El poder de ser contrario

Wall-Street-michael-douglas-32936354-1500-1007¿Usted se siente más cómodo actuando como las masas o diferenciándose de las mismas?

En materia de inversiones, la respuesta más atinada es “depende” de su perfil de riesgo. Si se trata de un inversor con alta aversión al riesgo, que evita tener sobresaltos inesperados en las inversiones que realiza, seguramente optará por estar cerca de lo que hace el promedio (es decir, las masas).

De esta manera, si las masas apuestan a la suba del mercado y esto ocurre, usted disfrutará de sus ganancias como uno más. En cambio, si el mercado le da la espalda, entonces podrá decir que su patrimonio se vio afectado como el de cualquier inversor promedio.

De esta manera se sentirá seguro.

Pero qué pasa si usted es un inversor con un perfil más agresivo y complementariamente inteligente. Casi con total seguridad se dará cuenta que, en algunas oportunidades, diferenciarse del resto puede ser una gran apuesta.

Y en inversiones, esta diferenciación no es, ni más ni menos, que adoptar una posición de inversor “contrario”.

 

El inversor contrario actúa sacando rédito de las extremas exhuberancias emocionales de las masas. Un claro ejemplo del saber popular en el mundo de las inversiones es “comprar cuando todos venden y vender cuando todos compran”.

O dicho en palabras de Warren Buffett: “ser codicioso cuando el resto es temeroso y ser temeroso cuando todos son codiciosos”.

Y debo confesar que siento cierta empatía con esta línea de pensamiento. Sobre todo cuando se producen movimiento bursátiles exagerados que muchas veces responden más a la emoción que a la razón.

En uno de mis artículos escrito el 31 de diciembre pasado y titulado “Los especuladores del crudo al descubierto” abrí un signo de interrogante importante sobre los fundamentos que estábamos viendo en la caída del petróleo en esas últimas semanas.

Allí planteé que los fundamentos del mercado energético en particular y de la economía mundial en general no ameritaba tal comportamiento en relación al commodity. En este sentido, intuitivamente me puse en la piel de un inversor contrario y señalé la posibilidad de la existencia de oportunidades con el ETF XLE, que estaba compuesto por acciones energéticas.

En ese momento señalé:

Tras acusar el impacto inicial de la fuerte caída del crudo, en las últimas semanas el ETF de Energía (XLE) -línea azul-no solamente no acompañó la persistente caída del precio del petróleo -línea roja- sino que comenzó a subir.

En concreto, esto puede interpretarse como una señal de que las últimas bajas del crudo forzadas por los especuladores han perdido credibilidad y que los inversores creen que no podrá sostenerse por mucho tiempo más, por lo que aumentan su exposición a empresas del sector esperando el ansiado rebote de precios.

Particularmente creo que esto es así. Y que hay oportunidades.

El tiempo dirá quien tiene la razón. Lo que la historia dice es que en el largo plazo tienden a primar los fundamentos, dando un guiño hacia el posicionamiento en acciones petroleras.

Hoy dicho ETF acumula en el año una suba de 3,5% y de 9% en los últimos 45 días. Y esto parece recién comenzar.

También en una reciente columna en Inversor Global señalé que “La suba del dólar (a nivel global) tenías los días contados”. Eso fue el 4 de abril más precisamente. Por ese entonces, el índice DXY -valor del dólar contra una cartera de monedas- cotizaba en US$ 99.

Allí expuse:

Creo que es el momento de apostar a la jugada contraria. Si pienso que el dólar fuerte fue la gran causa de la caída del precio de las materias primas y de las bolsas emergentes, hoy hay que poner el ojo en ellas si veo que puede sobrevenir el efecto contrario.

Dentro de las 10 bolsas más baratas del mundo en la actualidad, medidas por la relación Precio / Ganancia pasada y Precio / Ganancia futura se encuentran siete de países emergentes. Y tres de estos países forman parte del denominado grupo BRICS.

Hoy ronda el US$ 94. Para activos financieros como las monedas no se trata de un movimiento menor.

Y si usted jugó esa estrategia contraria, la ganancia ha sido suculenta. Y ni le cuento si apostó a algunos de los mercados emergentes.

Con esto no quiero convencerlo de que jugar contrario al promedio es siempre la mejor alternativa. Lo que quiero que entienda es que si tiene la mente amplia y la inteligencia justa para saber leer las jugadas irracionales que hacen muchos inversores, usted puede ser el gran beneficiarios siendo contrario.