Tres medidas para levantar el cepo en 30 días

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Comienza un nuevo ciclo político en argentina tras el desordenado traspaso de mando de entre Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri. Más allá de la foto política del 10 de diciembre, lo que urge en la agenda inmediata es atender los problemas y desafíos económicos.

Particularmente tengo la visión de que la agenda económica condicionará todos los demás aspectos de Gobierno en los primeros tres meses de gestión.

Claramente los asuntos a atender son muchos, y una gran parte de los mismos presentan características de una urgencia sin igual.

Algunos de estos desafíos se relacionan con excesos económicos con pocos precedentes en nuestro país, como el fiscal que marca un déficit de casi 7% del Producto Bruto Interno o como el monetario cuyo principal síntoma es un exceso de pesos en circulación que presiona permanentemente la pérdida de valor de nuestra moneda.

Ambos desequilibrios contribuyen a alimentar uno de los flagelos más intolerantes que vive la sociedad argentina como es la inflación, la cual ha promedio un nivel de 25% anual durante los últimos 6 años.

Es prácticamente inviable diseñar políticas de desarrollo sustentables de largo plazo con tales niveles de inconsistencias macroeconómicas.

Pero si faltaba algo más desalentador, para ello la Argentina tiene el denominado control de cambio o vulgarmente conocido como “cepo cambiario”.

El actual presidente de la Nación había señalado que el 11 de diciembre levantaría la restricción sobre el mercado cambiario que rige en estos momentos. Pero sabemos que eso es imposible, al menos en mi visión, como en la de muchos dirigentes recientemente nombrados por Macri para conducir la economía del país.

Sin poder de fuego en el Banco Central de la República Argentina para combatir un eventual overshooting (sobrerreacción del precio del dólar), levantar el cepo podría ser un real suicidio económico.

¿Es posible una corrida contra el dólar?

Desde el punto de vista de la economía simple sí.

En un mercado donde hay exceso de un bien (pesos) y escasez de otro bien (dólares), y si os agentes se pueden mover libremente en él, lo más probable es que el equilibrio se alcance a través de un ajuste de precios: o cuando el peso esté lo suficientemente barato para seguir desincentivando la venta o cuando el dólar esté lo suficientemente caro como para desincentivar la compra.

En el medio, el BCRA debería tener dólares disponibles para controlar los “animal spirits” de los agentes que pueden llevar al mercado hacia los extremos.

Está claro que el principal desafío, entonces, pasa por conseguir dólares de manera urgente con el fin de poder levantar la restricción al mercado cambiario, dar más certidumbre y esperar la llegada de divisas genuinas.

¿Cómo lograrlo?

Durante los próximos 30 días se podrían aplicar tres medidas contundentes que avancen en ese sentido:

  • Hoy el BCRA tiene entre sus activos más de US$ 20.000 millones en Letras del Tesoro que son intransferibles, por lo que no las puede hacer líquida. El Tesoro podría hacer un swap de esa deuda y darle bonos que tengan cotización pública en los mercados secundarios. De esta manera, el BCRA estaría en condiciones de vender estos bonos contra dólares a los precios del mercado vigentes y hacerse de divisas en forma instantánea.
  • Se necesita una repatriación de capitales (con blanqueo incluido) como la que tuvo lugar en 2009 en el país. Ahí se permitía comprar bonos en dólares con dinero no declarado y se les pedía a los demandantes que se queden con los mismos por el término de un año. En caso de querer venderlos antes, se pagaba una penalidad de 3% del valor del bono. Con la suba que tuvieron los títulos en los seis meses posteriores, el blanqueo salió “gratis” a los compradores y el Gobierno pudo sumar reservas internacionales.
  • Una última idea adicional sería subir la tasa de depósitos a plazo fijo para los que se constituyen por un año de plazo en moneda extranjera. Un nivel de tasas de interés en torno al 5%-6% podría generar que muchos dólares que están bajo el colchón o mismo en cajas de seguridad se vuelquen al sistema, contabilizándose como reservas.

Este cocktail de medidas complementado con la confianza que puede traer la nueva administración podría generar el shock de confianza necesario para recibir una suma considerable de dólares en los próximos 30 días y, así, levantar el cepo cambiario.

Se necesitan ideas creativas y quizás alguna de estas pueda funcionar.

2 Comments

  1. Hola Diego,
    Por lo general, coincido con tus comentarios.
    Pero en este post, estoy totalmente en disidencia en subir la tasa de los plazos fijos en dólares: si bien claramente aumentan las reservas del BCRA, quién se va a animar a constituir PF en dólares por más de un año? Creo que el valor de la tasa, es indiferente.
    El BCRA está quebrado. Si en el corto plazo no se consiguen aumentar fuertemente las reservas, swaps, liquidaciones agropecuarias, nuevas inversiones, etc… ¿no existiría la probabilidad que el Gobierno pueda manotear esos fondos? Esto ocurrió con el Plan Bonex del Menemismo…
    Saludos cordiales,

    Andrés

    • Hola Andrés, gracias por escribir. La idea de subir la tasa es acercar dólares para “engrosar” las reservas internacionales por más que no sean dólares genuinos. Coincido con vos que hoy hay desconfianza en el BCRA, pero en la medida que se calmen las expectativas la situación es muy distinta a la de 2001. Gracias por el comentario. Un saludo!

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