Calificadoras de Riesgo, tarde pero seguro…

La historia parece repetirse. Las calificadoras de riesgo no se aggiornan a la etapa post-crisis subprime y los errores vuelven a repetirse una y otra vez. Siempre parecen correr detrás de los acontecimientos y esta semana la historia volvió a hacerse presente.
La semana que nos dejó mostró dos acciones de la calificadora de riesgo Moody’s que son difícil de justificar: por un lado rebajó la calificación soberana de la deuda de Irlanda en cinco escalones y, por el otro, puso en revisión negativa la calificación de deuda de España. ¿Estas medidas no sirven tan sólo para retroalimentar la crisis?. ¿Se repiten nuevamente los errores del pasado?.
Si rememoramos lo que pasó con la Argentina antes del colapso del 2001 desde la concepción de la calificación de la deuda doméstica nada hacía presagiar el abrupto final de la Convertibilidad. La Argentina era, en la década de los ’90, el modelo de país a seguir por parte de las economías emergentes. Los elogios eran permanentes y consistentes con los modelos de evaluación de riesgos por parte de las calificadoras. Sin embargo, una vez evidenciada la crisis y la agudización de la misma, las calificadoras golpearon aún más al país, sin haber siquiera alertado anteriormente por el deterioro de la actividad económica que se percibía en el país.
La crisis subprime, que tuvo sus inicios a finales de 2007 y como punto de mayor ebullición el año 2008, nos deja una lección similar. Instrumentos estructurados que habían sido calificados como triple AAA fueron los principales causantes de la crisis financiera más grande desde la segunda posguerra. Nuevamente las calificadoras fallaron en su rol de prevención para los inversores alertando sobre los riesgos que se corrían al invertir en estos productos y comenzaron a revisar sus calificaciones una vez estallada la crisis. La gravedad de la misma fue tal que el accionar de las tres calificadoras más importantes del mundo fue muy cuestionado en más de una oportunidad, impactando negativamente en la confiabilidad de sus reportes.
En la última crisis de la zona euro, más específicamente en el grupo de países denominados PIIGS (Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y Spain), la situación parece no haber cambiado para mejor sino todo lo contrario. Una vez estallada la crisis en Grecia y alcanzado el salvataje financiero con el FMI, las calificadoras pusieron en duda la capacidad de pago del país helénico. Lo mismo ocurrió esta semana con Irlanda, cuando la calificadora Moody’s decidió rebajar en cinco escalones la calificación soberana del país, cuando todo el mundo ya estaba al tanto de la difícil situación de las cuentas irlandesas y el rescate por parte del FMI y la Eurozona era un hecho.
Lo mismo ocurrió con España, un país donde el desempleo había llegado a un récord, donde fueron anunciados dos paquetes de ajustes fiscales muy agresivos, donde se piensa en subir la edad jubilatoria para evitar el colapso del sistema previsional y donde el crecimiento económico es una utopía. Hicieron falta todos estos acontecimientos para que recién una calificadora de riesgo alertara sobre el deterioro de España y decidiera rebajarle el outlook.

La cuestión de fondo es si las calificadoras de riesgo sirven como agentes para prevenir y alertar a los inversores sobre los riesgos que pueden verificarse al inveritr en un instrumento ó  deuda de un país ó bien si se comportan de manera prociclica y siempre están detrás de los acontecimientos y no anticipan los escenarios que vendrán. El dilema está abierto y cada uno puede sacar sus propias conclusiones.

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