Los inversores ponen la lupa en las acciones de Cresud por la crisis internacional

Diego Martinez Burzaco para Sala de Inversión
Las acciones de Cresud (CRESY) se encuentran expectantes debido a las consecuencias que podrían tener una caída de la demanda de granos mundial y de sus precios debido a la crisis internacional y, el impacto que generarán los problemas en los Estados Unidos y Europa en la economía argentina.
 
Es que la compañía depende tanto del mercado doméstico como del externo en lo que respecta a sus negocios principales, por lo que los inversores la están observando con detenimiento, a pesara de ser una empresa sólida.
 
La actividad agrícola-ganadera en la Argentina sigue siendo unos de los principales contribuidores del PIB local y la compañía es una referencia y un jugador preponderante en este segmento.
 
La empresa, perteneciente a la familia Elsztain, un grupo que posee participaciones rubros de desarrollo inmobiliario (IRSA), centros de compras (Alto Palermo) y financiero (Banco Hipotecario), es la más importante del holding.
 
Su principal actividad la agropecuaria, aunque también ha registrado un importante éxito en la venta y compra de campos, no sólo en la Argentina sino, también, en países limítrofes como Paraguay, Uruguay y Brasil.
 
Además, cuenta con dos ventajas importantes. Por un lado, la mayor demanda estructural de alimentos y granos proveniente de las principales potencias emergentes, como India y China, es un elemento de consideración ya que los precios de sus productos tienden a mostrar, en promedio, una tendencia creciente.
 
A su vez, muestra en sus balances una valuación contable de sus tierras y campos sensiblemente inferior a los de mercado, lo que le permite mostrar cuantiosas ganancias cuando vende algunos de estos activos.
 
Asimismo, tiene una segunda unidad de negocios de vital importancia que se desprende de su participación en IRSA, una de las desarrolladoras inmobiliarias más importantes de la Argentina y dueña de los principales centros comerciales del país.
 
El 22 de septiembre, informó la adquisición del 5,1% adicional del capital social de la firma, con lo que llegó a 63,2% su participación total. El consumo privado local se constituyó como el principal motor que contribuyó al crecimiento económico en el segundo estado más importante de América del Sur.
 
De allí, es que Cresud se encuentra en inmejorable posición para aprovechar esta tendencia creciente en el mercado argentino. Pero, la crisis financiera global presenta dos desafíos importantes para la empresa. Por un lado, en el plano internacional, la desaceleración económica podría marcar un retroceso en la demanda de granos, con una consecuente caída en el precio de las materias primas (algo poco probable pero debe considerarse como un riesgo al fin).
 
A su vez, a nivel doméstico, los efectos externos repercutirán, tarde o temprano, en la evolución del PIB de la Argentina, lo que tendrá un efecto nocivo sobre el consumo.
Entre estas dos situaciones, la experiencia del management de Cresud será vital y necesaria para pasar la crisis de la mejor manera posible. Sus acciones ya han comenzado a descontar este peor escenario económico con una corrección significativa en el precio, por lo que podría ser una alerta para los inversores que buscan papeles subvaluados para esperar el momento en que pase la tormenta.
 

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