Los dueños de la liquidez

Esta frase se ha puesto de moda durante las últimas semanas ante el posible accionar divergente de la Reserva Federal en torno a su política monetaria. ¿Qué es, a quién afecta y cómo el inversor puede sacar provecho de esto?

“Vamos a tener que acostumbrarnos a vivir en un mundo con mayor restricción de liquidez”, señala cualquier economista global que tiene que dar una exposición ante inversores en estos momentos.

¿Qué es lo que realmente nos está diciendo? ¿A qué apunta? ¿Me produce algún efecto cómo inversor?

Tengo la intención de responderle cada una de estas inquietudes con la mayor simpleza posible. Ese es mi objetivo para la columna del día de la fecha.

En vocabulario plano, la liquidez no es más que la mayor disposición de fondos monetarios para cualquier participante del mercado a un costo razonablemente bajo.

Tras la crisis hipotecaria en Estados Unidos, allá por el 2007, el banco central de ese país, llamado Reserva Federal, se aseguró de que haya suficiente cantidad de dólares para todas las compañías e individuos que acudían al mercado. El objetivo primordial era que no haya una crisis de liquidez que pudiera terminar en una crisis de solvencia financiera.

Para esto, utilizó extraordinariamente su política monetaria, haciéndola híper-expansiva. Así, la Fed avanzó con una baja de la tasa de interés de referencia (costo del dinero) hasta 0% y, en paralelo, emitió dólares en abundancia.

El modus operandi de esto último fue salir al mercado secundario a comprar bonos hipotecarios, proceso que permitió expandir la cantidad de dólares en el sistema financiero y, al mismo tiempo, disminuir los rendimientos de dichos títulos presionando a la baja a la tasa de interés.

Todo lo anterior resulta ultra conocido. Pero avancemos un poco más en el análisis para determinar qué impacto real tuvo esta política sobre los agentes del mercado.

Una de las repercusiones más importantes está a la vista: el inicio de un mercado alcista (bullmarket) que ya lleva seis años de duración. Los índices accionarios de Wall Street están en máximos históricos permitiendo una recomposición de la riqueza de los hogares (mucho ahorro en Estados Unidos se canaliza mediante el mercado de capitales) y de las empresas.

Esto generó más confianza, pero al mismo tiempo retroalimentó la necesidad de la política monetaria expansiva como sostén necesario de las actuales condiciones financieras. Al mismo tiempo, dicho comportamiento de la Reserva Federal generó una distorsión de incentivos muy importante sobre las firmas.

Sabiendo que la dosis de inyección monetaria no duraría para siempre, las grandes corporaciones evitaron invertir una gran parte de sus ingresos en nuevos proyectos dándole la prioridad a la acumulación de liquidez en sus hojas contables.

Una prueba de ello es la siguiente tabla:

Liquidez

Si consideramos las 10 empresas estadounidenses más grandes por capitalización bursátil, observamos que poseen una liquidez equivalente a US$ 673 mil millones. Se trata de una cifra espectacularmente elevada que, en algunos casos particulares, representan hasta más del 30% del valor de la compañía en Bolsa (ej. General Electric).

¡Y la cifra sería mayor si no se hubieran aplicado agresivos planes de recompra de acciones propias y de distribución de dividendos a los accionistas!

Esta es una de las principales causas para explicar por qué le economía global no ha logrado expandirse al ritmo del crecimiento de la liquidez. El mayor dinero recolectado por las empresas no se reinvirtió, sino que fue atesorado.

Y al no ampliarse la inversión, la capacidad productiva se estanca y no dinamiza la demanda agregada global.

NO ESTÁ TODO PERDIDO

Este comportamiento vislumbrado en las grandes empresas alimentó la suba del mercado en el corto plazo, pero no sentó las bases para una expansión lo suficientemente sustentable para el largo plazo.

Es lógico pensar que la aplicación de medidas extraordinarias por parte de la Fed no iba a durar por siempre y de allí la cautela en el uso de la liquidez. Pero sabemos que esto tiene un costo importante pensando en un horizonte más largo.

Si una empresa no expande su frontera de producción, ¿cómo es posible que cree valor para el accionista?

Quizás la respuesta está en ver a la crisis como una oportunidad, algo que pregonamos por siempre en Inversor Global.

Estamos atravesando un punto de inflexión en esta política monetaria laxa que llevó adelante el organismo estadounidense. Lo que se discute ahora en las mesas de dinero es cuándo la Fed comenzará a contraer su política monetaria, revirtiendo el ciclo de tasas 0%. ¿Último trimestre de 2015? ¿Primero de 2016?…

No es relevante. Lo que es importante para el inversor es que el solo hecho de que la Fed comience a encarecer el costo del dinero genera pánico, temor e incertidumbre. Es un cocktail perfecto para desatar una crisis y que muchos jugadores del mercado entren en desesperación.

Y allí se pueden dar las grandes oportunidades.

¿Y quiénes están en la mejor posición de sacar provecho? Precisamente las empresas que más robusta posición financiera tengan, aspecto que está íntimamente vinculado con la porción de liquidez que posean en sus hojas de balance.

Al tener mayor flexibilidad, la capacidad de generar grandes negocios es mayor.

Es por eso que como inversores, cuando la Fed lleve adelante este punto de inflexión en su política, debemos estar atentos a las compañías presentadas anteriormente. Éstas tienen mayor capacidad de adaptarse al cambio de coyuntura.

Y eso es sinónimo de mayor retorno para su cartera de inversiones si confía en las mismas.

A su lado en los mercados,

Diego Martínez Burzaco

Ese “maldito” índice…

Nota publicada en Inversor Global

Para muchos ingresar al mercado de capitales es una tarea casi inalcanzable. Para los que están adentro, obtener una performance mejor que el S&P 500 es algo titánico. Hoy le cuento por qué ni una ni la otra razón son verdaderas.

Dos preguntas sintetizan, en general, el primer contacto que tengo con los nuevos suscriptores de Inversor Global:

  • Soy totalmente nuevo en esto y no tengo idea cómo empezar. Es demasiado complejo todo. ¿Debo tener una cuenta en un broker para comenzar a invertir?
  • ¿Me conviene empezar invirtiendo en un fondo común de inversión (FCI) o fondo mutuo cuando recién estoy empezando hasta que adquiera experiencia?

La primera de ellas reflejan las sensaciones de miedo y desconocimiento que todo individuo tiene cuando enfrenta una nueva actividad. Es entendible, desde ya. Y sobre todo si lo relacionamos con el mundo bursátil que está lleno de prejuicios que más que acercar alejan al inversor pequeño.

La Bolsa no es un lugar exclusivo para ricos ni muchos menos. Es el canal más importante y con mayor oferta de productos que un individuo tiene a su disposición para invertir sus ahorros.

Y con ello, protegerlos de distintos flagelos como inflación, devaluación, etc…

Pero sí. Para poder avanzar en cualquier operación bursátil hace falta contar con una cuenta en un intermediario, el broker. No es tan difícil como se piensa. Con solo llenar unos documentos y presentar documentación sobre el origen de los fondos ya es suficiente.

La segunda pregunta no es tan fácil de responder. Al menos en forma breve. Pero asumo el desafío y avanzo en ese sentido.

Es natural que en un principio uno se sienta inseguro y con poca confianza para manejar su dinero al momento que está dando los primeros pasos en la materia. Por esta razón, se tiende a delegar la administración de los ahorros a un tercero con mayor experiencia.

A esto se dedican precisamente los fondos mutuos o FCI: son grandes carteras de inversión con participación atomizada de una gran cantidad de inversores y que descansan en la sabiduría de un portfolio manager que toma las decisiones en torno a la estrategia a seguir.

Mi respuesta, entonces, ante esta segunda consulta es que si en el corto plazo uno no se siente preparado ni capaz de asumir el compromiso de manejar sus ahorros, un camino alternativo es elegir un fondo mutuo para comenzar.

Pero ¡atento!…

Sólo lo justifico para el corto plazo y no como la adopción de una estrategia permanente para tratar de lograr lo mejor para sus inversiones.

A continuación le voy a dar mi argumentación…

SI SE PUEDE…

En finanzas e inversiones hay dos corrientes de pensamiento bien diferenciadas en torno a al manejo del dinero: la administración pasiva vs la administración activa.

La administración pasiva de un portafolio descansa en la idea de que en el largo plazo es muy difícil obtener rendimientos relativos superiores al índice, supongamos, al S&P 500. Éste ha obtenido un rendimiento promedio anual de 9% en los últimos 100 años.

Esta teoría es sostenida muy acérrimamente por los fondos mutuos pasivos que simulan o “siguen” la cartera del S&P 500. Sostienen que lo mejor es quedarse lo más próximo al índice de manera tal de replicar lo más cercano posible su rendimiento.

Sin embargo, esto es una falacia.

Observemos el siguiente gráfico:

fondos-mutuos-arg

Según un estudio de Goldman Sachs, de 248 fondos mutuos relevados que siguen al S&P 500 y tratan de tener una rentabilidad mayor, sólo el 43% de los mismos lo han logrado en lo que va del año 2015.

¡Se trata de menos de la mitad!

Y si nos remontamos al promedio de los 10 últimos años, sólo el 36% ha logrado superar al índice en cuestión.

La pregunta que uno, como inversor, debería hacerse es: ¿tiene sentido invertir en estos fondos si las posibilidades de obtener un rendimiento mayor que el S&P 500 es de 1 en 3?

La respuesta es NO, en absoluto.

Para ello es preferible invertir en el ETF que replica el índice, que es el más líquido del mundo, y cuyo ticker es SPY. Ahí hay más posibilidades de empatar, salir hecho.

Pero yo le dije que hay otra vertiente a ésta, que es la de la administración activa y en la cual yo me siento más cómodo y representado.

Aquí se encuentran los denominados “stock pickers” (cazadores de acciones) cuyo pensamiento radica en que es posible obtener retornos superiores a los del índice de forma sustentable en el tiempo a través de la elección de acciones.

Y yo también lo creo.

Sino no tendría razón de ser el servicio que lidero de Crisis & Oportunidad ni mi sección de la Revista IG “El Ojo sobre el Mercado” donde selecciono acciones individuales.

Con respecto a esta última, le doy un ejemplo de cómo evolucionaron mis cinco recomendaciones del año en comparación con el índice:

indice-news

                                                Fuente: Inversor Global

Como observamos, 4 de las 5 acciones seleccionadas vienen batiendo al S&P 500 durante el mismo período de análisis. Obviamente que esto es de corto plazo, pero soy consciente de que se le puede ganar al índice S&P 500 en el largo plazo seleccionando activos con criterios sólidos y fundamentos alentadores.

¡Sí se puede!

A su lado en los mercados.

Diego Martínez Burzaco

Para Inversor Global

El oro puede volver a brillar

Algo está cambiando en el mercado de metales preciosos, especialmente en el oro.

La posibilidad de que el miedo inicial a una abrupta suba de taas de interés en Estados Unidos se diluya es cada vez más cercana.

En concreto, la principal economía del mundo mejora, pero a un ritmo menor al esperado. La FED se maneja entre el delicado equilibrio de terminar con su insólita política monetaria y no romper con la incipiente recuperación de la actividad.

¿Podrá?

Lo dudo, es difícil. Mi opinión es que de haber una ajuste alcista de la tasa de interés la misma sólo será simbólica. Lo miembros del Comité de Política Monetaria saben que no pueden ir a contramano total del resto del mundo. Hoy no se puede entender una economía individual sin considerar el contexto global.

Y en este sentido, el margen de maniobra de la FED está limitado.

Esta limitación, sumado a un contexto más incierto y con mayor aversión al riesgo, han despertado a un gigante que estaba dormido: el oro.

El gráfico actual es elocuente.

oro

Ha roto una resistencia en los US$ 1.202 la onza y de mantenerse por encima de ese nivel podemos verlo ir a buscar la zona de los US$ 1.300 / US$ 1.320.

Mi jugada favorita para este escenario es el ETF GDX.

Preparen, apunten, fuego…

El poder de ser contrario

Wall-Street-michael-douglas-32936354-1500-1007¿Usted se siente más cómodo actuando como las masas o diferenciándose de las mismas?

En materia de inversiones, la respuesta más atinada es “depende” de su perfil de riesgo. Si se trata de un inversor con alta aversión al riesgo, que evita tener sobresaltos inesperados en las inversiones que realiza, seguramente optará por estar cerca de lo que hace el promedio (es decir, las masas).

De esta manera, si las masas apuestan a la suba del mercado y esto ocurre, usted disfrutará de sus ganancias como uno más. En cambio, si el mercado le da la espalda, entonces podrá decir que su patrimonio se vio afectado como el de cualquier inversor promedio.

De esta manera se sentirá seguro.

Pero qué pasa si usted es un inversor con un perfil más agresivo y complementariamente inteligente. Casi con total seguridad se dará cuenta que, en algunas oportunidades, diferenciarse del resto puede ser una gran apuesta.

Y en inversiones, esta diferenciación no es, ni más ni menos, que adoptar una posición de inversor “contrario”.

 

El inversor contrario actúa sacando rédito de las extremas exhuberancias emocionales de las masas. Un claro ejemplo del saber popular en el mundo de las inversiones es “comprar cuando todos venden y vender cuando todos compran”.

O dicho en palabras de Warren Buffett: “ser codicioso cuando el resto es temeroso y ser temeroso cuando todos son codiciosos”.

Y debo confesar que siento cierta empatía con esta línea de pensamiento. Sobre todo cuando se producen movimiento bursátiles exagerados que muchas veces responden más a la emoción que a la razón.

En uno de mis artículos escrito el 31 de diciembre pasado y titulado “Los especuladores del crudo al descubierto” abrí un signo de interrogante importante sobre los fundamentos que estábamos viendo en la caída del petróleo en esas últimas semanas.

Allí planteé que los fundamentos del mercado energético en particular y de la economía mundial en general no ameritaba tal comportamiento en relación al commodity. En este sentido, intuitivamente me puse en la piel de un inversor contrario y señalé la posibilidad de la existencia de oportunidades con el ETF XLE, que estaba compuesto por acciones energéticas.

En ese momento señalé:

Tras acusar el impacto inicial de la fuerte caída del crudo, en las últimas semanas el ETF de Energía (XLE) -línea azul-no solamente no acompañó la persistente caída del precio del petróleo -línea roja- sino que comenzó a subir.

En concreto, esto puede interpretarse como una señal de que las últimas bajas del crudo forzadas por los especuladores han perdido credibilidad y que los inversores creen que no podrá sostenerse por mucho tiempo más, por lo que aumentan su exposición a empresas del sector esperando el ansiado rebote de precios.

Particularmente creo que esto es así. Y que hay oportunidades.

El tiempo dirá quien tiene la razón. Lo que la historia dice es que en el largo plazo tienden a primar los fundamentos, dando un guiño hacia el posicionamiento en acciones petroleras.

Hoy dicho ETF acumula en el año una suba de 3,5% y de 9% en los últimos 45 días. Y esto parece recién comenzar.

También en una reciente columna en Inversor Global señalé que “La suba del dólar (a nivel global) tenías los días contados”. Eso fue el 4 de abril más precisamente. Por ese entonces, el índice DXY -valor del dólar contra una cartera de monedas- cotizaba en US$ 99.

Allí expuse:

Creo que es el momento de apostar a la jugada contraria. Si pienso que el dólar fuerte fue la gran causa de la caída del precio de las materias primas y de las bolsas emergentes, hoy hay que poner el ojo en ellas si veo que puede sobrevenir el efecto contrario.

Dentro de las 10 bolsas más baratas del mundo en la actualidad, medidas por la relación Precio / Ganancia pasada y Precio / Ganancia futura se encuentran siete de países emergentes. Y tres de estos países forman parte del denominado grupo BRICS.

Hoy ronda el US$ 94. Para activos financieros como las monedas no se trata de un movimiento menor.

Y si usted jugó esa estrategia contraria, la ganancia ha sido suculenta. Y ni le cuento si apostó a algunos de los mercados emergentes.

Con esto no quiero convencerlo de que jugar contrario al promedio es siempre la mejor alternativa. Lo que quiero que entienda es que si tiene la mente amplia y la inteligencia justa para saber leer las jugadas irracionales que hacen muchos inversores, usted puede ser el gran beneficiarios siendo contrario.

¿Por qué sube el oro?

“No des por muerto a quien pelea”, dice la cita…y así parece para el caso del oro en la actualidad.

Los últimos dos años han sido realmente frustrantes para aquellos que apostaron al oro o a empresas mineras. Y no es para menos ya que mientras que el índice de acciones S&P 500 quebraba récords históricos (subiendo más de 30% en 2013 y un 12% en 2014) este metal no ha parado de bajar. Y esto, inevitablemente, arrastró a las empresas del sector.

Sin embargo, para finales del año pasado algo comenzó a cambiar…

La estrepitosa caída de más de 50% del precio del petróleo ha sido una fantástica noticia para el metal precioso. Resulta que ese hecho fue el principio del caos financiero, de mayor pánico y de la llegada de un gigante dormido: la “volatilidad”.

No hay que exagerar los movimientos, desde ya, pero se van formando indicios que pueden confirmarse en tendencias a lo largo de 2015. Para ello busquemos fundamentos…

Analicemos los rendimientos relativos en lo que va de 2015:

Mapa de Rendimientos                                                              Fuente: FinViz.com

Como se observa, los dos ETFs más rentables son el FAZ (que juega a la baja apalancada de las financieras estadounidenses) y el GDX (fondo que contiene acciones mineras). Mientras que en la sección commodities, quien está en “verde” en más de 6% es, ni más ni menos, el oro.

Más allá de que podemos justificar la suba del metal por la mayor incertidumbre e inestabilidad, no podemos dejar descansar la totalidad de nuestra justificación solamente en ese hecho. Hace varios meses que la correlación entre pánico y precio del oro ha dejado de ser estrictamente positiva.

Entonces, ¿por qué sube el metal…?

Hay varios motivos.

El primero y principal es Estados Unidos.

Por segundo mes consecutivo la inflación mensual fue negativa si consideramos el índice agregado, incluyendo los precios de los alimentos y la energía. En este sentido el índice de precios minoristas de diciembre mostró un retroceso de 0,4%, el mayor en los últimos seis años.

Asimismo, si consideramos el índice core, que excluye alimentos y energía, el índice no varió, cuando se esperaba un avance de 0,1%.

Este efecto adicionado a los problemas laborales verificados en la industria del petróleo no convencional en ese país ha hecho que las expectativas de suba de tasas de interés por parte de la Reserva Federal se disipen en el corto plazo. El consenso habla ya de que, si hay un ajuste del costo del dinero, recién se dará en el segundo semestre.

Esto fortalece al oro.

En segundo lugar, la demanda en China sigue siendo fuerte. Con el metal en precios más bajos en tres años, los chinos ahorren e invierten en él. Una aceleración de la segunda economía mundial podría potenciar esa tendencia.

Finalmente, India levantó, hace poco menos de un mes, las restricciones a las importaciones de metales preciosos. Eso llevó a una gran variación porcentual interanual en la demanda de oro y plata, efecto que continuará. Los indúes aman el metal.

Si esto es así, el oro seguirá subiendo.

¡Inversores atentos!

 

Los especuladores del petróleo al descubierto

Tengo 14 de años de experiencia en los mercados y las inversiones. Si hay algo que aprendí, ciertamente, es que el precio de cada uno de los activos financieros es el “rey”.

¿Qué implica esto?

El precio de un activo financiero es único y es el que se deriva de la interacción de la oferta y la demanda. En muchas ocasiones uno sabe que el precio puede estar manipulado por cuestiones ajenas a los fundamentos de ese activo y que en la teoría ese nivel debería ser muy distinto al que muestra la realidad.

Pero allí no hay nada que hacer. El precio que se muestra en la pizarra manda y hay que aceptarlo, nos guste o no desde nuestra perspectiva de inversores.

Pero ciertamente cuando notamos que el desfasaje entre el precio de mercado y el precio que debería tener un activo es demasiado grande, ahí es donde aparecen las grandes oportunidades.

Esta vez quiero referirme al petróleo y su abrupto descenso de más de 45% en el 2014. Me cuesta creer que a todo el espectro de analistas globales se les haya pasado por alto este repentino exceso de oferta del commodity en sus proyecciones para el precio del crudo durante este año.

Siempre, desde un primer momento, manifesté que el trasfondo de la caída del precio del petróleo respondía a una cuestión geopolítica donde una gran cantidad de poder global estaba en juego. La irrupción desde hace unos años atrás de Estados Unidos como gran productor mundial de petróleo y gas no convencional amenazaba con cambiar las relaciones de poder en el mundo y la influencia de la OPEP (Organización de los Países Exportadores de Petróleo) en el mapa global.

Y la reciente tapa del prestigioso diario The Economist así lo demuestra:

Petróleo

Pero aún considerando este cambio estructural en el mercado energético global, no encuentro justificación suficiente para explicar la baja tan abrupta del precio del oro negro.

Y es ahí donde hay que buscar otras explicaciones.

Ni en las épocas de la gran crisis financiera de 2008 se veía tanta volatilidad en el precio del crudo. En las últimas semanas hemos sido testigos de cómo su precio oscilaba entre +3% y -3% en una jornada diaria y viceversa. Es allí donde los especuladores entran en acción y la irracionalidad de corto plazo domina la escena.

Si el mundo desarrollado está más estable, si Estados Unidos crece a su nivel más rápido en una década (5% anualizado en el tercer trimestres) y si el mundo emergente no ha sufrido una recesión imponente, entonces me pregunto: ¿cómo el petróleo puede retroceder más de 45% en este contexto?

Extraño.

Pero como le mencioné anteriormente, la irracionalidad de corto plazo puede abrir oportunidades. Y el siguiente gráfico puede decirnos mucho acerca de eso:

Petróleo_vs_XLE

 

Tras acusar el impacto inicial de la fuerte caída del crudo, en las últimas semanas el ETF de Energía (XLE) -línea azul-no solamente no acompañó la persistente caída del precio del petróleo -línea roja- sino que comenzó a subir.

En concreto, esto puede interpretarse como una señal de que las últimas bajas del crudo forzadas por los especuladores han perdido credibilidad y que los inversores creen que no podrá sostenerse por mucho tiempo más, por lo que aumentan su exposición a empresas del sector esperando el ansiado rebote de precios.

Particularmente creo que esto es así. Y que hay oportunidades.

El tiempo dirá quien tiene la razón. Lo que la historia dice es que en el largo plazo tienden a primar los fundamentos, dando un guiño hacia el posicionamiento en acciones petroleras.

 

Las acciones chinas pueden ser el esperado regalo navideño

En la última década, China ha estado en el centro de la escena por múltiples causas.

A principios de los 2000 se pensó en el gigante asiático como el sustituto natural de Estados Unidos en su rol de motor del crecimiento global. La explosión de la burbuja punto.com y los atentados del 11 de septiembre a las Torres Gemelas habían dejado serios daños en la economía estadounidense.

En paralelo, China emergió con tasas de crecimiento anual de dos dígitos a partir de la transición de ciertas políticas económicas del comunismo al capitalismo.

La crisis que desató el mercado inmobiliario en Estados Unidos en 2007, conocida como la de las hipotecas subprime (baja calidad crediticia de los deudores), potenció el razonamiento anteriormente mencionado.

Ya no sólo se vinculaba a China como el nuevo motor del crecimiento global, con foco en las economías emergentes, sino que se hablaba que su moneda, el yuan, ocuparía el lugar de un dólar debilitado en su rol como reserva de valor global.

No solo que esto último no ocurrió, sino que a partir del año 2010 comenzaron a vislumbrarse ciertas inconsistencias en el modelo económico de la segunda mundial -China- que llevaron a menores tasas de crecimiento y a ciertas proyecciones un tanto alarmista por algunos analistas de Wall Street.

A partir de ese año, las acciones chinas listadas en el mercado de Shanghai no hicieron otra cosa que bajar (y con fuerza). En cierta medida, anticiparon la desaceleración económica que finalmente se evidenció con tasas de crecimiento anual que pasaron del 10% al 7,5%.

Shangai

 

Estas acciones del “mainland” de China, denominadas Clase A, solamente podían ser operadas por inversores institucionales, estatus que otorgaban las autoridades regulatorias del país.

Si uno, como inversor minorista, quería invertir en acciones chinas tenía dos caminos para hacerlo: operarlas en Hong Kong (acciones Clase H) o sino adquirirlas en Wall Street vía ADRs o ETFs.

Este condicionamiento está a punto de cambiar.

El día 17 de noviembre se dará un gran cambio de rumbo a esta política limitante contra el inversor minorista ya que se abrirá la posibilidad de que esta clase de inversores pueda comenzar a comprar y vender acciones Clase A, las que otrora estaban solamente habilitadas para grandes inversores.

Se trata de un cambio estructural muy importante.

Y sin dudas el rally superior al 20% que tuvo la bolsa Shanghai desde junio último anticipa la gran expectativa que hay en torno a estas acciones del “mainland”.

Tanto los grandes bancos de inversión de Wall Street como los propios bancos de inversión asiáticos están recomendando a sus clientes minoristas participar activamente de este proceso de cambio estructural que se dará en los mercados bursátiles chinos.

Este proceso, denominado “Shanghai-Hong Kong Stock Connect” puede ser el gran regalo navideño que esperan los inversores por varios motivos:

1. Las acciones chinas del mainland (Clase A) cotizan con un descuento importante tanto contra las acciones cotizantes en Hong Kong (Clase H) como contra sus pares de las grandes economías emergentes.

2. A pesar de la desaceleración económica, nadie duda de que China seguirá siendo uno de los principales jugadores estratégicos de la economía global.

3. Cualquier gran cambio estructural de mercado viene acompañado con un exceso de optimismo que impulsa más que proporcionalmente las cotizaciones de las acciones.

4. Técnicamente, una suba de más de 20% desde el punto más bajo del último tiempo implica que ese mercado se encuentra en una tendencia alcista.

Esta conjunción de motivos hace pensar que el mercado seguirá en modo rally alcista para las próximas semanas.

Usted puede ser parte protagonista de este proceso si destina alguna ficha de su cartera a este nuevo mega mercado que abre el juego a todos los inversores.

Aproveche este regalo navideño.

No siempre sucede.

¿Comprar oro, vender S&P500?

El 9 de octubre de 2007 es una fecha memorable para los amantes de las estadísticas bursátiles. Ese día, el índice de acciones S&P 500, el más importante del mundo, alcanzó su nivel de cierre más elevado de su historia: 1.565,15 puntos.

Mientras que por esos tiempos todo era alegría entre operadores, analistas e inversores, por detrás se estaba gestando lo que fue una de las peores crisis económicas que sufrió Estados Unidos, solamente comparable con la Gran Depresión del ’30.

Rápidamente comenzaron a verificarse escandalosos problemas con el mercado hipotecario de ese país y la palabra “subprime” fue la más utilizada en el ámbito bursátil por los siguientes años.

Apenas 15 meses después de esa gran algarabía verificada, el mismo índice de acciones se encontraba en 735 puntos, mostrando un retroceso de más del 50%:
Fuente: Yahoo! Finanzas

Por estos días, se habla de que pronto el S&P 500 estará sobrepasando los 1.565,15 puntos del récord alcanzado para otorgar nuevas satisfacciones a los inversores.

Lo extraño es, quizás, que la situación económica de la principal potencia global dista de ser la mejor. Y no solo eso. El mundo tampoco parece estar en las puertas de un excelente e inolvidable año de crecimiento económico, por lo que las grandes empresas multinacionales que integran el S&P 500 también tendrán desafíos para incrementar sus ventas.

Sin embargo, nos encaminamos a quebrar nuevos récords…

El principal fundamento que encontramos para justificar el rally alcista de las acciones es la abundante liquidez mundial, básicamente propiciada por todos los bancos centrales del mundo, con la FED a la cabeza.

El dato no es menor. La Reserva Federal destina mensualmente 85 mil millones de dólares a comprar bonos hipotecarios en los mercados, acción que se complementa con una política de tasas de interés “cero” desde hace más de tres años.

Sin embargo, toda gran bonanza llega a su fin. Y en estas últimas semanas hubo algún indicio de esto en las “minutas” de las FED, con algunos integrantes del Comité poniendo reparos sobre los costos que puede provocar la actual política de estímulo.

No me refiero que el final de la inyección de dólares irrestricta sea inmediata, pero quizás los inversores deban empezar a cambiar su manera de proyectar el futuro.

¿Qué ocurre con el oro?

El metal precioso atraviesa una gran corrección bajista fundamentada en la reducción de las tenencias de los principales hedge funds del mundo,los cuales buscan mayores rendimientos en activos más riesgosos.

Sin embargo, los fundamentos de largo plazo que sustenta la demanda de oro siguen intactos: los bancos centrales han comprado más oro en 2012 que en los últimos 48 años, la demanda de inversores minoristas en China crece exponencialmente y los niveles de dólares, euros, yenes y libras en el sistema financiero global están en sus máximos.

Sin embargo, el oro sigue estando bajo presión…

¿Será el momento de una reversión de esta última tendencia?

El siguiente gráfico puede ayudarnos a revelar lo anterior:
Fuente: Yahoo! Finanzas
Mientras el S&P 500 perdió más del 50% en los 15 meses posteriores de su récord histórico, el ETF de oro (GLD) ganó un 30% en ese período.

¿Tendremos un nuevo comportamiento semejante? ¿O simplemente el metal amarillo ha perdido su brillo por siempre?


¿Se terminó el alza de las acciones de construcción en EEUU?

Por Sala de Inversión

Las acciones de empresas vinculadas al sector de la construcción en los Estados Unidos se encuentran en la mira de los inversores tras haber sido una de las vedettes del año pasado con alzas que superaron el 78%.

Si bien, las subidas podrían continuar en 2013 los analistas estiman que se producirán en niveles muy inferiores y se moverán de la mano de los resultados que muestren los diferentes indicadores macroeconómicos vinculados a esta industria en el país, aunque con rangos mucho más bajos.

En 2012, las constructoras como Dr. Horton (DHI), Lennar (LEN) y Toll Brothers (TOL), entre otras, vieron subir sus acciones un 88%, 110%, y 78%, respectivamente, algo poco común en este rubro.

Esto se debió, principalmente, a las tasas de interés en los Estados Unidos, que se ubicaron en mínimos históricos y al menor nivel de inventarios que propulsó la demanda de viviendas tras haber registrado su mayor desplome desde 1930.

Con la confianza de los constructores en su nivel más alto en más de seis años y las ventas de nuevas viviendas creciendo a una tasa anualizada del 15,30% y los precios subiendo un 5,50% anual, parece que el mercado inmobiliario lleva camino de superar el desempeño de la economía en general durante los próximos años.

“El sector encontró un punto de inflexión en 2012, lo que es un síntoma positivo. No sólo se ha estabilizado, sino que ha vuelto a mostrar cifras de crecimiento, algo que no se vislumbraba desde antes de la crisis subprime en 2007”, sostiene el economista jefe de Inversor Global, Diego Martínez Burzaco.

Aunque algunos inversores creen haber perdido el tren de las oportunidades después de las impresionantes alzas bursátiles del año pasado, todavía queda vapor en este tren.

“Los precios de las acciones en el mercado de bienes raíces todavía son muy bajos, al igual que los niveles de actividad desde un punto de vista histórico, por lo tanto, queda un buen recorrido alcista de mediano y largo plazo”, afirma el analista de Sala de Inversión Andrés Cardenal, quien añade que aunque “no va a ser todo color de rosas, a medida que el mercado recupera comenzarán a salir a la venta activos que no estaban en oferta debido a los bajos precios, elevando el inventario.

Un crecimiento saludable para el inicio de construcción de viviendas sería de 1,50 millones de unidades anuales y, si desde 1959 a 2007 no se bajó del millón, en los últimos cinco años el promedio osciló entre 500.000 y 800.000.

Aunque este ajuste era necesario para quemar los excesos de inventario acumulados a mediados de la década del 2000 en plena efervescencia del boom inmobiliario (más tarde burbuja), hoy en día la oferta y la demanda están cerca de alcanzar un equilibrio que podría dar lugar a un constante aumento en los inicios de obras.

Pese a esto, las compras de los inversores se encuentran frenadas debido a tres razones fundamentales. La principal es el temor a que no quede mucho valor por destapar tras las abruptas subidas que tuvieron las acciones líderes del sector en 2012.

Nadie busca invertir antes de que ocurran correcciones significativas. “No sería de extrañar que en algún momento se produzca un ajuste dado que estas acciones han subido mucho durante el último año. Sin embargo, al ser positiva la tendencia de largo plazo, todavía hay potencial alcista en muchas empresas”, asegura Cardenal.

Martínez Burzaco, coincide y agrega que “las acciones del sector están baratas, en términos relativos. A pesar de la fuerte recuperación, sus múltiplos son saludables. Por ejemplo Dr. Horton tiene un P/E de 8,30x y un P/Valor Libro de 2,10x. Son ratios que indican que todavía tienen recorrido“.

No obstante, en los niveles actuales del mercado los analistas destacan que hay que andar con pies de plomo ya que estos papeles “son bastantes pro cíclicos y la explosiva subida de todo el mercado genera cierta cautela en el corto plazo. Cualquier corrección significativa, en torno al 5%, quizás sea aun buen punto de entrada”, agrega el especialista de Inversor Global.

Otra de las razones que frenan las compras de los inversores es la lenta recuperación que viene mostrando el crecimiento de la economía en los Estados Unidos, que se ha tornado en el mayor obstáculo para la industria.

Cardenal destaca que “obviamente, la marcha de la economía de los EE.UU. con sus temas políticos es siempre un riesgo, pero los problemas que puedan surgir serán transitorios, la tendencia de largo plazo es al alza“.

Finalmente, el último escollo que ven los inversores para adquirir estos papeles es la escasez de mano de obra en el sector de la construcción, como recientemente afirmó David Crowe, economista senior de la Asociación Nacional de Constructores, que además señaló que “muchos constructores se quejan de que no encuentran suficiente personal, ni subcontratistas, y son incapaces de obtener la mano de obra necesaria para construir incluso las órdenes (backlog) en sus libros”.

Esto podría ejercer presión en la cadena de abastecimiento disparando los salarios y el precio de las propiedades, pisando a su vez el freno del crecimiento de este rubro y achicar los márgenes operativos brutos de las empresas.

Aunque podría pensarse que todas las acciones del sector acabarán beneficiándose de este retorno a la normalidad, siempre es necesario separar las buenas manzanas de las malas. Entre las apuestas del sector, Martínez Burzaco destaca a la constructora de viviendas de lujo Toll Brothers.

“Se enfoca en un segmento de mayor poder adquisitivo, lo cual le permite obtener mayores márgenes de ganancia por precios más altos. El grupo demográfico al cual apunta tiene muchas ventajas, como mejor calificación crediticia, menores tasas de desempleo y una preferencia por viviendas nuevas en lugar de pre existentes”, resalta.

Por su parte, Cardenal agrega que “financieramente (Toll Brothers) ha tenido mejor performance que muchos de sus competidores, tanto en ventas como en la reducción de deuda y aumentos de rentabilidad”.

Sin embargo, los analistas internacionales sondeados por Thomson/First Call le ven poco margen de crecimiento a sus papeles ya que en promedio estiman un precio objetivo de 37 dólares frente a los 36,42 en los que se encuentra actualmente.

A su vez, Martínez Burzaco también señala entre sus favoritas a “Standard Pacific Corporation (SPF) una pequeña empresa del sector, que tiene una interesante potencialidad, aunque es una acción extremadamente volátil con un beta de 2,40. Sus múltiplos son atractivos: P/E de 6,35x y P/VL de 1,35”.

En esta caso, los especialistas consultados por Thomson/First Call estiman una mejora un poco mayor ya que fijaron un precio objetivo promedio de 8,25 dólares frente a los 7,85 actuales, lo que implica una perspectiva de apreciación del 5,10%.



Cuidado con el exceso de optimismo

El optimismo de los agentes que participan del mercado, llámese operadores, analistas o inversores, suele ser procíclico en el sentido de que se retroalimenta positivamente en la medida de que las bolsas suben cada vez más.
 
Es una situación a la que estamos acostumbrados a vivir frecuentemente, pero no deja de ser en parte irracional.
 
No es casual encontrar que muchas de las grandes pérdidas de capital tienen su origen en el mal timing de mercado que tienen la mayoría de los inversores que adhieren a la siguiente conducta: compran en los precios más altos y luego venden en los más bajos.
 
El libro de texto indica precisamente lo contrario: “comprar barato y vender caro”…
 
En la actualidad, a mi modo de ver, estamos atravesando una especie de sobreoptimismo extremo en torno a la tendencia alcista que están mostrando las bolsas.
 
Y los titulares de los principales portales web de finanzas así lo reflejan:
 
“Los mercados alcanzan el máximo nivel en cinco años y van por más”…
 
“Se recuperó la totalidad de la pérdida evidenciada durante la crisis subprime”…
 
“Los que tienen una visión bajista del mercado tiran la toalla”…
 
“El índice S&P500 se encamina a quebrar el umbral de los 1.500 puntos”…
 
¿No estaremos omitiendo los riesgos existentes a nivel global que puede afectar negativamente las cotizaciones de las acciones en la actualidad?
 
Evidentemente en estos tiempos siempre vale la pena intentar ser un poco “contrario”, al menos por un rato. Y quizás estemos ante una eventual corrección del mercado que pueda estimular algunos grandes negocios.
 
Así como las bolsas estadounidenses están en niveles máximos en cinco años, el índice de volatilidad VIX está en la vereda opuesta, en su nivel mínimo del último lustro.

Creo que en cualquier momento, más pronto de lo que nosotros podamos prever, nos encontraremos con algún cisne negro que puede aguar la fiesta.
 
Por las dudas, es conveniente tener en su cartera instrumentos que maticen estos riesgos: el TVIX o el FAZ pueden ser sugerencias de alto impacto con retornos esperados atractivos.