Mantenga alejadas las emociones

Emoción

En momentos de turbulencias en los mercados financieros, como los actuales, es preciso volver a las fuentes y reforzar lineamientos básicos que debe seguir un inversor. Una carta de un suscriptor, fue el disparador de esta columna.

Nota publicada en Inversor Global

Creo que estamos ante el momento más difícil de los mercados financieros desde la gran crisis económica de 2007. No es solo una sensación, sino que detrás hay datos concretos que así lo indican:

  • La Reserva Federal está en las puertas del primer incremento de tasas de interés en más de 8 años.
  • La actividad manufacturera de China se desacelera al menor nivel en 15 meses.
  • Los commodities caen a niveles no antes vistos en cinco años.
  • Las monedas emergentes continúan con su marcada depreciación.
  • Los balances corporativos arrojan cifras erráticas, con empresas con grandes resultados y otras con grandes desilusiones.

Este mix de hechos opera contra los mercados, a pesar de que los índices se mantengan en niveles relativamente altos. En concreto, la mayor volatilidad es el canal donde se manifiesta el mayor nerviosismo de los participantes.

Esto opera claramente contra usted como inversor.

Sobre todo afecta sus emociones y eso puede ser un arma de doble filo para su proceso de decisión de portafolio. En reiteradas ocasiones mencioné la necesidad de separar las emociones de la razón a la hora de definir una estrategia para sus ahorros. Es vital, hasta diría, imprescindible.

Esta vez haré mención a este tema. Pero el disparador es una carta de un suscriptor que recibí durante la semana. La misma empezaba de la siguiente manera:

En una oportunidad, no hace mucho tiempo, presencié una exposición de Trading Bursátil efectuada por el economista jefe de Inversor Global, Lic. Diego Martínez Burzaco. En un tramo de la presentación nos comenta que él se consideraba un inversor bursátil de riesgo moderado.

Me sorprendió agradablemente su comentario dado que nunca había escuchado de algún consejero bursátil realmente muy formado, ningún comentario sobre sí mismo y sus hábitos personales de inversión.

Esto me hizo pensar en las características de la relación entre el inversor y los papeles en los cuales invierte, y loscondicionamientos mentales que lo presionan en su toma de decisiones.

Se acepta que los perfiles de inversión son de tres características de acuerdo a las características personales de la persona de la cual se trate, o sea: perfil agresivo, moderado y bajo.

Hago una pausa aquí. Y destaco la siguiente mención:

Esto me hizo pensar en las características de la relación entre el inversor y los papeles en los cuales invierte, y los condicionamientos mentales que lo presionan en su toma de decisiones.

Esos condicionamientos mentales son dominados por las emociones, que operan de manera negativa en los peores contextos posibles para tomar decisiones.

¿Acaso usted nunca vendió una acción en el mínimo histórico y compró otra en su máximo nivel?

Suele pasar muy a menudo. A mí me pasó. Y hasta me pasa en algunos momentos.

Ese es un síntoma claro donde las emociones toman el control de la situación y nos lleva a proceder de manera errónea. Cuando la razón queda a un lado y nos alejamos de nuestros objetivos originales establecidos previamente a la ejecución de las inversiones, la probabilidad de actuar mal se agiganta exponencialmente.

¿Cuál es el camino a seguir entonces?

Otro fragmento de la carta del suscriptor nos da una noción precisa:

Creo que no es posible encontrar un bróker bursátil que ponga énfasis en las ganancias de cada cliente por encima de las ganancias personales, lo cual es entendible, se comprende y es lo que sucede realmente dado que también es un ser humano con necesidades propias.

Creo que un principio de solución para el inversor pasa por la capacitación de sí mismo. El camino del medio es el más conveniente en el mediano plazo y el que más satisfacciones puede brindar.

En esos momentos de debilidad, donde las “defensas” del inversor están bajas, los brokers suelen aturdir aún más con sus recomendaciones. Nos empujan hasta el punto en el que el miedo toma el total control de la escena y guía nuestro comportamiento.

Pero si el inversor está capacitado, la capacidad de verse manipulado es menor. Si se capacita y, además, aprende de sus errores pasados, tendrá más fortaleza para continuar dentro del sendero de sus objetivos predefinidos.

Es un equilibrio difícil de encontrar, pero se puede lograr con el paso del tiempo.

El ejemplo de la actualidad…

Cuando comencé a escribir esta columna le mencioné cuán difícil estaba el escenario para las bolsas mundiales. Especialmente para las de aquellos países que tienen una elevada dependencia de los commodities.

Los precios de las materias primas están siendo arrastrados con fuerza ante la posibilidad de que el dólar estadounidense continúe con su apreciación.

El siguiente gráfico es elocuente…

grafico

En los últimos 30 días, el dólar se apreció a nivel global más de un 2%, mientras que el oro y el petróleo cayeron un 8% y 19% respectivamente.

Si usted tenía exposición a estas materias primas y el temor se apoderó, entonces seguro que procedió a la venta de estas posiciones. Pero ¿sabe qué está haciendo el dinero inteligente?

O mantiene sus tenencias pensando que se trata de algo excepcional que se corregirá en el tiempo, entonces se mantiene dentro de su objetivo de inversión inicial. O ven en la caída una oportunidad de compra, ya que son movimientos no sustentables en el largo plazo.

Quizás debería estar pensando de esta manera, poniendo la razón por delante de la emoción.

A su lado en los mercados,

Diego Martínez Burzaco

Tasas en pesos superaban al dólar pero hoy prima miedo a devaluación

En el primer semestre los rendimientos de los plazos fijos y las Lebacs superaron la tasa de devaluación, porque el gobierno pudo planchar el oficial y controlar los paralelos. Hacia adelante, el inversor ya no compara rendimientos, sino que busca dolarizarse según espere un salto devaluatorio o una tablita cambiaria. En caso de que no suceda, piensa que el costo de oportunidad será menor.

Por Verónica Dalto para Cronista.com

En el primer semestre, los activos en pesos rindieron más que la suba del dólar oficial y sus cotizaciones paralelas. Pero la duda hoy es qué tasa tendrían que pagar para compensar las expectativas de devaluación propias de una elección presidencial incrementadas por todos los desequilibrios macroeconómicos acumulados.

La gente espera que el próximo gobierno devalúe en algún momento, no sabe de qué manera ni cuándo, y que en el momento que eso suceda, el dólar tomará velocidad. Es por eso que comenzó a dolarizar sus carteras y que la suba de tasas que está implementando el gobierno en los plazos fijos resulta pequeña y tardía, según los expertos consultados por El Cronista.

El presidente del Banco Central (BCRA), Alejandro Vanoli, dijo ayer que “desde octubre para acá, una persona que invirtió en un plazo fijo, ganó un 20%”, mientras que “quien fue al mercado ilegal del dólar y compró en torno a $ 16, perdió plata”.

Y fue así. Durante los primeros meses del año, el mercado esperaba que el gobierno devaluara del 12 al 18% anual (8,3% el oficial en el primer semestre) y tuviera herramientas para contener el resto de las variables (el contado con liquidación subió 7,35% en el mismo período). Entonces los inversores ganaron una diferencia de 10 puntos colocando sus pesos en un plazo fijo minorista a un 23% a 30 días o una Lebac a un 26% a 90 días. Aunque quedaron por detrás de la inflación, de entre 28 y 30%. También el índice Merval le ganó al dólar, al subir 35,88%.

Pero en el segundo semestre, las expectativas de devaluación superan los rendimientos en pesos.

“De acá a tres meses no le recomiendo a nadie estar invertido en pesos. Porque corre dos riesgos: que salte el dólar y que, aún con esta suba de tasas, no le gane a la inflación, que va a subir con una emisión monetaria que se va a acelerar”, dijo Diego Martínez Burzaco, economista Jefe de Inversor Global, quien también previó que la Bolsa será más selectiva y que las acciones se moverán según las encuestas. “El mercado se va adelantando. Si olfatea una devaluación, muchos instrumentos atados al dólar -bonos soberanos, provinciales, dollar-linked, cedears o acciones vinculadas al mundo- van a subir mas fuerte que los plazos fijos”, agregó.

Según explicó Miguel Angel Boggiano, CEO de Carta Financiera, no se puede comparar el rendimiento de los activos en pesos con el dólar porque tienen velocidades diferentes. “Los plazos fijos y las Lebacs, redondeando, rinden un 2% por mes; te dan algo de manera regular. El dólar, cuando empieza a moverse, tiene un recorrido más explosivo. En los últimos 60 días el blue subió 15%. Es decir, que en dos meses, el blue te sacó de un plumazo lo que habías ganado a plazo fijo a lo largo de siete meses”, dijo.

Compra de dólares
Es por eso que el mercado está en pleno proceso de dolarización de carteras según espere una devaluación discreta, una tablita cambiaria o un mix: el dólar ahorro bate récords, el gobierno tuvo que vender bonos para frenar la suba del contado con liquidación, los títulos dollar-linked rinden negativo y hubo suscripciones promedio de $ 150 millones diarios en los fondos comunes de inversión que ofrecen cobertura en la última semana.

Ante este un panorama, la suba de tasas que planteó el gobierno a 23,58% a 30 días resulta marginal. “La intención fue buena, pero llegó a destiempo y no es suficiente para saciar la sed de dólares ante una elección presidencial”, dijo Martínez Burzaco.

Para Boggiano, “si quisieras hacer que la gente dude un poco, tenés que pensar en una tasa más cercana al 40%. Aun así a muchos no los convencés, porque si el dólar sube 15% en dos meses, no sabe si no subirá 10% en un mes más”. Aunque alertó que esa tasa en las Lebacs deterioraría aún más el balance del BCRA y enfriaría la economía por el traslado al costo de los créditos.

Para el inversor entonces ya no sería una comparación entre rendimientos en pesos y en dólares. Sino que prefiere dolarizarse por temor a una devaluación. Y en caso de que suceda, sabe que el costo de oportunidad será menor.

El Gobierno ya no puede aplicar políticas anticíclicas

BCRA

Durante los últimos cuatro años de magra actividad económica, el Gobierno ha intentado paliar la debilidad del sector privado con el incremento acelerado del gasto público. En términos simples, el gran creador de empleos pasó a ser el sector público, evitando que la caída del PBI fuera más profunda a la evidenciada.

Pero todo tiene un límite, y creo que ya se ha alcanzado…

El anuncio del Banco Central de la República Argentina de incrementar las tasas de interés para los plazos fijos minoristas de personas físicas y jurídicas es una muestra de ello. Si durante la semana escuchamos a muchos funcionarios oficiales ninguneando al dólar blue, efectivamente era algo que perturbaba y preocupaba detrás de los micrófonos. Y el alza de la recompensa por los depósitos a plazo, así lo demuestra.

Sin dudas que esto es el corolario de algo que comenzó en 2007 y que me gustaría desarrollar de la manera más simple y conceptual posible.

En ese año, la inflación comenzó a acelerarse por las inconsistencia que mostraba el modelo. Los superávit fiscales y de cuenta corriente comenzaron a evaporarse y, en vez de reconocer el problema para atenderlo, se lo negó sistemáticamente.

Esto se retroalimentó de manera permanente hasta encontrar el máximo punto de ebullición en 2014 cuando la inflación llegó al 40% anual.

La aceleración del costo de vida generó un perceptible impacto negativo sobre el tipo de cambio. Este se atrasó considerablemente, generando un deterioro marcado en la competitividad de nuestras exportaciones que redundó en un achicamiento considerable del superávit comercial. Así, una de las principales fuentes de oferta genuina de dólares se evaporó.

Asimismo, para calmar las expectativas inflacionarias, el Gobierno optó por continuar con la política de atraso cambiario, situación que agravó el impacto negativo en la actividad y aceleró la demanda de dólares.

El ciudadano de a pie se dio cuenta que la divisa estaba barata y comenzó a acumularla, presagiando que pronto podría tener lugar una devaluación del peso argentino.

A pesar del ninguneo, al Gobierno le preocupó la nueva escalada del blue. Sin embargo, poco hizo para detenerla. La emisión monetaria siguió descontrolada, financiado un creciente déficit fiscal que llega hasta 7% del PBI.

Recién ayer, con el tibio anuncio de suba de tasas del BCRA se reconoció el problema. La intención va en el camino correcto, pero quizás ya es demasiado tarde.

El anuncio de la autoridad monetaria muestra la inconsistencia del modelo actual. En un contexto de actividad estancada, los libros de texto indican que las tasas de interés deben reducirse (no aumentarse) para incentivar la demanda de inversión y el consumo. Acá operamos en el sentido opuesto.

Y la medida llega en momentos donde el Tesoro está financiando parte de su exceso de gasto con la emisión de títulos públicos en pesos en el mercado local. La decisión del BCRA impactará, indefectiblemente, en el costo de las próximas emisiones oficiales.

Hoy el Gobierno está atrapado en su propio laberinto. Y con las manos atadas para aplicar políticas anticíclicas.

La próxima administración tendrá muchos – y duros – desafíos por delante.

El gráfico que anuncia una devaluación

Nota publicada en Inversor Global //

Cuando los datos son contundentes, la realidad se impone. Ni esconder las cifras oficiales ni comentarios de funcionarios oficiales podrán impedir lo que parece inevitable. Me estoy refiriendo al dólar y su evolución futura en la Argentina.

Tengo que confesar que durante esta semana sentí más de un escalofrío en mis espaldas cuando escuchaba a ciertos funcionarios oficiales hablar sobre la situación actual del dólar:

“El contado con liquidación es ilegal si se usa para fugar dólares”

“No esperamos ningún tipo de cimbronazo cambiario”

“Quienes hicieron inversiones en pesos ganaron más que quienes compraron dólares”

Estas fueron algunas de las declaraciones que salieron en los medios de comunicación. Y realmente me preocupé.

Mi sentido común dice que cuando una variable económica no está realmente en situación de estrés, la misma pasa desapercibida en los discursos de cualquier funcionario público. Se la ignora de buena fe porque realmente no tiene asidero mencionarla en un contexto donde existen otras preocupaciones.

Pero cuando ese indicador, en este caso el dólar, toma el centro de la escena, debemos considerar esa señal como un llamado de atención. Y aún más cuando se niega enfáticamente de manera pública de que no hay que darle importancia ni prestarle atención alguna.

No es casual que el dólar vuelva a estar en boca de todos.

Se acercan las elecciones primarias en el país y se define la suerte del kirchnerismo…

¿Continuidad o cambio…?

Por las dudas, el inversor tiende a dolarizar sus ahorros. Y no lo hace porque en su naturaleza de ser humano lleva la bandera del golpismo económico sino porque el fin es protegerse de la inestabilidad e incertidumbre que se hará presente en las próximas semanas.

Quizás esto no alcance para justificar por qué las presiones cambiarias son una constante en la economía argentina y por qué los funcionarios de turno lanzan críticas acérrimas contra los que sugieren que el dólar oficial está barato (o el peso caro).

Yo hoy le voy a indicar, con un solo gráfico, por qué el dólar oficial no tiene otro remedio que comenzar a subir.

Preste atención…

La “Convertibilidad” del kirchnerismo

Durante la campaña presidencial hay palabras innombrables porque son catalogadas como “pianta votos”. Los candidatos las conocen muy bien. “Ajuste” es una de ellas. “Inflación” es otra. Y “devaluación” es la última.

Precisamente me quiero detener en ésta.

A pesar de las críticas de este Gobierno al neoliberalismo que transitó el país en la década de los ’90, hoy este modelo está sosteniendo uno de los pilares principales de aquel entonces: la Convertibilidad.

No es que me he vuelto loco ni nada por el estilo. Sé que en la actualidad no hay una ley que establezca que un peso en circulación debe ser respaldado por un dólar estadounidense. Pero eso en la teoría…

En la práctica, hoy un peso equivale a casi un dólar.

¿Cómo es esto?

En economía existe un concepto que es el de tipo de cambio real bilateral. Esta variable mide el poder de compra de una moneda en términos de bienes del otro país. En palabras simples, esto implica considerar la relación de cambio de dos monedas ajustando las mismas por la inflación de ambos países.

Y hoy estamos en el mismo nivel de la Convertibilidad…

grafico

El gráfico es claramente preocupante.

El peso se apreció fuertemente contra el dólar, tendencia que se aceleró desde 2007 en adelante.

¿Qué pasó?

La causa principal, y casi exclusiva, es la elevadísima inflación. Eso encarece a la economía en su conjunto y, por ende, se pierde competitividad respecto el mundo.

Y no es casualidad que las exportaciones argentinas (las ventas que le hacemos al exterior) vengan cayendo sistemáticamente. En 2013 se exportó por un total de US$ 81.660 millones, en 2014 por US$ 71.935 millones y en 2015 se estima se exportará por US$ 60.200 millones.

Esto es que en dos años, las exportaciones caerán un 26%. Y esto implica una menor oferta de dólares para la economía argentina.

¿Cómo se revierte esto?

Lamentablemente, como en los últimos años poco se ha invertido en infraestructura (caminos, puertos, etc) para mejorar la competitividad, la única manera de mejorarla es mediante un abaratamiento del peso.

Lisa y llanamente, la agenda económica impondrá la necesidad de una devaluación.

Descrea de los políticos y candidatos que la niegan. El dólar subirá. Usted debe dolarizar su portafolio a partir de este momento, ya sea con activos nominados en esa moneda o activos en pesos que se valoricen con un deslizamiento del tipo de cambio.

“La pobreza crece aunque el Gobierno lo quiera negar”

Entrevista en Radio DIME // En este caso me entrevistaron para hablar de los problemas sociales que produce la mayor pobreza e indigencia en la Argentina. También de si es posible levantar el cepo cambiario tan fácilmente como promete el candidato a presidente Mauricio Macri.

A continuación, la entrevista:

Inversiones en pesos, dólar e inflación: cuáles ganaron y cuáles perdieron

Nota publicada en Cronista.com //

El plazo fijo en moneda local aparece como la opción menos rentable de los últimos años. Bonos y acciones, entre las atractivas.

En medio de la economía ajustada y cambiante por la que transita hace tiempo el país, los inversores no dudaron en resguardar sus ahorros, pero algunas decisiones sin dudas fueron más acertada que otras.Cronista.com consultó a un especialista en el tema para preguntarle cuáles fueron las que ganaron en la carrera contra la inflación.

Desde Inversor Global, el economista jefe, Diego Martínez Burzaco, apuntó que “la pérdida de poder adquisitivo fue evidente durante los últimos años para quienes apostaron al peso a través de plazos fijos como inversión”.


“La única real inversión en pesos que le ganó a la inflación fue la Bolsa argentina y los bonos. Los plazos fijos no han sido para nada atractivos”, agregó. Mientras que consideró que “no lo seguirán siendo en absoluto”.


Por otro lado, Burzaco detalló que los que en el último año apostaron al dólar oficial, obtuvieron un rendimiento de 18%, menor incluso que el plazo fijo. En cuanto al dólar informal, el rendimiento fue 19%.

“Si bien el plazo fijo rindió más, en términos de inflación perdió poder adquisitivo”, aclaró e insistió: “La única real inversión que ganó fue quien apostó a la Bolsa, acciones y bonos”.

El siguiente cuadro muestra como, desde 2011 a hoy, la inflación ganó la carrera y desvalorizó de manera notable al peso argentino por el cual muchos decidieron apostar.

Plazos fijos

Esta mañana, el titular del Banco Central, Alejandro Vanoli, había considerado “raro” que la gente siguiera pensando en dólares en un momento en el que, dijo, “por primera vez en mucho tiempo, los depósitos bancarios crecen en forma récord, la inflación baja significativamente y por primera vez en muchos meses aquellos argentinos que ahorraron en pesos le ganaron al tipo de cambio, sea tomando el dólar ahorro o el ilegal, que esta en niveles muy por debajo de lo que estaban el año pasado”.

El diálogo con radio 10, Vanoli aclaró que el Gobierno está abocado “a cuidar la estabilidad y darle tranquilidad a la gente”, y seguirá en ese sentido. Luego criticó a los grandes operadores o especuladores que “hacen mal uso del mercado de capitales para general operaciones cambiarias, vulnerando las normas del Banco Central”.

Sepa la otra mitad de la historia china

China
Nota publicada en Inversor Global

La semana que dejamos atrás estuvo signada por dos situaciones que llenaron de volatilidad y miedo a los mercados: Grecia y China. El primero por su coqueteo respecto la permanencia o no en la Unión Europea; el segundo por el crash bursátil de los últimos días. Sin embargo, acá no le cuentan toda la historia.

Hace unos días estaba conversando con un colega que trabaja en la mesa de dinero de una importante entidad financiera en Argentina. Obviamente que el centro de la charla estuvo signado por la situación de los mercados globales y la reciente volatilidad.

“Grecia que saldría del euro, Estados Unidos que podría subir su tasa de interés y la bolsa de China que explotó la burbuja. La tormenta perfecta llegó”, me comentó.

Luego la conversación continuó por unos minutos y nos despedimos.

“¿Llegó la tormenta perfecta?”, me preguntaba yo por dentro un rato después.

Y la verdad es que no estaba tan seguro.

El día del referéndum de Grecia, conocida la vitoria del NO al ajuste económico, deslicé en Twitter si Grecia iba a tener el coraje de dar un paso al costado del euro. Y por los acontecimientos que vinieron a posterior, parece que lo que más se anhela es la continuidad en el bloque común. De hecho, los griegos presentaron una propuesta de reforma tributaria a cambio de un nuevo rescate financiero por el término de tres años.

Entonces Grecia preocupa, pero puede resolverse.

En lo que respecta al ajuste de tasas de interés al alza en Estados Unidos, lo veo cada vez más distante. No solo porque la principal economía del mundo crece en forma apática, sino porque el globo se desacelera. Una evidencia de esto es que el FMI volvió a revisar a la baja el crecimiento de Estados Unidos y de todo el planeta.

Mi percepción es que el alza de tasas quedará relegada para el 2016.

Finalmente tenemos a China. Hasta el miércoles pasado, la bolsa de Shanghai había retrocedido un 32% en las últimas 17 ruedas desde su máximo histórico. Luego rebotó un 9% en las dos jornadas posteriores.

Este increíble movimiento generó mucho pánico a nivel mundial.

Desde el punto de vista estricto del análisis bursátil, cuando un activo financiero retrocede más de 20% desde su último pico máximo se dice que entró en terreno bajista (bear market). Y esto ocurrió con la bolsa de Shanghai y no es un dato menor.

Pero se trata sólo de la mitad de la película…

Hoy las planas de los portales financieros son extremadamente negativas con esta situación, generando más desconfianza entre los inversores. Sin embargo, sólo están contando una parte de la historia.

En noviembre de 2014 escribí “Las acciones china pueden ser el esperado regalo navideño”. Desde ese momento hasta mayo, el Shanghai Composite Index creció, ni más ni menos, que un 112,5%. Realmente la cifra fue escalofriante, incluso mucho más elevada de lo que yo podría haber previsto (de hecho señalé en abril que era buen momento de desprenderse de las acciones de este país).

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Entonces es cierto que la baja de las acciones chinas ha sido considerable, pero es loable decir que lo han hecho luego de una suba increíblemente fuerte que se dio en los últimos siete meses.

¿A qué se debió ese gran movimiento alcista?

Básicamente es que el mercado chino se abrió a los inversores extranjeros, generando un aluvión de demanda de las acciones.

Ahora bien, todos sabemos que como muestra la historia, los movimientos bursátiles actúan como predictores de la tendencia de la actividad económica en el futuro. Y ese es el temor que hoy existe: que la baja del Shanghai Composite Index esté anticipando una fuerte desaceleración de la economía china, la segunda más importante del mundo.

¿Es esto posible?

Desde hace muchos años vengo escuchando de la posibilidad de un aterrizaje forzoso de la economía asiática por la existencia de evidentes burbujas en muchos ámbitos, como ser el mercado inmobiliario.

Lo cierto es que con el transcurrir del tiempo, si bien el crecimiento del PBI pasó de un promedio de 9% a 7%, por el momento China sigue siendo uno de los motores económicos del mundo.

Lo que se teme en esta oportunidad es el efecto riqueza negativo sobre los ciudadanos chinos que puede estar gestando la reciente baja del mercado. En mi opinión, este mecanismo puede estar operando desde las expectativas y la confianza del consumidor, pero no desde la destrucción de riqueza real ya que la participación de las acciones en el total de los ahorros es esencialmente pequeña dentro de las familias chinas.

El gráfico a continuación es revelador al respecto…

grafico

Como se observa, las acciones representan menos del 15% del total de los ahorros en las familias chinas por lo que no podemos esperar que la caída del mercado actúe como detonante de una crisis económica en el gigante asiático.

Y menos con la otra parte de la historia que le conté, en relación a que el mercado venía subiendo más de 100% en los últimos siete meses.

Mi consejo, entonces, es estar atentos a la evolución de las próximas semanas. No haga movimientos en su cartera de inversión, deje que la situación se estabilice y, hasta quien le dice, quizás en algún momento se dé una nueva gran oportunidad de compra en acciones china como la que descubrimos en noviembre pasado.

A su lado en los mercados,

Diego Martínez Burzaco

“El deterioro de las variables económicas se acelera”

En esta ocasión te acerco un audio de una entrevista que me hicieron en Radio DIME (AM 1.420). Entre los temas que tocamos se encuentran la no inclusión del pago a holdouts en el avance de la Ley de Presupuesto 2016, las estimaciones de crecimiento del PBI para ese año, mi consideración sobre el déficit fiscal y la emisión monetaria y qué es lo que hay que hacer para recuperar la inversión.

Espero que la disfrutes:

Dolarizarse, la estrategia para las elecciones y el ‘efecto Grecia’

Nota publicada en Perfil.com con opiniones personales

Con el Boden que vence en octubre se compran divisas a 12,80, explican operadores. Los plazos fijos pierden atractivo.

Definir una estrategia de inversión en un año electoral puede ser una tarea compleja, en especial cuando los buenos resultados del primer semestre de algunos activos no prometen lo mismo de cara a diciembre para los analistas.

Después de seis meses en los que la Bolsa resultó la mejor inversión, los plazos fijos tuvieron un buen desempeño y “quien apostó al dólar blue, perdió”, analistas financieros se vuelven más cautos, tal como se ve a través de sus recomendaciones para lo que queda del año.

Según Diego Martínez Burzaco, director de Inversor Global, “la aproximación de las elecciones presidenciales aumentará sin dudas la incertidumbre y la volatilidad” dijo y agregó que frente a una creciente dolarización entre los ahorristas, “los bonos en dólares pueden ser una buena opción”. Los más atractivos el Bonar X con vencimiento en 2017, y el Bonar 2024, con vencimiento en dicho año. Esos activos aseguran renta en dólares y liquidez.

También recomienda títulos públicos en dólares Mariano Sardáns, CEO de la gerenciadora de patrimonios FDI, quien detalló que el Boden 2015 paga una tasa anual en dólares de 20,18% si se compra en esa moneda, mientras que en pesos “se están comprando dólares a futuro equivalentes a $ 12,80”.

En tanto, el Bonar X, tiene una tasa de 10,67% en dólares, y en pesos se accede a dólares a $ 11,28. El Bonar 24 y el Discount 33 también tienen rendimientos interesantes, pero menores a los mencionados. “Estas tasas anuales no van a durar mucho más, ya que descontamos una baja importante del riesgo país –y por ende una subida en el precio de los bonos– en el próximo gobierno, cualquiera sea”, dijo Sardáns y agregó que “en la medida en la que se invierta a un mayor plazo, más tiempo se logra asegurar estas tasas anuales o más barato se adquieren dólares a futuro con pesos”.

Quienes toleran algo más de riesgo pordrán sumar acciones. Comercial del Plata, Pampa Energía, Siderar y San Miguel, están entre las preferidas de Martínez Burzaco, “las dos primeras por la diversificación de sus negocios y las dos segundas por tener ingresos blindados a la devaluación”. Las sugerencias marca una continuidad con el primer semestre. Allí la Bolsa avanzó 35,9% y fue la gran ganadora. Los plazos fijos en pesos a 30 días treparon 11%, superando al dólar oficial que se deslizó 6,3%. Sin embargo, en lo que resta del año, “el plazo fijo no es una opción”.