Los bancos argentinos de cara a la crisis financiera global

Por Diego Martinez Burzaco para Sala de Inversión
En momentos en que la crisis financiera global tiende a agudizarse, analizamos cuáles son las fortalezas y debilidades del sistema bancario argentino y su repercusión en las acciones del sector
Nuevamente la palabra crisis se escucha alrededor del mundo. Cuando todos esperaban que lo peor del estallido hipotecario subprime había sido dejado atrás nuevamente han aparecido los temores de una contracción de la economía global.
Ahora estamos en presencia de severos problemas estructurales en la Unión Europea, principalmente por el lado fiscal y de deuda de los países PIIGS (Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España). Un default de la deuda de Grecia parece inminente ya que han fallado los tres paquetes de rescate aplicados por el FMI y la UE para recuperar la credibilidad de los inversores. 
El sector más perjudicado a nivel mundial es el bancario, ya que posee grandes tenencias de deuda de los países más severamente complicados. Muchos grandes bancos europeos y norteamericanos, como el Deutsche Bank o el JP Morgan, están cotizando por debajo de sus valores libros, lo que indica que estamos en presencia de una situación de pánico.
Ahora bien, con tanto selloff, que también ha llegado a las acciones de los bancos de los países emergentes, abordaremos cuáles son las potencialidades y los defectos de los bancos argentinos para afrontar esta situación.
Al momento de evaluar las ventajas de los bancos argentinos que cotizan en Bolsa (Grupo Financiero Galicia, Banco Francés y Banco Macro) debe resaltarse la nula exposición que los balances de estas compañías tienen sobre deuda en países con dificultades de pagos. Eso realmente se constituye en un punto a favor, pero es más producto de lo cerrada que es la economía argentina al mundo, que de una decisión racionalmente tomada.
Asimismo, debe destacarse que los bancos argentinos se encuentran en una inmejorable posición de liquidez y que no se encuentran en una situación de insolvencia, como si la había antes del estallido de la Convertibilidad a fines de 2001.
Si analizamos los puntos más débiles podemos destacar como primer instancia el hecho de que los bancos argentinos, cuando miramos sus múltiplos, han quedado relativamente caros respecto otros bancos de la región o, aún más, del mundo. El ratio de precio / valor libro supera en promedio 2,0x, lo cual podría despertar en los inversores la oportunidad de arbitraje (vender bancos argentinos y comprar bancos más baratos) considerando las actuales valuaciones de los bancos a nivel mundial.
Otro dato negativo es que el ingreso de los bancos argentinos está compuesto por dos variables casi con exclusividad: la tenencia de títulos públicos y la intermediación financiera. Si nos embarcamos hacia un mundo más averso al riesgo, seguramente la posibilidad de upside de los bonos argentinos será muy limitada (es más, puede existir una caída de precios) por lo que esa fuente de ingresos quedaría extinguida en el corto plazo. Por el otro lado, la desaceleración de la economía global puede llevar a una retracción de la economía argentina y a mermar los ingresos en concepto de intermediación financiera para las entidades.
En síntesis, la situación global hoy nos lleva a mirar con mayor atención y cautela las acciones de los bancos argentinos que, si bien están en una muy cómoda situación de liquidez, pueden presentar desafíos en el corto plazo.

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