Cuatro inversiones para “combatir” el dólar planchado

Pesos

Todos, absolutamente todos, están sorprendidos por la evolución del dólar en los últimos días. Tras el levantamiento del cepo cambiario, la divisa estadounidense dio el salto lógico que indicaba el “dólar libre” de la Bolsa y, a partir de allí, comenzó su tendencia declinante.

Tal es así que en la jornada del 21 de diciembre último, la divisa perforó el piso de los $ 13,00 y llegó a cotizar en niveles de $ 12,80. Allí, los rumores del mercado mencionaron que el Banco Central salió a defender la caída comprando dólares en la plaza cambiaria.

A priori, para el corto plazo, el precio del dólar parecería no se disparará. Esto se debe a diversos factores:

  • Todavía los sistemas de compra y venta libre del dólar que aplican los bancos no están funcionando correctamente.                                                                                                                                                                               
  • Los grandes inversores institucionales, como banco, compañías de seguro y grandes empresas atraviesan una alta estacionalidad de demanda de pesos para afrontar el pago de sueldos y aguinaldos.                          
  • La tendencia bajista del dólar desincentiva la compra del mismo a quienes tenían planes de hacerlo para lograr una cobertura.

A priori, en mi opinión, el dólar continuará estable en los niveles actuales. Fluctuará, pero las oscilaciones no serán muy grandes en magnitud en el corto plazo.

Sin embargo, creo que no se trata de un nivel de equilibrio ni mucho menos. Para el mediano plazo, dependerá mucho de las expectativas de los agentes, algo que está íntimamente relacionado con el nivel inflacionario.

O que se vislumbró en noviembre y diciembre es que la inflación se aceleró. Y de no poder cortar con esta inercia en los meses venideros, es probable ver un deslizamiento alcista del dólar.

Pero no en el corto plazo.

Para combatir el dólar estable y la elevada inflación, hay opciones de inversión en pesos de corto plazo que permiten sacar provecho de una buena renta de cobertura.

Investiguemos estas alternativas:

  1. Letras del Banco Central de la República Argentina. Todos los días martes, la autoridad monetaria licita deuda que se denomina Lebac. Se trata de un instrumento en donde uno le presta dinero en pesos al BCRA y luego del plazo de vencimiento del mismo, la entidad devuelve el capital más un interés. Para ser más concretos, uno compra un activo financiero de deuda del Central a un precio menor a $ 100 y cuando vence el organismo le paga 100 al acreedor. La diferencia de precios es la tasa nominal anual de interés que gana el inversor. En las últimas licitaciones las letras entre 35 y 55 días rindieron en torno al 38% anual. Se trata de un instrumento que fácilmente puede acceder el inversor minorista a través de su sociedad de Bolsa o banco. Recomendable.
  2. Caución Bursátil. Se trata del mercado de dinero de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. Allí algunos prestan dinero y otros piden prestado. Para el que tiene un excedente de pesos, puede prestar dinero por un plazo de 7 días como mínimo hasta 60 días o más. Son operaciones que están garantizadas por el Mercado de Valores de Buenos Aires. La tasa de interés promedio de los últimos días, para las operaciones concertadas a 30 días, se ubica en el 31% anual bruto.
  3. Cheques de Pago Diferido. También esta inversión se canaliza a través de la Bolsa. Hay empresas que tienen cheques a cobrar en el tiempo, supongamos 30 días. Como tienen necesidad de los fondos hoy, van a la Bolsa y venden el cheque aceptando un descuento por tener esos fondos disponibles en lo inmediato. El inversor compra el cheque y espera hasta el vencimiento para cobrarlo. Recomiendo los cheques garantizados, que tienen el respaldo de una Sociedad de Garantía Recíproca. Las tasas de rendimiento están por encima del 30% para colocaciones entre 30 y 45 días.
  4. Plazos Fijos. No soy muy amigo de esta inversión, pero con los bancos ofreciendo una tasa nominal anual entre 30% y 32% y un dólar “planchado”, puede ser una alternativa para los más conservadores.

Mientras el dólar se mantenga estable en el cortísimo plazo, estas alternativas pueden cubrirlo de la inflación y darle un retorno en moneda dura.

Aproveche esta coyuntura.

Tres medidas para levantar el cepo en 30 días

cepo-cambiario

Comienza un nuevo ciclo político en argentina tras el desordenado traspaso de mando de entre Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri. Más allá de la foto política del 10 de diciembre, lo que urge en la agenda inmediata es atender los problemas y desafíos económicos.

Particularmente tengo la visión de que la agenda económica condicionará todos los demás aspectos de Gobierno en los primeros tres meses de gestión.

Claramente los asuntos a atender son muchos, y una gran parte de los mismos presentan características de una urgencia sin igual.

Algunos de estos desafíos se relacionan con excesos económicos con pocos precedentes en nuestro país, como el fiscal que marca un déficit de casi 7% del Producto Bruto Interno o como el monetario cuyo principal síntoma es un exceso de pesos en circulación que presiona permanentemente la pérdida de valor de nuestra moneda.

Ambos desequilibrios contribuyen a alimentar uno de los flagelos más intolerantes que vive la sociedad argentina como es la inflación, la cual ha promedio un nivel de 25% anual durante los últimos 6 años.

Es prácticamente inviable diseñar políticas de desarrollo sustentables de largo plazo con tales niveles de inconsistencias macroeconómicas.

Pero si faltaba algo más desalentador, para ello la Argentina tiene el denominado control de cambio o vulgarmente conocido como “cepo cambiario”.

El actual presidente de la Nación había señalado que el 11 de diciembre levantaría la restricción sobre el mercado cambiario que rige en estos momentos. Pero sabemos que eso es imposible, al menos en mi visión, como en la de muchos dirigentes recientemente nombrados por Macri para conducir la economía del país.

Sin poder de fuego en el Banco Central de la República Argentina para combatir un eventual overshooting (sobrerreacción del precio del dólar), levantar el cepo podría ser un real suicidio económico.

¿Es posible una corrida contra el dólar?

Desde el punto de vista de la economía simple sí.

En un mercado donde hay exceso de un bien (pesos) y escasez de otro bien (dólares), y si os agentes se pueden mover libremente en él, lo más probable es que el equilibrio se alcance a través de un ajuste de precios: o cuando el peso esté lo suficientemente barato para seguir desincentivando la venta o cuando el dólar esté lo suficientemente caro como para desincentivar la compra.

En el medio, el BCRA debería tener dólares disponibles para controlar los “animal spirits” de los agentes que pueden llevar al mercado hacia los extremos.

Está claro que el principal desafío, entonces, pasa por conseguir dólares de manera urgente con el fin de poder levantar la restricción al mercado cambiario, dar más certidumbre y esperar la llegada de divisas genuinas.

¿Cómo lograrlo?

Durante los próximos 30 días se podrían aplicar tres medidas contundentes que avancen en ese sentido:

  • Hoy el BCRA tiene entre sus activos más de US$ 20.000 millones en Letras del Tesoro que son intransferibles, por lo que no las puede hacer líquida. El Tesoro podría hacer un swap de esa deuda y darle bonos que tengan cotización pública en los mercados secundarios. De esta manera, el BCRA estaría en condiciones de vender estos bonos contra dólares a los precios del mercado vigentes y hacerse de divisas en forma instantánea.
  • Se necesita una repatriación de capitales (con blanqueo incluido) como la que tuvo lugar en 2009 en el país. Ahí se permitía comprar bonos en dólares con dinero no declarado y se les pedía a los demandantes que se queden con los mismos por el término de un año. En caso de querer venderlos antes, se pagaba una penalidad de 3% del valor del bono. Con la suba que tuvieron los títulos en los seis meses posteriores, el blanqueo salió “gratis” a los compradores y el Gobierno pudo sumar reservas internacionales.
  • Una última idea adicional sería subir la tasa de depósitos a plazo fijo para los que se constituyen por un año de plazo en moneda extranjera. Un nivel de tasas de interés en torno al 5%-6% podría generar que muchos dólares que están bajo el colchón o mismo en cajas de seguridad se vuelquen al sistema, contabilizándose como reservas.

Este cocktail de medidas complementado con la confianza que puede traer la nueva administración podría generar el shock de confianza necesario para recibir una suma considerable de dólares en los próximos 30 días y, así, levantar el cepo cambiario.

Se necesitan ideas creativas y quizás alguna de estas pueda funcionar.