, precisamente, las diez primeras empresas, las que más han consolidado su posicionamiento en la economía mundial como consecuencia de la pandemia.

De esta manera, podemos sacar muchas conclusiones más correctas respecto a lo que está ocurriendo:

    1. Wall Street no ha perdido la cordura ni la racionalidad, sino que los índices están en terreno récord porque quienes impulsan a los mismos son las que ganaron más clientes e ingresos gracias al coronavirus y no a pesar de él.
    2. Esa recuperación del mercado es extraordinaria porque la situación de las empresas así lo son. Nunca antes las 10 primeras firmas del índice tuvieron tanta ponderación en el pasado.
    3. La sensación de que Wall Street está claramente disociado de “la calle o economía real” no está errada. Cuando uno analiza recuperaciones anteriores del mercado tras una recesión o colapso, las que lideraron esos movimientos son empresas que en la actualidad son las víctimas más predilectas del virus: financieras, energía, consumo discrecional, turismo, son solo algunos ejemplos. Así, el desempleo es alto y la ayuda económica estatal nunca antes vista.

Así, debo reconocer que me equivoqué en mi análisis inicial de esta caída del mercado. Como aprendí de mis errores, ahora el valor futuro para la cartera estará dado por develar si esta nueva normalidad de concentración económica de las más grandes llegó para quedarse o si efectivamente la aparición de una vacuna podrá torcer la historia y forzar una fuerte rotación hacia los sectores más relegados en la actualidad.

Me inclino a esto último, pero todavía es un escenario muy incierto aún.

Dos inversiones para dolarizar tus ahorros

El ahorrista argentino tiene un amor declarado por la divisa estadounidense, sobre todo porque a lo largo del tiempo demostró ser un excelente refugio ante las innumerables crisis económicas. Hoy te presentó dos caminos para sacar mayor potencial del dólar.

¡No compres dólares!

Todo bien, pero primero deberías pensar en cómo invertirlos…

Esa es una de las principales recomendaciones que siempre llevo conmigo y que utilizo frecuentemente cuando cualquier ciudadano de a pie me comenta que compró dólares para cubrirse del riesgo argentino.

Inflación, devaluación, recesión, son parte importante del mencionado riesgo.

Me sucede a menudo. Cuando estoy en una cena con amigos, en un almuerzo familiar o en algún evento social. Los argentinos utilizamos al dólar como el salvavidas necesario para cubrirse de la tempestad. Sin embargo, rara vez consideramos invertirlos.

Tocarlos, revisarlos de vez en cuando y hasta contarlos con alta frecuencia son algunas de las cuestiones que explican la preferencia de mantener los dólares con uno en vez de invertirlos.

Lo entiendo. Hay mucho de ignorancia o ausencia de educación financiera en ese proceder.

Se trata de un comportamiento que trato de cambiar permanentemente desde mi rol de economista y asesor financiero.

Y hoy te quiero plantear una sugerencia.

Entiendo que con tus pesos sobrantes –de tenerlos- quieras comprar dólares. Y más ahora que tenés libre acceso al mercado de cambios. ¿Pero qué me dirías si te propongo que una parte de esos pesos sobrantes con los que pensás comprar dólares los inviertas en instrumentos financieros que no solo te permiten dolarizarte sino que también otorgan un beneficio adicional si tolerás determinado nivel de riesgo?

¿Estarías de acuerdo en hacerlo?

Para convencerte, te voy a presentar dos oportunidades de inversión con esas características, con dos niveles distintos de riesgo.

Primero, lo más “tranquilo”.

En la Bolsa local cotizan títulos o bonos que emiten los gobiernos o empresas. Esa deuda puede estar emitida en dólares o en pesos. Si es en moneda local, todos los pagos de interés y capital que realiza el bono serán en pesos. Si, en cambio, la serie es emitida en moneda dura, todos los pagos que haga el bono serán en dicha moneda.

Pero he de aquí lo más interesante.

Uno, como inversor y sin importar el tamaño, puede acceder a los títulos en dólares invirtiendo pesos. Como contrapartida, cuando el título pague su interés o devuelva su capital, lo hará en billetes estadounidenses constantes y sonantes.

Tomemos el caso del bono Bonar 24 emitido por el Gobierno Nacional. Su código de bolsa es AY24. Este bono tiene un cupón de interés de 8,75% anual que se paga dos veces al año: 4,375% el 7 de mayo y 4,375% el 7 de noviembre de cada año.

En tanto, su capital será devuelto en 6 cuotas anuales empezando en el año 2019.

Todos estos pagos, reitero, que hace el bono serán en dólares estadounidenses. El flujo de pagos del bono es el siguiente:

Cash Flow

Uno como inversor puede hacerse de los Bonar 2024 a razón de $ 15,95 cada bono, equivalente a US$ 1,0593. Si se mantiene el bono hasta el vencimiento, a lo largo de su vida habrá cobrado US$ 152,51. Esto hace que el rendimiento promedio anual del bono sea de un 8,39% en dólares.

En palabras simples, cada año 100 dólares se transforman en 108,39.

Más interesante que comprar sólo dólares, ¿no?

Para invertir en ellos lo que debes hacer es abrir una cuenta en una sociedad de bolsa local. Es un trámite más burocrático que otra cosa, pero necesario para poder invertir en el mercado de capitales.

La segunda alternativa que te voy a dar para dolarizar tus ahorros es algo más riesgosa. Se trata de invertir en acciones. Pero no en cualquiera, sino en una categoría denominada Certificados de Depósitos Argentinos, o CEDEARs, que son  certificados de empresas extranjeras que cotizan en pesos en la Bolsa de argentina.

Su funcionamiento es bien básico: la cotización del CEDEAR replica la cotización de una empresa extranjera que cotiza en Wall Street en dólares, ajustada por el tipo de cambio.

La ventaja del CEDEAR es que ofrece dos fuentes de retorno. La primera es si el dólar sube en Argentina, el CEDEAR sube de precio reflejando la mayor paridad entre la moneda estadounidense y el peso. Y la segunda es que si sube el precio en dólares de la acción en cuestión en Nueva York, entonces el CEDEAR subirá su precio en pesos.

Obviamente, que el razonamiento es inverso tanto para el caso en que baje el dólar como en que disminuya el precio de la acción en Wall Street. De allí que esta alternativa decimos que es más riesgosa.

Al igual que con los bonos, el CEDEAR se compra en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires y se necesita una cuenta comitente en un agente de bolsa para operarlo. De esta manera, comprar acciones de Apple, Microsoft, Google o cualquier otra firma está al alcance de tu mano.

Espero que te hayan gustado estas dos opciones. La idea principal es aportarte un granito más de arena para que entiendas las ventajas de invertir tus ahorros.

Diego.